Declaró Pate Palero, integrante de la Red de Periodistas Argentinas (RED PAR) en referencia a la lucha de las mujeres víctimas de violencia de género.
Por Emanuel Chaygüin y Nancy Ferrari, estudiantes de la ECI.
“La marcha #NiUnaMenos del 3 de junio pasado representó un momento bisagra a nivel local y nacional, e incluso será un hito latinoamericano”, vaticinó la periodista al ser consultada sobre las repercusiones de la convocatoria. Resaltó que es producto de un trabajo de más de diez años en la lucha por los derechos de la mujer. “Argentina ha sido un país precursor en esta organización, y con mucho esfuerzo, el tema de la violencia de género se ha instalado en los medios”, recalcó Palero.
Al mismo tiempo que se realizaba la marcha, un femicidio ocurría en Catamarca. Al respecto, Pate expresó la contradicción propia de estos reclamos, y también mencionó los picos de denuncias de violencia durante el fin de semana siguiente al 3 de junio, así como la solicitud de alojamiento de mujeres cuya vida peligraba. Según Palero, esto sucede porque mucha gente se ha incomodado con esta lucha, debe sentirse en riesgo, amenazada u observada de una manera distinta que antes, y todo eso puede generar más violencia; “es parte de los riesgos que corremos”, insistió. “Me parece que lo más interesante es el por qué de esta marcha, y tiene que ver con que se nos mueren nueve mujeres en seis meses. En Argentina se muere una mujer cada un día y medio; entonces es interesante dar esta discusión, con las contradicciones que están en medio pero que son oportunidades de seguir hablando del tema”, enfatizó. Y sostuvo que este año no hubo un brote de violencia como le plantearon en otras entrevistas, ya que el pico fue en 2013 con 31 mujeres muertas, mientras que en 2015 el índice está en la media, “que es gravísimo, pero ahora hay mucha más gente que se está enterando”, remarcó.
Comunicar con responsabilidad
Una de las consignas que hubo en la convocatoria fue que se oficialice el conteo de las víctimas de femicidio, puesto que existe una diferencia conceptual con dicho término. Mientras que para Red Par son nueve las mujeres muertas en Córdoba en lo que va del año, para la Justicia son solamente siete, aclaró Palero. “Por ejemplo el caso de una mujer que fue asesinada por su hijo es jurídicamente discutible si se lo considera o no un femicidio, porque el hijo no sería un vínculo afectivo. Nosotras lo que entendemos es que todas las muertes que están dadas en un contexto de machismo, son femicidios, aunque sea el hijo en este caso el que opera ese machismo”, sintetizó.
A su vez, la Red Par creó un Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres en el que –entre otras cuestiones- se erradicó el término “crimen pasional” para definir lo que ahora llamamos femicidio. “La idea es no seguir vinculando al amor y a las relaciones pasionales con la violencia y la muerte”, explicó Pate.
Acciones para el cambio
Consultada sobre las alternativas para darle fin a este flagelo, la periodista hizo hincapié en la urgencia de una estadística seria, en profundidad, donde se hagan análisis acerca de cómo se registran los casos de femicidio, quién toma la denuncia, qué antecedentes tiene, y qué investigación se hace sobre el victimario.
Por otra parte, la periodista discute el pedido de construir un albergue para las mujeres que sufren violencia porque “se les quitan redes sociales, los chicos se alejan de su escuela, de su ambiente y se las termina castigando”, resaltó Pate. En cambio, sí considera adecuado el acomodamiento momentáneo de estas mujeres, que existan recursos para su asistencia y se agilicen los procesos judiciales. A su vez, Palero agregó que la denuncia casi nunca es el eslabón final, porque muchas veces se producen regresos de la víctima con el agresor, arrepentimientos, y reconquistas. “Por eso es necesario construir redes de contención: familiares, del barrio y del entorno, acompañarlas para que no se sientan avergonzadas ni piensen que son ellas las que provocan esa violencia”, recalcó.
Con respecto a la implementación del botón antipánico Pate reconoció que es una gran deuda debido a que “nosotros tenemos buenas leyes, con debilidades puntuales pero que también dependen de la misma deuda: que la comunidad se haga cargo y ponga en acto esas leyes; si una persona va a denunciar que no lo haga en soledad; el Estado tiene que seguir generando recursos humanos, capacitando y sensibilizando a los efectivos policiales para que haya un acompañamiento de la víctima”, agregó Palero.
Por último, reflexionó que “debemos dejar de naturalizar el uso de la mujer como objeto sexual y erradicar los estereotipos de los medios ya que también constituyen una forma de violencia”.
Precariedad laboral: también es violencia
Durante 2015 el objetivo de la Red Par ha sido trabajar fuertemente con el problema de la precariedad laboral de las mujeres, especialmente en los medios de comunicación; y muchas de las actividades se relacionaron con visibilizar lo que en el periodismo se llama el “pecho de cristal”. “Parece que las mujeres accedemos a muchos cargos y tareas, pero lo hacemos en condiciones de precariedad o de menor calidad que los varones; son pocas las mujeres en cargos directivos, ejecutivos, o de conducción, y cuando las hay, cobran menos o tienen menos oportunidades”, concluyó.