Búsquedas e interrogantes respecto de lo que identifica al ser nacional se reúnen en el último libro de Hernan Brienza.

Por Ana Paula Piretro, docente ECI.

El Golem de Marechal. Megafón o el ser nacional es el nombre del último libro que ha publicado el periodista y politólogo Hernán Brienza, a través de MAREA Editoral, el pasado mes de noviembre. Vaya un intento por convocarlos a la lectura de esta pieza.

Con una posición explícita respecto al deseo de despegar al texto de las regularidades/rigurosidades de cualquier género discursivo, Brienza expresa una doble intencionalidad. Por un lado, la producción que ofrece se vincula con la decisión de homenajear a la figura de Leopoldo Marechal. Por el otro, se propone poner al alcance de los lectores una interpretación política respecto de la obra Megafón o la guerra, señalando que ésta –junto a otras valiosas producciones del autor- ha sido situada, en el campo cultural, en una ubicación marginal en distintos períodos de nuestra historia reciente.

El texto presenta, en un primer momento, referencias a figuras de la literatura y el pensamiento político nacional que han oficiado  como arquetipos a través de los cuales se ha pretendido sintetizar rasgos del sentir,  el pensar y el hacer del pueblo argentino: Facundo, Martín Fierro, Juan Moreira, El hombre de Corrientes y Esmeralda, El Descamisado.

Un acercamiento apresurado al escrito, en tanto nóveles lectores de estas temáticas, podría llevarnos a pensar que es indispensable contar con un conjunto de lecturas previas y de miradas entrenadas que habiliten  la posibilidad de comprender y completar el entramado autores, contextos e ideas que se ponen en juego en este veloz repaso que se efectúa en la primera parte. Claro está que si esto sucede habrá un respaldo más amplio sobre el que recostarse para abordar el escrito.

No obstante, el mullido colchón–si se me permite la coloquialidad del término- que se construye de manera práctica y como hoja de ruta, resulta un recurso necesario/pertinente para adentrarnos en lo que el texto propone analizar con mayor detenimiento: la emergencia como “Golem” o construcción cultural arquetípica –mítico-salvadora- de otra figura literaria: el Megafón de Marechal. Se trata de una apuesta a una nueva instancia para pensar las características constitutivas/distintivas de un ser nacional también situado socio-histórica y políticamente y que hoy podría mencionarse de modo muy amplio como “la generación del 70”.

Y aquí es cuando se abre al interior del texto, y de la mano de la voz construida por Brienza como una suerte de yo que articula constantemente con un nosotros, un escenario interesante. Una interpelación habitada por interrogantes que discuten con miradas hegemónicas y que invitan a observar con detenimiento el lugar en el que los relatos sitúan al sujeto. Esto se articula, de modo permanente, con la decisión de construir una narración a través de la que se nos ofrece pensarnos en relación con un pasado reciente.  Aquí las preguntas se tornan inevitables, al menos para quien escribe estas líneas: ¿Qué características del contexto actual, tanto a nivel nacional como latinoamericano, trajeron al autor la necesidad/el deseo de proponer a esta figura, al Megafón, para repensar la construcción “ser nacional”  de aquellos años? ¿Qué hay de particular en este personaje que lo hace atractivo/pertinente a los ojos del autor como para situarlo en este lugar?

Quizás, un primer esbozo de respuesta pueda plantearse si se tiene en cuenta que, como señala Brienza retomando a Marechal, el Megafón encierra en su nombre la referencia a una cualidad/oficio no menor: “(…) amplifica la voz del pueblo que identifica (…)”. El desafío al conocimiento canónico –que practica este ser autodidacta y marginal- y la enunciación a viva voz de lo que no debía/podía decirse lo vuelven un “elemento” peligroso para el mantenimiento del frágil status quo de aquella década. Época parida por interrupciones dictatoriales a las formas democráticas de gobierno. Esta no es más que una primera hipótesis para acercarnos al libro.

Luego de ofrecernos un paseo sintético, pero didáctico por lo que considera el sostén político-ideológico de la escritura de Marechal -transitar en el que va sembrando algunas huellas respecto de la respuesta a la  pregunta antes formulada-, Brienza arriba a la postulación del carácter profético de la novela de este autor respecto de sus lecturas anticipatorias acerca de los “procesos” que en un futuro cercano arrasarían al país.

Retomemos, para pensar esta tesis,  un planteo de Giorgio Agamben acerca de ese carácter anticipatorio o de la posibilidad de la escritura referida a lo contemporáneo. Dice el autor:  “(…) percibir (la) oscuridad no es una forma de inercia o de pasividad, sino que implica una actividad y una habilidad particular, que (…) equivalen a neutralizar  las luces que vienen de la época para descubrir su tiniebla, su oscuridad especial, que no es, de todos modos, separable de aquellas luces”. Quizás haya sido ésta una de las condiciones que atravesaron la obra de Marechal. Esta mención es solo una piedra arrojada al río para mirar con atención qué dicen las olas que provoca.

Finalmente, y no por ello menos importante, el autor nos acerca un conjunto de reflexiones sobre la posibilidad de pensar hoy lo que menciona como la cuestión nacional. Entra en una acalorada discusión con algunas voces contemporáneas respecto de los sentidos otorgados a las nociones de comunidad, patria, nacionalismo y del Otro.  En ese intercambio pone a disposición del lector potentes interrogantes que nos convocan a revisar nociones y prácticas que van desde lo más simple de la vida cotidiana hasta lo más complejo de la vida institucional del país.

Los invito a recorrer las páginas de este libro con la expectativa de hallar en ellas no un conjunto de razonamientos acabados, sino una provocación constante respecto de la necesidad de “traducir/traicionar”, como dice el autor,  las certezas sobre las que se construyen nuestras prácticas diarias como habitantes de algún espacio/territorio de una nación.