Por Satoshi Higa
En el ciclo de Conversaciones en Red III: El futuro es ahora – Juventudes protagonistas, artistas de Latinoamérica debatieron sobre los límites y las posibilidades de las artes en la pandemia.
Los artistas tuvieron que replantearse su actividad tras la imposibilidad de realizar eventos culturales durante la cuarentena y el aislamiento social. Las plataformas digitales se han convertido, con sus ventajas y desventajas, en la principal alternativa para seguir haciendo arte.
Pat Boy (ADN Maya – México), Julieta Salinas (Jeta Brava Colectivo Poético – Córdoba), Malena Salinas y JOE POLAR (Colectivo Amorfa – Buenos Aires) y Juan José Mamani Zegarra (Fundación COMPA – Bolivia) son cinco jóvenes artistas que reflexionaron y debatieron en el Ciclo de Conversaciones en Red III: El futuro es ahora. Juventudes protagonistas sobre la realidad en que viven.
La actividad fue organizada por la cátedra Culturas juveniles y comunicación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el Centro de Estudiantes FCC – UNC y Urdimbre Digital. Yanina Arraya coordinó la charla.
Malena – Colectivo Amorfa
Malena Salinas trabaja en artes escénicas y forma parte del Colectivo Amorfa. “Amorfa surge con la intención de fusionar diferentes disciplinas del arte”, contó Malena.
El colectivo está asentado en Buenos Aires y es integrado por poetas, músicos, bailarinas, acróbatas y artistas de otras disciplinas.
“Desde el arte tenemos una forma de trabajar horizontal que nace de nuestras interrelaciones. De nuestros vínculos surgen esas ideas de construir más democráticas”, describió.
“Para la gente que trabajamos en lo escénico, la pérdida de lo presencial fue muy duro y representa un desafío enorme”, comentó Malena. Para ella, la virtualidad, por ahora, no es una alternativa a lo presencial: “Todavía no podemos replicar la misma experiencia que una sala de teatro”.
Sin embargo, ve en esta pandemia la posibilidad de aprender nuevas herramientas, como la producción audiovisual, o de buscar otras alternativas artísticas como la intervención de ropa en desuso.
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JOE – Colectivo Amorfa
JOE POLAR es músico y también es integrante de Amorfa. El es oriundo de Venezuela y desde hace seis años vive en Buenos Aires.
Para JOE, los músicos y principalmente los jóvenes pudieron adaptarse: “Nuestra generación ya venía con cierta inclinación a lo virtual. Lo que hizo la pandemia fue acelerar este proceso y adaptarnos a este plano, pero con alguna esperanza de llegar a alguna normalidad”.
“Es un tiempo para replantearnos”, agregó el joven, y expresó: “Los que tenemos conexiones a internet nos podemos conectar con gente de todo el mundo”.
JOE contó que con la llegada de la pandemia comenzó a contactarse con músicos y productores de diferentes partes del mundo. Además, con internet se puede llegar a otros músicos a través de diferentes plataformas como Spotify o Soundcloud.
Juan José Mamani Zegarra – Fundación COMPA
Juan José también trabaja en artes escénicas en la Fundación Comunidad de Productores en Arte (COMPA) en la región de El Alto, Bolivia.
“Somos una casa cultural que está enfocada en utilizar el arte como metodología de trabajo y de estudio. Nuestra principal meta es llegar a utilizar el arte como una metodología de educación oficial”, explicó.
COMPA cuenta con diversas disciplinas artísticas como teatro, baile, circo y audiovisuales. “El arte está brotando en toda la casa”, contó.
En teatro, Juan José toca temas como la violencia, la memoria y la descolonización del cuerpo. Sobre la pandemia, contó que extraña los abrazos y expresó: “El abrazo mismo es muy importante. Nuestro trabajo artístico es presencial pero ahora no es posible. Pero nos han dado incentivo para buscar los medios. Sin embargo, la virtualidad no sacó el abrazo como tal”.
Para Juan José, Bolivia vive un “doble caos”. El golpe de Estado seguido de la pandemia ha trastocado al país. “Los mensajes de odio se hicieron más frecuentes en las redes. Ahora en la virtualidad no podemos hacer solamente que denunciar. Es muy loco el anonimato que se creó en esta pandemia”, comentó
Por otro lado, para el joven el arte “está predestinado de alguna manera vivir en este mundo virtual”. “La virtualidad está en nuestras manos. Es una herramienta. El arte y la virtualidad tienen la posibilidad de tener un bebé”, bromeó.
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Pat Boy – ADN MAya
Jesús Cristóbal Pat Chablé, conocido como Pat Boy, vive en el estado de Quintana Roo en México. Desde 2006 es rapero maya y en 2016 creó ADN Maya, un colectivo de artistas mayas.
El colectivo tiene como objetivo apoyar a nuevos artistas de la comunidad y brindar talleres culturales a niños y niñas. “Creamos esto porque no existía ninguna disquera o estudio de grabación que buscara apoyar al rap maya. Todo era en español o en otros géneros”, expresó.
Con un iPhone, Pat Boy comenzó a crear videoclips de raps para difundir en redes sociales. Más adelante, lograron comprar una cámara y comenzaron a vender remeras de “ADN Maya” para seguir financiando sus proyectos. Otras fundaciones también aportaron a la causa.
Sobre la pandemia, Pat se lamentó de las distancias ya que quitó el contacto físico que supone el rap y parte de su expresión artística. “Con este nuevo cambio hay que adaptarnos”, reflexionó.
Al igual que los otros artistas también coincide que los jóvenes artistas ya venían trabajando en la virtualidad. “Siempre hemos usado estos medios”, contó. Las producciones musicales de ADN Maya son difundidas a través de YouTube, Facebook, WhatsApp o WeTransfer.
“Hay que adaptarnos para aprender a monetizar los contenidos”, reconoció.
Julieta Salinas – Jeta Brava Colectivo Poético
Julieta Salinas integra Jeta Brava Colectivo Poético de Córdoba. “Es un colectivo cultural que produce literatura y que labura con diferentes pibes de los barrios de la periferia de Córdoba”, explicó Julieta.
Con la pandemia, Jeta Brava recurrió a la virtualidad para seguir haciendo actividades culturales como recitaciones, talleres y charlas. “Estamos produciendo material audiovisual”, adelantó.
Para Julieta, la pandemia quitó la comunicación directa que suponía el encuentro presencial y reflexionó: “La cuarentena sacó y mostró muchas desigualdades sociales que tenemos que abordar”.
Por ejemplo, relató que la conexión a internet durante los talleres es una gran barrera en la comunicación.