El arte como herramienta de memoria en la comunidad mapuche de Choele Choel.
Por Pablo Agustín López y Luciana Rocchietti, Egresados ECI UNC
La identidad fluye por dentro como un río, y aun cuando por distintas razones ha intentado ser sustraída o intercambiada, la sangre transporta el caudal de memoria y la hace emerger de diversas maneras.
El artista Sergio Marilaf de forma consciente vuelca su identidad en lienzos, en parte para recordar, en parte para crear algo nuevo, pero sobre todo, como un modo expresivo de lucha por recuperar la memoria de la nación mapuche.
“Soy de Choele Choel, territorio ancestral mapuche del Este, a orillas del Rio Negro, Curruc Leifu. Hago artes plásticas, murales, usando la temática de recuperar la identidad de los pueblos de América, sobre todo el mío, la nación mapuche”, afirma Marilaf.
Un plan de olvido
El sistema capitalista global en el que vivimos ha operado durante años para estandarizar las identidades, buscando que las personas se asemejen a un prototipo de sujeto que se preocupa por encajar en los moldes impuestos de belleza, de moda, de actitudes, de consumo. Con ello, muchas particularidades locales (históricas y del presente) se pierden en el olvido.
Hoy, numerosos habitantes de Choele Choel son descendientes de los primeros pobladores de esta tierra. Muchos se han adaptado a las imposiciones de la “civilización occidental” tras la tristemente célebre “Campaña del Desierto”, para evitar la discriminación y segregación de las que han sido víctimas. Otros, como Sergio, quieren mostrar que el legado de su pueblo continúa viva en cada uno de sus herederos, y que es necesario recordar que aquí se perpetró un genocidio que pretendió borrar a toda una cultura ancestral.
Sangre mapuche, arte mapuche
Sergio siempre supo de su origen mapuche, a pesar de que sus padres nunca le inculcaron dicha cultura. Durante su adolescencia le surgió la necesidad imperiosa de explorar las costumbres y la lengua mapuzungun. “Mi papá viene de Gulu Mapu, del oeste, Chile, de la zona de Temuco. Mi mamá de esta zona, de Rio Negro. Somos de linaje Antinao Marilaf. Mi papá habla mapuzungun y aunque mi mamá no, teje y hace todo el proceso ancestral de la lana. No esquila porque no tenemos ovejas, pero hila y le da color, un proceso valioso que le enseñó mi abuela”.
El artista tiene 32 años y pinta desde los 15. El pincel se ha vuelto su aliado, una extensión de su brazo y de su voluntad. Cuenta que comenzó pintando remeras con motivos musicales y que a lo largo de su camino autodidacta fue creando una serie de cuadros que hoy constituyen su muestra Tañi Mapu (Mi tierra interna). “La temática siempre fue el pueblo mapuche. Mis obras tienen 14 años y hace 2 que me animé a mostrarla en público. En 2012 expuse en Choele. Juan Carlos Carrilaf de Quispe Menuco, me impulsó a despegar. De ahí no paré más”.
Su trayectoria y persistencia lo condujo a presentarse además en Fisque Menuco (General Roca), Beltrán, Esquel, Bariloche, Junín de los Andes, Cutral Co, Neuquén, Cipoletti. Para él es un orgullo manejarse de manera independiente y autogestionada, ya que de ese modo, puede decir lo que quiera con su pincel.
Integrar la comunidad
Sergio sabe que la discriminación existe, la conoce de cerca. Su padre se crió escuchando y hablando el mapuzungun, aunque para evitar la marginación social, sus propios ascendientes se lo negaban. En cierto modo, la historia se ha repetido, “cuando nosotros nacimos, trató de no enseñarnos la lengua”, admite.
El entrevistado manifiesta que el origen del problema se remonta a la conocida “Campaña del Desierto”, un genocidio liderado por Julio Argentino Roca y perpetrado por el Ejército Argentino que arrasó con los pueblos que inicialmente habitaban la Patagonia. “Este sitio tiene un nehuen (energía) muy feo, han sucedido cosas terribles aquí. Uno de los primeros destinos de la campaña fue Choele Choel, fue estratégico el lugar. Lo que han realizado acá es terrible. Cuando viajo a Junín, me doy cuenta de que muchas comunidades de estas tierras han sido expulsadas hasta allá.”
Así como muchos tuvieron que migrar, la mayoría fue devastada durante el genocidio y otros, en menor medida, permanecieron en su tierra viviendo bajo un manto de silencio y adaptándose a la situación impuesta. Ante esta perspectiva el joven mapuche afirma no estar solo: “Siento que todavía no es el momento de la gente para organizarse, pero creo que va a surgir, ando por todos lados tratando de recuperar miembros de la comunidad. Me gusta ir a las escuelas, llevar la lengua, desde los números, animales, simbología… y está lleno de chicos mapuches. Vienen y te preguntan qué significa “Millaqueo”, qué significa “Curruhuinca”, que son sus apellidos mapu”.
Además de sus obras plásticas y de su enseñanza de la cultura mapuche, Sergio transmite valores fundamentales para la colectividad. Lejos de resentimiento hacia la sociedad que aun hoy equipara “indio” con “pueblos originarios”, y que le otorga un acento negativo al término cuando lo usa para referirse despectivamente a las personas, el sentimiento que lo motiva es loable: “Como “mapurbe” vivo tratando de integrar los pueblos, ese es el camino, la integración de los pueblos. No ir con rencor por lo que ha sucedido en este país con los mapuches. Porque el país es el país, y lo que hicieron quienes lo gobernaron es otra cosa”.
En cuanto a la recepción que han tenido sus obras, se manifiesta conforme por la aceptación y por el interés demostrado. “El mayor reconocimiento –indica- es que me inviten a pintar”. Sergio relata agradecido su experiencia en la Escuela 10 de Choele Choel, donde fue convocado a crear un mural en conmemoración por los 200 años de la bandera argentina. También elaboró otro similar en Luis Beltrán en el Instituto Superior de Formación Docente. A su vez, el Día de la no violencia a la mujer, fue convocado a realizar un mural en Cipolletti. Hoy en Choele Choel, frente a la comisaría, puede verse una obra evocando al joven desaparecido Daniel Solano, realizada en conjunto con el artista Chelo Candia.
Sergio Marilaf, hombre mapuche, artista plástico y militante social, también es miembro de la comunidad choelense y, -a poco de haberse convertido en papá- nos impulsa a ser una sociedad más inclusiva e igualitaria. Su legado mayor, es la lucha por recuperar la memoria de su etnia en la propia Choele Choel, tierra ancestral mapuche.
Fotos Gentileza de Sergio Marilaf