Con estas palabras se define Gianni Vattimo durante su visita a Córdoba en el marco de la 31º edición de la Feria del Libro. En una entrevista exclusiva con Qué Portal, el filósofo italiano denuncia el ataque neoliberal a latinoamérica y enfatiza sobre los procesos de comunicación y tecnología que atraviesan al siglo XXI.
Por Gastón Klocker y Carolina Wild – Estudiantes de la FCC
Gianni Vattimo, uno de los pensadores más importantes del postmodernismo, viene acuñando desde hace tiempo reflexiones en relación al campo de la comunicación y sus dinámicas en la contemporaneidad. El filósofo del pensamiento débil y la sociedad transparente, valoró la religión sobre la política y adelantó su próximo libro sobre el posthuman.
Además, el intelectual turinés fue nombrado “Visitante Distinguido” por la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFYH-UNC) en el marco de la conferencia Religión, Política y Filosofía que dictó en el Pabellón Hugo Chávez de la Universidad Nacional de Córdoba.
A sus 80 años se enorgullece de tener como alma mater a la Universidad de Turín, la misma casa de estudios de Antonio Gramsci, y reconoce una presencia del autor como teórico de la sociedad italiana, con sus ideas acerca de la hegemonía, pero no en un sentido meramente académico. “La influencia de Gramsci pasó a través de la fundación del Partido Comunista o del diario del mismo partido”.
Además de filósofo y académico, Vattimo fue eurodiputado durante cinco años por el partido Italia de los Valores. Le gusta que lo categoricen como un pensador latinoamericano y asegura que nuestro continente es el futuro de Europa, quien se ha transformado en una colonia estadounidense; “tecnocrática en provecho de los poderosos y austera en detrimento de los necesitados”.
-¿Cuál es su percepción acerca de la coyuntura actual en América Latina?
-Creo que está siendo el centro del ataque neoliberalista, porque definitivamente el progresismo de los países de Latinoamérica ha resultado molesto para el imperialismo norteamericano. La violencia con la cual se ha intentado golpear a estos países, sobre todo a Venezuela, forma parte de un concentrado de violencia imperialista que los Estados Unidos necesitan para compactar su continente. Otro aspecto fundamental por parte de Barack Obama, consistió en reabrocharse con Cuba, buscando en realidad romper una alianza de este país con sus pares latinoamericanos. En Brasil, ¿cómo es posible que Dilma Rousseff haya perdido todo con presiones internacionales enormes? Me parece que la situación Latinoamérica es central, junto con otras problemáticas de nivel mundial. La idea de hacer paz con Cuba, muestra el interés de los Estados Unidos por recomponer una forma de dominio sobre Latinoamérica, y efectivamente lo está haciendo. Podemos verlo en Venezuela, Brasil e incluso Argentina, con Macri que no es especialmente un campeón revolucionario…
Vattimo afirma que hoy las disputas por la comunicación “son imposibles de darse sin el anclaje tecnológico, un aspecto ventajoso por la posibilidad de multiplicidades caóticas, emancipadoras y libertarias aunque traumáticas en la práctica de disolver la identidad colectiva que nos encierran en esta sociedad transparente“.
-¿Qué rol cumplen los medios de comunicación dentro del orden hegemónico?
-El control de los medios no está solamente en los diarios o la televisión, sino en todo el sistema de social-media o redes sociales. En ese sentido, los Estados Unidos son estratégicos. Sobre todo si pensamos que todo el sistema de Internet pasa a través de Washington o New York. Nuestras comunicaciones son controladas. Los Estados Unidos siguen haciendo una política de difusión cultural de su visión del mundo, a través del film, de los videos o de la música. Todo esto es parte de una política de hegemonía. Esa es también una forma de invasión del mundo. Los ideales políticos se consumen, desaparecen; nadie absolutamente cree en una unidad de política alternativa.
-En este contexto ¿Cuál es el espacio para la aparición o filtración del pensamiento débil, de los vilipendiados del mundo?
-Se filtra a través de la intensificación de la disciplina social que se encarga de matar los derechos de toda Europa; sea Francia, España o Italia. El pensamiento débil quizás no sea ahora importante como tal, pero sí un pensamiento alternativo, que nace dentro de la presión de ese disciplinamiento social. Francia, por ejemplo, ha tenido un largo período de agitaciones sociales en contra de la Ley sobre el Trabajo. Efectivamente, eso es lo que escapa, sobre todo porque los medios se limitan casi siempre a los grandes acontecimientos. La presión de los inmigrantes va a obligar a Europa a cambiar su política. La revolución proletaria de Marx es básicamente la presión de los países de la humanidad tercera o tercer mundo.
Discípulo de Hans-Georg Gadamer y Martin Heidegger e influenciado por el pensamiento de Friedrich Nietzsche, Vattimo retoma conceptos disímiles como “la socialidad hermenéutica“, “la autenticidad de la existencia humana” y “Dios ha muerto” para arribar a su conclusión de modernidad opresora, que nos neutraliza de manera universal a través de un sistema mecánico. En este punto, aflora la construcción filosófica de Vattimo que se concentra en ideas rebautizadas en la contemporaneidad, apuntando al pesimismo como una forma de realismo, y a la religión como única salvación.
-¿Pueden ser considerados los medios de comunicación como un nuevo Dios en el Siglo XXI?
-Esto no lo había pensado… Sigo pensando que un compromiso religioso es necesario para hacer política en este momento. Cito una frase de Heidegger en una entrevista, donde dice, ahora solo un dios puede salvarnos (“Nur noch ein Gott kann uns retten”). Pienso que la actitud de un compromiso religioso puede convencer a la gente a hacer política, porque no hay ninguna razón para pensar que comprometerse en política pueda cambiar algo, pero si hacerlo a través del amor al prójimo, con la idea de rebelarme en contra de las injusticias que golpean a los pobres, a los excluidos. Solo un dios puede salvarnos… y no son los medios. Aunque sería interesante pensarlo…
El compromiso ético-político que propone Vattimo tiene cauce en el cristianismo, religión que para él, “fue el dogma de los colonizadores”, pero que actualmente se visualiza como rincón de contención de las subjetividades. Además promulga profundizar la discusión entre seguridad y libertad, la domesticación de la Filosofía y de las Ciencias Humanas como esenciales y cotidianas; y la insurgencia del posthuman, concepto que viene a reinventar los debates sobre la igualdad y la finitud humana.
-¿Está trabajando sobre algún tema específico para su próximo libro?
-He decidido dedicar un libro a la idea del posthuman, que sobre todo es interesante porque quienes escriben sobre esta temática son las feministas, los animalistas, y los que piensan en expandir el discurso de los derechos más allá de los sujetos humanos. Pero efectivamente es complicado porque suele existir un prejuicio antropocéntrico, a partir del cual nadie se pregunta por los animales no humanos. También pensando en las máquinas, en tiempos de drones… Obviamente parece absurdo, pero se dibujan extrañas imágenes, el posthuman, el transhuman…
-¿En qué aspecto radica la importancia del posthuman?
-El posthuman sigue siendo una llamada a los derechos que no son reconocidos de nuestro lado, sea hacia las máquinas o hacia los perros, que no reivindican sus derechos, sino a través de lo humano céntrico, lo humanístico o lo antropocéntrico. Somos nosotros los que decidimos sobre sus derechos, cuando lo ideal sería un mundo en el cual los perros fueran reconocidos como sujetos de derechos. Me gusta esa idea de igualdad, pero hasta qué punto se puede llegar con esa idea, ¿mato o no a un mosquito?