Por Judith Gerbaldo *
En contexto de pandemia y crisis global, el primer desafío de la universidad pública es sostener el cursado y contener a los y las estudiantes, protagonistas de un tiempo que reclama nuevos saberes, conciencia y solidaridad.
Basta recorrer los principales portales del mundo para encontrar análisis, crónicas y detalles de la pandemia que todo lo colapsó, que pone en cuestión el inicio de la “nueva normalidad”, tras meses de calles desiertas y despojadas de habitantes, luego de las fases sanitarias que impone la cuarentena en el marco del distanciamiento social preventivo y obligatorio.
Por caso, en España y tras la flexibilización de las medidas preventivas, con los recaudos del caso, y al decir de Diego Fonseca [1] en su artículo “El Virus de la Derecha” del New York Times [2], por estas horas grupos de españoles salieron a las calles a reclamar libertad. Vox, el partido de extrema derecha, zambulló al país, otra vez, en otro episodio de nacionalismo rabioso y torpe, amplificando esas protestas.
En tanto, en Estados Unidos, Donald Trump sumó un nuevo frente de conflicto interno al panorama de más de cien mil muertos por la pandemia de Covid-19, la crisis de desempleo y la salida de la OMS anunciada en estos días, con las protestas contra el racismo y el abuso policial que se extendieron por todo el país. La reacción ciudadana encontró el origen de sus reclamos en el caso de George Floyd, un afroamericano de 46 años, asesinado el lunes pasado por un policía blanco de Minneapolis, que se convirtió en símbolo de las protestas contra el racismo de Estados Unidos. Manifestaciones que se reavivaron luego de que se difundiera el video donde se ve a Floyd suplicando que le quitaran la rodilla de su cuello. Trump amenazó a los manifestantes con más represión [3].
Sumado a los datos escalofriantes que va dejando la pandemia en los países de América Latina, donde el brasileño Jair Bolsonaro se destaca con sus descabellados planteos desde lo ideológico y la frivolización de una crisis planetaria sin precedentes. De hecho, Brasil perdió a dos ministros de Salud en las últimas seis semanas (uno fue despedido y el otro dimitió), después de que discreparon públicamente con Bolsonaro acerca de la mejor manera de combatir el virus. Ahora, al frente del Ministerio de Salud hay otro general del Ejército. Los cambios marcaron el endurecimiento del punto de vista de Bolsonaro: era primordial mantener funcionando la economía, que también se derrumbó. El resto de las realidades de la región expone históricas y profundas desigualdades y vulnerabilidades producidas por modelos económicos y Estados profundamente incapaces de solventar la problemática nacional, factores que sin duda explicarán el impacto de la pandemia en cada país.
Argentina, que tempranamente reaccionó frente al coronavirus impulsando políticas públicas de control y cuidado, priorizando la vida y la salud pública con el consecuente impacto que sobrevino en lo económico, se enfrenta por estas horas a una campaña mediática de ricos y famosos contra la cuarentena. Justo cuando la epidemia está llegando al punto más alto de la curva de contagios, el sector de los anticuarentena vocifera hartazgo y alimenta una inverosímil ofensiva opositora contra las medidas sanitarias del Gobierno.
En este escenario, la universidad pública y gratuita se propone seguir educando, se propone salvar el año, encontrando caminos alternativos para brindar formación, acompañando a una multitud de jóvenes estudiantes, que como cada año, en el 2020 renovaron la esperanza de inscribirse para formarse.
Las otras agendas y la educación en tiempos de Covid-19
“Los medios decidieron que el único tema era la pandemia, eso es como el totalitarismo mediático, es una coartada perfecta para dejar temas fuera de agenda. Se ve la espectacularización en el regocijo de la pandemia”, decía elocuente Cristian Alarcón [4] en el VI Foro Virtual “De norte a sur. Pensamientos latinoamericanos en tiempos de pandemia” [5]. El otro dato significativo que refirió Alarcón es que “en Argentina hay que ver lo que está pasando en las villas, porque el coronavirus se está volviendo un virus de clase”.
En el mismo foro, Rosana Reguillo, coordinadora de Signa Lab –laboratorio multidisciplinario del ITESO (México)– y experta en el análisis de redes, reconoció que el escenario actual se le presentaba con una suerte de angustia interpretativa, porque “se abren temporalidades para las que no estábamos preparados”. Con todo, destacó que pudieron relevar que “la palabra insomnio y pesadillas de una primera etapa, dejaron su lugar a la palabra miedo. Miedo por el trabajo, por el futuro, por los adolescentes encerrados”. Asimismo, advirtió un “enorme cansancio de consumo” y de “las narrativas solemnes” por las condiciones de virtualidad permanente y por la necesidad de poner en foco “lo que la gente está haciendo con esto”.
Por su parte, Omar Rincón reveló que “la música” se ubica en el primer lugar de los consumos que acompañan a los jóvenes. “Si no hubiera existido la música, yo no hubiera podido soportar la cuarentena”, dicen los jóvenes. Y con la música, decía Rincón, vuelve a ser muy importante lo sonoro, “porque somos herederos de la cultura oral”. En segundo lugar, ubicó a Netflix y en tercero a las redes, como “lugar descomprimidor: los jóvenes están en las redes para divertirse”.
Las referencias nos ubican en el durante [6], en el aquí y ahora de la realidad que estamos viviendo. Una de las conclusiones del foro citado es que hay que escuchar a los jóvenes, formar equipos interdisciplinarios con jóvenes talentos, y al decir de Reguillo “los más jóvenes nos van a enseñar y alfabetizar en estas nuevas formas”.
Anclado en estos planteos, es que realizamos el Segundo relevamiento entre estudiantes desde la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de la FCC-UNC [7] , para dar cuenta de la continuidad de la cursada virtual implementada en el marco del distanciamiento social preventivo y la cuarentena domiciliaria.
Tal como informamos en el primer informe de abril de 2020, correspondiente a la primera encuesta, los dispositivos virtuales que la FCC ha puesto en funcionamiento fueron articulados con el Campus Virtual de la UNC. El proyecto surgió en el marco de la inminente revolución digital y el paradigma de la e-comunicación, como escenario de la comunicación digital, pero que el contexto de la pandemia del coronavirus aceleró los procesos de aplicación y adecuación de contenidos académicos.
Los entornos virtuales vigentes y fundamentalmente la necesidad de conocer las posibilidades reales del estudiantado en términos de necesidades, demandas, acceso, conectividad, y posesión de dispositivos y tiempos posibles, inspiraron la realización de esta encuesta. También, con la intención de explorar los condicionantes existentes y atender las demandas expresadas por las cátedras y profesores/as en los espacios de trabajo compartidos.
Nos encontramos ante un nuevo escenario que exige redefinir roles, perfiles y competencias de profesores, estudiantes y la comunidad educativa toda a nivel institucional. Tanto como la disposición y adecuación de los contenidos y los procedimientos para informar y enseñar, y rediseñar las mediaciones más apropiadas a los contextos emergentes.
Sin el afán de encontrar respuestas totalizantes, los datos obtenidos pueden orientar a rediseñar prácticas, dispositivos, niveles de exigencia y reconocimiento de posibilidades. En esta segunda encuesta, participaron 244 estudiantes en condiciones plenas de virtualidad.
El cuestionario, en esta segunda oportunidad, fue estructurado en torno a cuatro dimensiones orientadas a reconocer los siguientes aspectos centrales:
1. Identificación de año y/o carrera de cursada
2. Accesibilidad, conectividad, tipos de dispositivos, datos de acceso, dispositivos y uso de internet
3. Valoración de las aulas virtuales, formación brindada, metodología y recursos pedagógicos aplicados
4. Sugerencias
En este marco, destacamos que del total de consultados el 95,5 % manifestó tener conectividad.
Asimismo, destacaron que la mayoría posee una calidad intermedia de conectividad.
El 97,3% pudo acceder a las aulas virtuales, sólo el 93% pudo acceder a otras plataformas, pero cuando se les consulta aportes, valoraciones y sugerencias, destacan: “Las exigencias de algunas cátedras son demasiado estrictas, no todos cuentan con conectividad en el hogar ni los medios para realizar las actividades”.
Desde una perspectiva más crítica, expresan: “Me parece contraproducente que en todas las clases se den trabajos para realizar sin ningún tipo de explicación sobre los contenidos. Algunos profesores entienden la situación de los alumnos y algunos ni contestan los mensajes. Me parece bien que se flexibilicen los tiempos de entrega de los trabajos, ya que no todos poseen la misma accesibilidad en la conexión y en las aplicaciones que hacen posible una correcta cursada”. En este mismo sentido, también señalan: “Hay materias en que el cursado es normal y en otras se han dejado estar”.
Por la memoria de transitar aulas, cantina, el bosquecito y los lugares comunes de esparcimiento, indican: “La modalidad presencial es muy distinta a la virtual, ya que en clases con profesores y compañeros uno siente que está en otro ambiente y tiene la capacidad de consultar sus dudas y entender mejor las explicaciones”.
Con el afán de adaptarse a las condiciones que impone el entorno, opinan: “Creo que la virtualidad, si bien no es lo mismo que lo presencial, es la mejor opción en este contexto. Sin embargo, creo también que este espacio debería haber sido aprovechado mejor antes de la pandemia, principalmente para que el nivel de estrés sea bajo o nulo. Como nos pasa a muchos estudiantes, y a muchos profesores seguramente también, el no estar familiarizados con esta plataforma nos generó un alto nivel de estrés y malestar que podría haberse evitado, más allá de que los profes siempre fueron conscientes y estuvieron a la altura de la situación y siempre nos supieron esperar y comprender (al menos en mi experiencia). Ojalá de ahora en más este espacio virtual de la UNC pueda cumplir un rol más importante durante los próximos años y así entrelazar ambas modalidades”.
Una de las respuestas propuso: “Suspender la cursada”.
Muchos destacaron que tenían conectividad, que pese a todo se estaban adaptando, que con cuidado y tiempos preferenciales habían podido ubicarse. Sin embargo, también resaltan: “Mucha gente no tiene acceso, otra tiene problemas económicos, me incluyo. Y eso genera más que descontento. La salud mental es una curva muy importante y el malestar económico afecta mucho”.
Además, sugieren que “sería súper enriquecedor qué todas las cátedras puedan dar sus clases por alguna plataforma de streaming (Meet, Zoom, etc.), ya que de ésa manera la cursada se hace más sencilla y acerca un poco más a la modalidad presencial”, y que “deberían ser más flexibles con respecto a las condiciones de cursado. Todos debiéramos quedar mínimamente como regulares”.
Hay situaciones particulares, problemas económicos, estudiantes que retomaron la carrera luego de un largo impasse: “Luego de diez años retomé una carrera que la tenía olvidada. Traté de sacarle el lado positivo a esta pandemia y cursar algunas materias, ya que podía tener más tiempo en casa. Divido mi tiempo entre el trabajo home office, mi hija, sus tareas escolares, el hogar, el estudio individual y los grupos de trabajo”.
Es muy alentador encontrar preocupaciones e intereses de carácter solidario y de construcción conjunta del ser estudiante universitario: “Por otro lado, resultaron muy útiles para la cursada los grupos entre compañeros, de diferentes años y materias, sentirnos apoyados por otro que está en la misma, darnos una mano. Una vez más, se notó la calidad de gente que abunda en nuestra facultad. Como dice un dicho viejo: en la cancha se ven los pingos y en nuestra facu, se vieron. Todos estamos aprendiendo a sobrellevar todo este proceso. Fue un cuatrimestre estresante pero ¡vamos a poder!”.
Por el compromiso con la educación pública, por la disponibilidad a flor de piel, por el reconocimiento de lo que sucede, por el afán de extender una mano, más de 37 estudiantes avanzados/as de la FCC se sumaron para participar en las primeras acciones del programa “Voluntarixs Guías”, que acompañan en una primera etapa a estudiantes de primer año para evitar deserción y desgranamiento de la matrícula en la Licenciatura, a partir del trabajo articulado entre las secretarías Académica y SAE, junto a docentes y estudiantes. Intentando pensar políticas públicas estudiantiles, desde lxs estudiantes, recuperando sus saberes y miradas. Un gesto tan humano como esperanzador.
[1] Periodista, escritor, graduado de la FCC-UNC.
[2] Ver https://www.nytimes.com/es/2020/05/29/espanol/opinion/espana-vox-coronavirus.html
[3] Ver https://www.pagina12.com.ar/269071-trump-amenaza-con-mandar-al-ejercito-a-minneapolis
[4] Creador de Anfibia y Cosecha Roja, periodista, escritor y formador.
[5] Ver: https://www.facebook.com/comunicacionesycultura/videos/260729398344851/ en diálogo con Rosana Reguillo –ITESO– México y Omar Rincón, Universidad de Los Andes, Colombia, en un encuentro moderado por Amparo Marroquín Parducci, UCA.
[6] Rosana Reguillo comentó la metodología de investigación que aplicó en su tesis doctoral, que denominó como espacio intermedio: que es el durante, la eternización de este presente. [1] Ver: https://fcc.unc.edu.ar/novedades/noticias/responde-la-encuesta-sae-sobre-el-cursado-en-la-fcc-durante-el-aislamiento-social
* Secretaria de Asuntos Estudiantiles, docente de la cátedra Taller de Lenguaje II y Producción Radiofónica de la FCC-UNC y profesora responsable del Taller de Expresión Oral y Locución. Periodista de Radio Nacional Córdoba y Radio Sur FM 90.1 – Cecopal.