Los miércoles en Casa Babylon son noches de poesía de la más áspera cotidianidad. Deambulando frente al río, circulando un escenario de contienda psicológica y social bañado por luces de colores vibrantes.
Por: Leonardo Corzo
El concepto y la ejecución del encuentro corresponde a Iván Ferreyra, escritor, agitador social y activista de sueños oprimidos, y Esteban Tazzioli, programador cultural, amante de la música y la amistad, además de ser uno de los propietarios de Casa Babylon. Ambos comparten también las transmisiones del programa radial “Un Bar en el Cielo” por Radio Sur, y cada noche de miércoles construyen un encuentro dedicado a la poesía y a la libre expresión.
Rodeados por la oscuridad del recinto, las palabras suben al cuadrilátero de alfombra vetusta y raída y frente al micrófono, se cuentan historias, emociones, ideas, anécdotas o pensamientos, mientras circulan alrededor abrazos, cervezas y trozos de tarta de queso.
“La gente viene a buscar y a dar algo que no sabe lo que es”, indica Esteban mientras comparte una bebida y la música suena, alegre y envolvente entre los cuerpos presentes. El ciclo surgió de la colaboración de muchas personas con necesidades de expresarse, y semana a semana constituye un espacio donde todos están invitados a decir lo que piensan.
“En Vidas de Miércoles se recita poesía cruda”, anuncia el lema evento creado en la red social. “Cruda, es real; es el poeta callejero, es un vecino que tuvo un pensamiento y lo escribió y puede venir a leerlo, o a contar historias o algo que le ha pasado”, explica Miriam Ruiz, compañera de Esteban y de Iván en el ciclo “Un Bar en el Cielo”. “Para literatura convencional hay un montón de lados pero la literatura de un hombre común no se cuenta. Acá se permite cualquier tipo de expresión artística, tenés la libertad de hacer y de decir lo que quieras”
Todos somos poeta
“Para mí todo el mundo es un artista: el que trabaja todos los días doce o catorce horas…todos somos artistas. Y acá podes venir cuando salís del trabajo a mitad de la semana, te bajás del bondi y te sacás la careta, hacés catarsis” reflexiona el Ratón, fiel oficiante de los encuentros, envuelto en el humo de su cigarrillo con la mirada perdida y apoyado contra la pared de Babylon.
“¿Qué es la poesía? –repite en voz alta- nos pasan muchas cosas, somos seres humanos, sentimos, tenemos tristezas y alegrías, y a veces no sabemos dónde las podemos expresar. Vidas de Miércoles es eso, un abrazo, un escape, es un día para venir y desgarrarse, desangrarse compartiendo lo que te pasa”.
Poeta el que escribe y el que lee, y poeta el que pinta, canta o baila. Poeta el que trabaja duro, transpira y vuelve tarde y cansado al hogar. Poetas las madres y los niños. Poetas los vagabundos, los maltratados, los heridos y los enfermos.Poetas en el colectivo atestado chocando entre sí sus cuerpos exhaustos, poetas en las escaleras de la catedral, solitarios sentados en las plazas, llamados al silencio. Córdoba, para el que sabe ver y sentir, es una ciudad llena de poesía. Los miércoles a la noche en el Abasto son solo un ejemplo de ello.
Por los cordobeses y para la ciudad de Córdoba
“Lea autores de su ciudad”, recomienda Iván Ferreyra. Los encuentros de cada semana constituyen un nuevo grado en la ampliación del espectro de la diversificación de la palabra y sus circuitos de movimiento y difusión en la ciudad de Córdoba. Iván asegura que “los canales de distribución literaria se encuentran monopolizados por cuatro o cinco hijos de puta y toda una línea de complicidad que hace que desaparezca el resto de las creaciones”. Lo cual considera que es actualmente “el gran punto débil de la producción literaria en Córdoba”
En este sentido, Esteban afirma que “hay muchas editoriales independientes, y que van surgiendo medios de difusión y ferias” para diversidad de escritores y de públicos. Además, existe un desarrollo continuo de ferias de producciones alternativas que son hechas a andar sobre los hombros de los mismos artistas en el papel de organizadores y realizadores.
Miriam cree que “el único modo de difundir la creación cordobesa es que las personas se animen, hablen, digan y expresen lo que sienten”. Según la artista, Córdoba sigue siendo “convencional, estructurada y cerrada”. Además, sostiene que la ciudad “tiene el cerebro muy chico en algunos temas”. Existen lugares y eventos variados pero como no tienen mucha difusión, quedan afuera de los circuitos más comerciales. “Hay que trabajar más a pulmón, a tracción y a sangre, hay que dejar la tibieza” concluye energizada.
Animarse un miércoles por la noche a cortar la semana en Babylon, ya es dar un paso al frente en la ardua tarea de visibilizar y reivindicar lo que es nuestro y permanece oculto.