El recorrido por la obra periodística de egresadas y egresados de la ECI-FCC se detiene en la estación de la memoria, para explorar distintas rutas por donde continuar en viaje hacia el futuro: El rol del destacamento de inteligencia General Iribarren, De la culpa al perdón y La lucha, la tiza, el sueño.
Por María Paulinelli *
Recordar es una posibilidad que nos pertenece, nos define, nos contiene. Esa capacidad de actualizar lo ya pasado, esa tensión entre lo que ha sido y lo que se hace presente nuevamente, ese volver sobre lo sucedido y rememorarlo con las infinitas formas del lenguaje… eso es la memoria. Es lo que nos hace, nos hizo y nos hará ser seres humanos. Por eso, la historia de los días, todos son de ella… porque vivir es recordar y hacer memoria.
Una memoria que escribe la Historia, La reescribe. Permite entenderla, juzgarla, condenarla. Hacerla nuestra en la búsqueda de la verdad que ella atesora. Pronunciar los relatos, que la dicen, que la narran, que la hacen… que la convierten en las azules utopías pero, también, en los grises balbuceos del olvido.
Una memoria que vuelve una y otra vez, sobre lo sucedido para que no vuelva a suceder… si es la tristeza.
Una memoria que se repite como un rito, si tiene la alegría de los días que supieron ser felices.
Y hoy, les digo ¡Hola!, nuevamente. Impregnada de la memoria que es tan nuestra.
Esa memoria hecha relato en las voces que insisten, que no callan, que presentizan lacerantes, el dolor, la injusticia, la ausencia infinita, casi eterna. Indestructible. Dolorosa, Inexplicable.
Y vuelvo sobre esos relatos. Los transformo en lectura imprescindible para este marzo tan hambriento de memoria… tan esquivo a los olvidos.
La memoria de un pasado… que es presente transformado. Un documento que es deber de memoria, al mismo tiempo. El pasado es el espacio. El tiempo es la memoria. Las transformaciones necesarias, indispensables para el presente que vivimos. Los bordes entre la reflexión y hacer memoria. Distintas formas de recordar… sin que haya olvido.
Un documento para el deber de memoria
La lucha, la tiza, el sueño. Las autoras: Ivana Fantín y Katy García.
Autoras que son definidas, en el Prólogo, en una pluralidad de actividades que superan la simple denominación de autoras. Paradójicamente, también, para expandirse en una autoría que las excede en ese protagonismo, para alcanzar una categoría diferente. Así, pues, queda expresado: ….la responsabilidad principal de realizar entrevistas, recolectar testimonios, afinar la redacción y organizar los escritos reunidos, dándole forma a esta obra colectiva…
Obra colectiva que está -continúa el texto considerado-: destinada especialmente a quienes deben seguir creciendo, mientras construyen una historia… Es este carácter de obra colectiva, lo que justifica la ausencia en el diseño de tapa de los nombres de dichas autoras. Solamente en los datos de la publicación se consigna su condición de editoras. Asimismo -esta significación de obra colectiva- explica la meticulosa información sobre los enunciantes de los distintos testimonios, así como los datos de la documentación empleada. Una particular dimensión de la autoría que se corresponde con esa categorización de obra colectiva, de texto sobre una protagonista de la Historia.
Hemos dicho documento. Un documento que busca certificar, referenciar, enunciar la historia de Marta Juana González con las múltiples posibilidades que dan los testimonios en su enunciación. Así, el formato del objeto libro, ofrece particularidades.
El diseño de tapa con su fotografía, su nombre y la metáfora que la define y que titula el texto. La lucha, la tiza, el sueño. Metáfora- extraída de una canción de La Cruza de la Banda musical de Villa El libertador- según se documenta. Tres elementos significativos que resumen el protagonismo de Marta Juana González: el compromiso, la docencia y la revolución como propuesta de vida.
La contratapa incluye -además de los logos de las Instituciones auspiciantes de una u otra manera – el mural realizado por Salvador, un estudiante de Bellas Artes en 2010. El texto explica su significación en los datos referenciales de la publicación: La pintura sugiere la oscuridad de la represión y la democracia que alumbra nuevas perspectivas de liberación y justicia. Es decir, el lenguaje icónico se suma desde la referencialidad de la fotografía y el simbolismo de la representación pictórica.
La doble metáfora del título y la imagen, supone la apelación a la simbolización como otro recurso expresivo para poder documentar en su totalidad el significado del texto.
La estructura ratifica este sentido de documento y de obra colectiva. Por un lado, la multiplicidad de tipos de textos incluidos. Por otro, la particularidad del diseño que posibilita diferenciar la relevancia de algunos y direcciona la lectura como el distinto color de las páginas, cambio de letra en la información incluida. Esa multiplicidad se refleja en la inclusión de fotografías en el dossier que cierra la publicación – responsabilidad de las autoras y del grupo Centro Tiempo Latinoamericano, Comisión UPI- y en las fotografías que se insertan en el inicio de cada capítulo.
Pero también, esa multiplicidad se define en las distintas modalidades del lenguaje lingüístico. Así podemos reconocer: un relato central que estructura y sistematiza –de las autoras editoras- y en el que se insertan esas distintas modalidades: Textos informativos – listados de desaparecidos y asesinados por la Dictadura- , textos declarativos- el de la Legislatura de Córdoba- , testimonios- los que conforman fragmentos autónomos y los que se insertan en los referenciales de las autoras editoras, textos poéticos- el ya señalado de La Cruza que da título al texto, y el poema Seres dolientes de Fray Alberto Spina- . Finalmente, la inclusión de las Fuentes y de los Agradecimientos.
Podemos pues, ordenar este conglomerado de significantes en dos partes. El inicio – Prólogo, Introducción y homenaje de la Legislatura de Córdoba en la solicitud y la declaración propiamente dicha- y el cuerpo – cuatro capítulos con títulos que muestran el avance del relato central- como lo señalamos- y que incluyen de manera similar, esas modalidades del diseño y la multiplicidad de textos.
El Prólogo de Vitín Baronetto define la relevancia de Juana Marta González: En estos 40 años Marta siguió entre nosotros. La vida que le arrebataron se prolongó de distintas maneras. En quienes éramos de la suya, en la de los amigos, los vecinos, los compañeros de militancia. La asocia a las luchas populares en la construcción de un mundo más humano, más de todos, y en la reivindicación de la justicia. Desde allí, precisa la modalidad del texto y su objetivo: Este puñado de testimonios. También llamados a entusiasmar nuevas memorias- hará posible no que nos acerquemos a aquellas vivencias, sino que recuperemos tramos de una historia que nos pertenece a todos. Condensa así, historia individual con historia colectiva, testimonios como modalidad escrituraria y la consiguiente memoria popular como finalidad. Seguidamente, explicita las actividades de las autoras editoras –que ya transcribimos- y define al texto como obra colectiva.
La Introducción de Ivana Fantin y Katy García describe el texto. No es una investigación exhaustiva. Es apenas una aproximación a su vida, en forma de homenaje. Homenaje que la trasciende. Seguidamente, casi como una guía de lectura, explica las partes que lo estructuran, las significaciones implícitas. Se trata de un texto organizado en clave cronológica, donde el pasado y el presente, la identidad barrial y las apuestas políticas se empeñan en entreverarse. Las voces de su familia, vecinos, amigos, compañeros y compañeras, recrean y actualizan la corta, pero no por eso poco intensa trayectoria de Marta. Diarios, revistas y documentos de la época nos ayudan a completar el relato.
La solicitud de la Diputada Ilda Bustos en la Unicameral de Córdoba para el reconocimiento y homenaje a Marta Juana González conjuntamente con la declaración de dicho Cuerpo Legislativo, documenta una nueva modalidad del testimonio. Enuncia el reconocimiento desde la legitimidad propia de los representantes de la sociedad. Ratifica la permanencia de su trayectoria vital, plasmada en hechos concretos… siempre vinculados a los rasgos distintivos que el título del texto señala.
El cuerpo, contiene cuatro capítulos subdivididos en fragmentos -todos subtitulados- pretenden recorrer su corta existencia y su presencia permanente en la sociedad, desde la memoria que los testimonios construyen. Así el capítulo primero Marta González: su vida, relata su periplo vital desde la voz de las editoras, más los testimonios intercalados. El Capítulo 2, La detención, el asesinato, el juicio, recupera la historia de su muerte que se continúa con el desarrollo de los juicios por la Verdad y la Justicia. .Los dos últimos capítulos Memorias y Resurrecciones, plantean la presencia permanente de Marta, desde las voces de familiares, amigos, compañeros de militancia y de todos aquellos que la conocieron o conocen las huellas identificadoras de su presencia. Una suma de testimonios, en fin, que documentan desde distintas perspectivas ese deber de memoria.
El texto se cierra con los agradecimientos y las fuentes documentales empleadas. Y entonces, leemos. Más que leer, conocemos, reconocemos… sentimos, reflexionamos, pensamos… pero, todos, concientizamos ese deber de memoria que el texto significa.
Una maravillosa síntesis entre lo singular y lo colectivo, entre un pasado asumido y un necesario futuro, entre la transparencia triunfante y la oscuridad escarnecida, entre la vida posible y las muertes injustas. Entre las múltiples maneras que tenemos de testimoniar, decir, expresar, informar, referenciar para hacer así… un documento de memoria.
Ivana y Katy así lo hacen y… lo logran.
El pasado es el espacio. El tiempo es la memoria
El rol del destacamento de inteligencia General Iribarren, de Liliana Arraya- nuestra egresada- y de Gabriel Gerbaldo -historiador-.
El texto me sorprende por la transparencia de ese proyecto educativo en que se inscribe. Forma parte de las publicaciones de la Editorial Universitaria de la Universidad Provincial de Córdoba.
El Prólogo de la Rectora Normalizadora, Raquel Krawchik, señala el sentido del discurso. La historia. La historia documentada, la historia sucedida, la historia que debiera interpelarnos para comprender, para conocer y que el “nunca más” sea verdaderamente, una posibilidad cierta” Por eso la importancia de la publicación que implica, que supone la lectura. Una lectura para saber y conocer. Afirma entonces: Debemos saberlo, porque así fue. Conocer nos permitirá distinguir el camino que decidamos tomar. Conocer nos hará mirar hacia un horizonte deseado y caminar hacia él.
En ese Prólogo también, explicala significación del título. … transitar nuestros espacios en la Ciudad de las Artes, recordar siempre que justamente en esos espacios funcionó el Batallón de Comunicaciones 141, centro de inteligencia y reivindicado por quienes lo dirigían orgullosamente como centro de combate…
Por eso digo que el pasado es el espacio. Ese espacio que hoy, es el espacio de una Institución educativa.
Asimismo, digo que el tiempo es la memoria… porque el texto es un recorrido por la Historia. Nuestra Historia. Así lo explican y afirman los autores: Siguiendo esta huella, podemos afirmar que estamos formando nuevas rugosidades– como intersección de las coordenadas de espacio y tiempo- Que el espacio que supo estar protagonizado por cofias y birretes y en el que se arengó a la tortura y la muerte, alberga, hoy, una institución universitaria pública y gratuita, que educa para la salud y la educación, el canto, la música, el teatro, la danza, la escultura, creatividad y la libertad, preservando los rastros de la memoria, del terror que signan su espacio.
La Introducción, Las marcas de la memoria, enuncia el sentido del discurso que busca describir, ese espacio nominado en el título. Señala los conceptos que permiten explicar la memoria como hecho social constitutivo de toda sociedad Define el texto: A través de ese trabajo de compilación llevado a cabo por Centro Universitario de Estudios Sociales y el Centro de Competencias en Nuevas Tecnologías de la Secretaría de Extensión de la UPC nos proponemos difundir el funcionamiento de este esquema represivo ilegal que sometió a los habitantes de la Provincia de Córdoba. Es decir, identifica el proyecto, lo define y postula sus objetivos.
Seguidamente, enuncia la estructura en los distintos capítulos y su significación en el entramado textual. Asimismo, informa sobre el proyecto del sitio web que completa y actualiza la información que el texto propone y su vinculación con los otros espacios de la memoria en Córdoba. Finaliza, entroncando, la publicación con las propuestas de cambio y transformación de la Historia Cordobesa: Nos recuerdan las palabras liminares de nuestros antecesores que protagonizaron la Reforma Universitaria de 1918 al citar que los dolores que nos quedan, son las libertades que nos faltan.
El Capítulo 1 La Córdoba industrial, combativa y represaliada organiza los distintos momentos que desde los 50 convierten a Córdoba en un centro industrial relevante en el país, con las consiguientes transformaciones sociales, políticas y culturales, la recepción de los procesos nacionales y su adaptación con las consiguientes transformaciones. De ahí la significación de la Córdoba combativa y represaliada, como se la denomina. Estos momentos, se extienden hasta la década del 70 con el inicio de la Dictadura del 76. Es decir que se especifican y definen los actores y los acontecimientos que jalonaron ese momento histórico, enfatizando su singularidad como proceso.
El Capítulo 2, Las normativas, los memorandos y la fábrica de la muerte, detalla exhaustivamente, el funcionamiento de la represión desde el marco normativo dictado en esas circunstancias. No solo el análisis de dicha documentación, sino los testimonios y pruebas, permiten reconstruir la conformación de la estructura represiva en nuestra provincia. De tal manera, se elabora dicha estructura con los nombres de los distintos responsables, además de las funciones de cada uno de los segmentos que la constituyeron. Una reconstrucción relevante que suma a la información existente, los testimonios de los sobrevivientes en los Juicios por la Verdad y la Justicia.
El Capítulo 3, El Manual de Contrainsurgencia, analiza desde el concepto de la banalidad del mal de Arendt, la organización de un sistema que “desde el poder político pudo trivializar el exterminio de seres humanos como si fuera un procedimiento burocrático, ejecutado por funcionarios incapaces de pensar en las consecuencias éticas y morales de sus propios actos”. La inclusión de testimonios y transcripciones de sentencias de los Tribunales responsables de los Juicios, refuerzan la relevancia de la información.
El Capítulo 4 Los listados, la connivencia y el botín de guerra, insiste sobre los procedimientos específicos de la represión en el Terrorismo de Estado. La transcripción de distintos testimonios posibilita mostrar en toda su crudeza y conformación los procedimientos específicos. Es importante señalar el tratamiento particular sobre las mujeres en su condición de tales, que ratifica el valor de la documentación expuesta.
El Capítulo 5 Los Juicios, desarrolla los distintos- duodécimos- Juicios por los delitos de Lesa Humanidad que se desarrollan en Córdoba desde el 2008 hasta 2021.De esta manera, exhaustivamente y sobre la base de fuentes actualizadas,- resultado de los testimonios en los Juicios- el texto resulta una completa documentación sobre los procedimientos del Terrorismo de Estado en Córdoba.
El Post Scriptum de Darío Olmo, cierra el texto. Un fragmento iluminador que ratifica esa vinculación entre espacio y tiempo, entre Historia y relato, entre educación y compromiso. Por eso, dice: Asumimos la responsabilidad de dejar testimonio de nuestro pasado mediato, en la línea de alentar el crecimiento y desarrollo de la educación pública, gratuita e inclusiva que también es un estandarte de la sociedad argentina y, como tal, una enorme responsabilidad de cara al futuro.
La rigurosidad del tratamiento de la información se ratifica en las páginas finales con la transcripción de la Bibliografía, Fuentes documentales, Prensa y Referencias audiovisuales.
¡Me olvidaba!
No podía ser de otra manera. El espacio protagonista, es decir el predio de la represión y la muerte, transformado ahora en un espacio institucional de Educación Universitaria, se visualiza en las distintas imágenes que cierran- ¿o abren?- los distintos capítulos. Dibujan, también, desde la tapa y contratapa el horror pasado, desde un tiempo-que queremos y creemos – acabado. La inexistencia de epígrafes y referencias, nos impide hacer una lectura de las mismas…
Un texto fundamental para entendernos… para saber de nosotros. Un aporte imprescindible a la Democracia y la República.
Bordes
De la culpa al perdón, de Norma Morandini
Una y otra vez, borroneo el concepto que titule mi lectura. Borroneo, como metáfora de empezar una y otra vez, las palabras que me expresen. Finalmente queda… Bordes. Bordes como imagen suavizada de un final y de un comienzo. De límites desdibujados e imprecisos. De pertenencia a ambos lados, a ambas partes. No como dualidad de ser y no ser al mismo tiempo, sino como suma de estados posibles, de modalidades. De presencias, no de ausencias. Queda… Bordes.
Tomo el libro. La imagen de Norma, me interpela, Me remite a otras miradas. La de niña, allá en el pueblo. La de joven militante que cursaba en la Escuelita. ¡Volver a vernos después de tanto tiempo! La estoy viendo. Aguerrida, comprometida en esa pasión por ese mundo nuevo que queríamos… que quedó en la memoria de nosotros y de tantos. La recuerdo nuevamente, en su protagonismo de periodista relevante. Con la nostalgia de ausencias no resueltas, con la tristeza de saber que no se pudo.
Por eso, leí el libro en aquel lejano 2015. Era una forma de encontrarnos en el tiempo fugaz de los recuerdos. En los retazos que quedan del pasado y nos hacen sentir vivos. En esa ausencia que me aqueja después de tanto dolor en los setenta, de tanta alegría en los ochenta, de tanto desaliento en los noventa… y de tanta vida que se escapa con los años.
Por eso, me resulta tan difícil escribir estas palabras. Porque quiero entenderla y que la entiendan. Porque formó parte de la historia más triste de nosotros… y no compartió el nuevo tiempo que tuvimos y que, ahora, compartimos en este espacio de lectura.
Pero… empiezo. Sobrevuelo el texto que he leído varias veces. Que releo. Que interrogo. Que interpelo…. Y les digo simplemente que lo lean… que significa una forma de estar vivos, una posibilidad de tener luz y transparencia. Una elección discutible para algunos… una decisión llena de sabiduría para otros.
De ese borde implícito en De la culpa al perdón, queda el camino demarcado en el subtítulo. Como construir una convivencia democrática sobre las intolerancias del pasado. Un borde que desdibuja la información sobre esos tiempos aludidos en la culpa y el perdón para enunciar la modalidad reflexiva que resulta de ese cómo Define, entonces, el texto en el Prólogo o Advertencia: Tal como sucedió a la sinuosa y postergada democratización de la Argentina, este trabajo se cocinó al fuego lento de los tiempos colectivos y de mi propia urgencia, para despojarme de ese pasado como peso y recuperarlo como memoria compartida. Un trabajo de despojo y de recuperación en tiempos de todos- muchos- y de uno –ella- . Paradojas de esos bordes.
Una y otra vez, esa primera persona enunciadora, señalará los nuevos bordes, entre la crónica periodística, el ensayo filosófico, el relato histórico. En mí confluyen la cronista que debió relatar ese tiempo dramático de la Argentina y mi vida personal, que se diluye en la tragedia colectiva de los que igualmente vivieron en las cavernas., dice. Una práctica aprendida para mirar el mundo y referenciarlo, se mantiene pero centrado en ella misma: Mirar a los otros como periodista para mirarme como objeto de entendimiento de ese tiempo. Es el borde. Por eso, explica: Entro y salgo.
Continúa: Si como periodista contrarío un prejuicio arraigado entre mis contemporáneos, la utilización de la primera persona la ejerzo de manera deliberada, casi como un acto de rebeldía, convencida de que uno de los logros más sutiles del autoritarismo es que en nombre de la falsa uniformidad del nosotros se aplasta la individualidad para distorsionarla por el terror. Entro y salgo, afirmo yo, ahora. Entro en una militancia desde la mirada que referencia lo real. Salgo a la reflexión como mirada que construye otro real.
Y entonces, exclama: Aquí están todas las personas a las que escuché, con las que lloré, las que me mostraron su desesperación, los artículos que fui escribiendo, los relatos periodísticos que leí, los libros que siguen indagando…. Acá, en este texto está todo eso. Está siempre ella… en una búsqueda nueva, diferente. Desde un nuevo borde que comienza.
Mezclará voces de intelectuales, de poetas, de estudiosos de la memoria. Nuevos bordes que apuntalarán las posibles construcciones desde la verdad requerida, la experiencia personal, la reflexión filosófica, el sentimiento y… la memoria. Quizás -se me ocurre- la memoria sea la mirada que convoque todas estas posibilidades de estar vivos, de ser personas sumergidas en los tiempos de la Historia. Una memoria que es un borde… muchos bordes que se expanden, y al mismo tiempo, permanecen: Como no narré a tiempo, en el mismo momento en que recibía estos relatos, el tiempo me impuso las preguntas sobre la índole del mal, la conducta humana en los tiempos del miedo. Sin embargo no tengo respuestas.
Las dedicatorias, abarcan el vasto mundo que componen las madres, los padres, los hermanos, los Hijos. Protagonistas indelebles de ese tiempo que se mira. Nombra las mujeres y los hombres, -comunes- atravesados también por esa Historia. Todos merecedores del perdón, como señala.
Los epígrafes proponen conceptos desde donde entrar y salir, desde donde mirar y pensar. La Historia. La Verdad. La Memoria. .Así con mayúsculas, despojadas de la significación simple para convertirse en el concepto de la significación simple para convertirse en el concepto que intuye, explica, define, conduce a la reflexión, socava pensamientos.
Doce capítulos estructuran el texto. Doce capítulos que se dividen en fragmentos –algunos- y que remiten a esa oscilación entre lo colectivo y lo individual. Nuevos bordes que dibujan el entramado que referencia pero indaga, que relata pero piensa, que explica cómo escribe. Y yo agrego: con las voces de esos otros- en las lecturas de sus textos- Esas voces que permiten- cuando el horror se hace presente, sin resquicios- entender desde la transparencia del lenguaje, ese tiempo en un espacio. Un espacio en aquel tiempo. Paradojas. Un tiempo del cual busca despojarse pero al cual siempre vuelve en un retorno fugaz, pero… retorno. Un tiempo que necesita de todas las posibilidades del lenguaje para ser nombrado, poder ser reflexionado.
Paradojas que necesite nombrar desde la metáfora cuando no alcanzan las palabras. Paradojas que, al abandonar la referencialidad. Se posibilite la reflexión, el abandono de la culpa, el encuentro real con el perdón. Y entonces, dice: Sobre las tramas del autoritarismo que recorre la segunda mitad del siglo pasado, he tomado la aguja para intentar un diseño que al exponerme revele el tapiz argentino. En el cañamazo sobre el que trabajé, ya están anudados las tragedias individuales tejidas con los hilos del destierro, las masacres, una guerra perdida y mucho dolor.
Y al decir esto, resume, sintetiza, expone el camino que las palabras ordenaron en el texto, la provisoriedad de un abandono/ encuentro, la culpa desechada /el perdón, necesitado. Nuevamente los bordes se avizoran en el fragmento que completa y habla de su yo que está presente en esas Conclusiones inconclusas. El Epílogo quizás sea un comienzo en ese discurrir por la escritura y sus meandros. Los tiempos de la espera que supusieron una publicación que se retarda en la suma de diez años, por incomprensión, por discrepancias. Pero si debí esperar casi diez años para mostrar y exponerme públicamente ante los otros, la espera se convirtió en un nuevo aprendizaje y en la constatación de muchas de mis intuiciones, en el sentido de que las responsabilidades no reconocidas desencadenaron procesos latentes de nuevas acusaciones.
Ese nuevo aprendizaje que supuso otros reemplazos, nuevos bordes. En términos personales, vivo la participación política como una consecuencia de la escritura de este libro. Solo cuando pude cerrar cuentas con ese pasado, dar vuelta la página porque ya había leído el libro entero, cambié la narración periodística, no solo por las columnas de opinión sino por la participación directa en las cuestiones públicas.
Cambios, transformaciones. Nuevos bordes. Utopías, instancias diferentes que mixturan lo personal y lo de todos. Por eso, concluye: Despojados de las culpas pasadas, leves para construir una sociedad justa y fraterna que nos incluya a todos.
La Bibliografía con que cierra el texto, permite recorrer nuevamente ese camino. Justifica las voces que encontramos cuando las palabras no alcanzaban para decir, mostrar, hacer memoria. Entender los horribles tiempos del pasado. Posibilita entender también, desde bordes ajenos, increíbles.
Les dejo el libro, bien abierto. La lectura nos propone un recorrido, ese, que apenas he entrevisto… para que ustedes, mis amigos, recorran tantos bordes… Tanto dolor que puede transformarnos y hacer del perdón una forma indispensable de estar vivos… acá en la Argentina, en este tiempo…
Les dejo, entonces, estas lecturas que son imprescindibles.
Es un marzo desvaído y sin otoño.
Solo está la memoria entre nosotros. En las palabras, en las paredes, en las calles transitadas, en la esperanza de otros tiempos… más humanos, más de todos,
¿Será posible que suceda?
Pronto vuelvo.
Los abrazo.
María
Textos
Arraya, Liliana y Gerbaldo,Gabriel 2022 El rol del destacamento de inteligencia General Iribarren. Editorial Universitaria Universidad Provincial de Córdoba. Córdoba.
Fantín, Ivana y García, Katy. 2016. La lucha, la tiza, el sueño. Marta Juana González. Edición de las autoras. Córdoba
Morandini, Norma. 2012 De la culpa al perdón. Como construir una convivencia democrática sobre las intolerancias del pasado. Editorial Sudamericana. Buenos Aires.
Foto principal: Acto frente a Tribunales federales de Córdoba, al dictarse la sentencia de la Megacausa La Perla – La Ribera – D2, el 25 de agosto de 2016. La imagen es parte de la muestra “Dispara”, de la fotorreportera Mechi Ferreyra.
* Docente e investigadora. Fue profesora de Literatura Argentina y Movimientos Estéticos, Cultura y Comunicación en la ex ECI, a la que dirigió en dos oportunidades. Es la primera Profesora Emérita de la FCC-UNC.