NI UNA MENOS se instaló en la agenda pública y política de Córdoba y el país por la necesidad urgente de revertir la violencia de género: física, psicológica, sexual, económica y simbólica.

Por Débora Brizuela, estudiante FCC.

“Estamos en un país que esta al revés, la gente protesta sobre derechos humanos básicos, como pedir que no asesinen más mujeres”, opinó Marcos, licenciado en Comunicación que marchó el 3 de junio.

La violencia machista es aquella que se ejerce mediante toda acción, u omisión, dentro del marco de una relación desigual de poder, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como privado, afecta la vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, y por el hecho de ser o sentirte como una mujer.

Aunque la última convocatoria tuvo una presencia masiva, hay quienes cuestionan la consigna NI UNA MENOS, porque sostienen que la violencia no debe ser ejercida ante nadie. Si bien es repudiable cualquier acto de IMG_20160603_174046247_HDRviolencia, la Violencia de Género se enfoca en la mujer en situación de riesgo, ya que los resultados son alarmantes. No existe un sistema ideológico y cultural que oprima al hombre, sino a la mujer, por lo cual este fenómeno social se convierte en una situación de emergencia que precisa respuestas educativas, sociales y políticas concretas (ver más info aquí).

Rafa Rimondino, músico de Córdoba y amigo de Lis Funes expresó al respecto: “Creo que muchos no terminan de entender el porqué de esta marcha, tal vez piensan que la violencia contra la mujer es una cuestión muy puntual, parece que nada más se tratara de los casos extremos en que un hombre mata a una mujer, y en realidad hay todo un contexto que lleva a eso, y es ahí donde hay que hacer hincapié”.

¿Por qué el Estado es responsable?

En el año 2009 el Poder Ejecutivo Nacional sancionó la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Córdoba adhirió a esta ley el 2 de junio pasado, un día antes de la marcha y de manera parcial.

Al respecto,  Liliana Olivero, referente del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) sostuvo: “Venimos a marchar porque a un año de la primera marcha tenemos más casos de femicidios, más casos de violencia, porque hay una ley que tiene 7 años y no tiene presupuesto, porque no tenemos refugios ni justicia. Hoy hay mucho para reclamar porque los gobiernos son responsables”.

A lo que el legislador del FIT Ezequiel Perezzini añadió: “Para poder garantizar los derechos que esta Ley le otorga a la mujer en proceso de lucha, tiene que haber procedimientos que lo garanticen. Todos los femicidios del último tiempo han demostrado que había denuncias previas, algunas tenían el botón antipánico y nunca se llevó a cabo un programa integral que pueda sacar a la mujer de una situación de violencia. El femicidio no es sólo un hecho,  es un proceso en el que hay daños colaterales muy importantes, como los hijos de madres asesinadas por femicidios”.

Por su parte, integrantes del Cuerpo de Abogadas Feministas de Córdoba (CAF) observaron: “Córdoba en particular es una provincia muy conservadora, sobre todo en sus instituciones; sin embargo tiene una fuerte militancia que va empujando para que la situación cambie. La lucha en las calles es un elemento que se necesita para que el Estado tomeIMG_20160603_172924342_HDR conciencia”.

Además, cabe destacar que en Córdoba hay un centro de atención integral, el Polo de la Mujer, que aún no cuenta con las condiciones necesarias para proteger a las víctimas de violencia :“Hoy ya tenemos una secretaría propia para la mujer, pero falta mucho para llegar al centro del problema”, apreció Sandra, psicóloga, trabajadora de la Dirección de Violencia contra la Mujer.

¿Por qué marchamos?

Encabezando la marcha, familiares de víctimas de femicidios llevaban carteles con sus fotos, como lo hizo Natalia, familiar de Paola Acosta: “Estas cosas nos ayudan mucho a liberarnos, cada día mueren más mujeres y si no fuera por la gente que se moviliza, no pasaría nada”, dijo conmovida.

A diferencia de 2015, ya no había caras tapadas, y en las calles cordobesas marchaban mujeres, hombres, niños, instituciones, agrupaciones políticas y no políticas, familiares de víctimas, estudiantes y trabajadores.

Anita, amiga de Celeste Montes, comentó: “Venimos a marchar para que se concientice un poco más, esto va más allá de un hecho de violencia, los varones nos están matando, y creo que el Estado nos desampara, ya que se podrían haber prevenido varias muertes”.

“Lo que me motiva a estar acá es acompañar una la lucha no sólo de las mujeres sino de toda la sociedad en contra de la violencia y también para apoyar el pedido de políticas públicas fuertes para la prevención, que creo que es lo más importante, sobre todo con educación”, reflexionó Facundo, Comunicador Social.

BYNRomina, autoconvocada, agregó: “Creo que la gente viene a la marcha
porque tiene una tristeza enorme, necesita gritar, y ésta es la única forma de hacerlo, convocado a mucha gente y haciéndose escuchar”.

“Gracias a este tipo de marchas se pueden visibilizar muchas situaciones de violencia. Creo que es posible Ni Una Menos, pero que se va a lograr a largo plazo”, apreció Camila, estudiante universitaria.

Edu, autoconvocado, dijo al respecto: “Vengo con mi novia Yanina a acompañar porque básicamente las estamos matando. Está bueno que podamos apoyar, más allá del partido político, y no dividirnos, porque nos quieren dividir todo el tiempo”.

Cuando la gente sale a calle y comienza a marchar, esto da fe de un compromiso social y de la urgente necesidad de una transformación.   En nuestro país ocurre un femicidio cada 30 horas, por lo que NI UNA MENOS se convierte en un problema social, del cual el Estado es responsable.

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Ante una situación de violencia, comunícate de manera gratuita las 24 horas al 144 o al 0800-888-9898.

 

FUENTES: http://prensa.cba.gov.ar/ http://niunamenos.com.ar/ http://www.cba24n.com.ar/ http://www.lavoz.com.ar/ http://www.lanacion.com.ar/