Claudio Orosz, el abogado querellante en el juicio de La Perla habla del conflicto en Gaza. Historia, religión y su tiempo de exilio en Israel.

Por: Santiago Rodriguez. Estudiante de la ECI.

A mediados de los setenta, un joven Claudio Orosz  se veía obligado a dejar Córdoba.  Luego del Navarrazo de 1974, la Escuela Superior  de Comercio Manuel Belgrano –donde él asistía y participaba del centro de estudiantes- fue intervenida, y muchos de sus compañeros perseguidos y hasta desaparecidos. “Nuestros padres fueron citados a la Policía Federal.  Les dijeron que éramos subversivos, factores disolventes “, cuenta en su estudio en Nueva Córdoba.  Es así como, por iniciativa de su padre, Claudio parte exiliado a Israel.  Allí, entre protestas en la Embajada Argentina y quemas de la foto de Videla, conoció de cerca la realidad de dos pueblos cuyo último conflicto hoy deja más de dos mil muertos.

¿Por qué te fuiste a Israel?

Allá vivían mis abuelos y mis tíos. Nunca había estado, no conocía el idioma y nunca había practicado la religión. Me tuve que adaptar, tuve que ir a la escuela, y vivenciar esto por un poco más de un año y medio.

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones al llegar? ¿Qué era lo que te pasaba por la cabeza?

En aquella época poco y nada me importaba adónde iba, me importaba más que nada la situación de la Argentina. El objetivo principal era organizarnos para repudiar la dictadura en Argentina y contactarnos con los miles de exiliados que llegaban todo el tiempo, devastados, destrozados, torturados, perseguidos. Al mismo tiempo participaba de la realidad israelí. Tenía vida social e iba a la escuela.  Es más, existía la posibilidad de que tuviera que hacer el servicio militar, aunque no tenía muchas ganas porque tenía en claro que el servicio militar era inexorablemente matar o participar en un acto represivo a la población árabe.

¿Por qué pensás que la sociedad israelí apoya el conflicto con Palestina?

Pienso que la opinión pública es manipulable. Hay una utilización de los medios masivos de comunicación para instalar un determinado discurso, en torno a que Israel se constituyó en un territorio que era un desierto, y no es así. En ese lugar había una población autóctona, que en su momento cuando se crea la resolución para crear el estado de Israel por las Naciones Unidas, también esa misma resolución ordena que se haga un estado árabe palestino, cosa que no figura en la versión oficial israelí. Ese discurso oficial también cuenta que dicha población árabe, es instada por los países vecinos a retirarse  de sus propiedades. Sin embargo la realidad es  que la población palestina fue expulsada de su territorio. De esta manera se crea una problemática con el pueblo palestino que es de difícil resolución por los discursos internos.

Otro argumento es el de Hamas…

Cuando se observan documentos oficiales de la colectividad judía vemos argumentos que ponen Israel como víctima que reacciona contra la agresión de Hamas, defendiendo su derecho de supervivencia. La realidad es que Hamas es el efecto del problema, no la causa. Un efecto execrable, por sus concepciones retrógradas, pero un efecto al fin.

En cierto sentido también Hamas es funcional al gobierno israelí. Porque el tirar misiles a la población civil israelí, sabiendo que está la Cúpula de Hierro, en alguna medida no produce daños. Sin embargo, sí produce tensión y nerviosismo que terminan siendo las excusas exactas para un ejército que está esperando ese tipo de excusas  para continuar con sus políticas de sistemática ocupación y colonización de territorios palestinos.

¿Cuál es la solución para el conflicto?

Desde el punto de vista del derecho internacional, todos los problemas que existen parten de que no ha habido la creación de un Estado Palestino, como ordena la Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1947.  La consecuencia de ello es que existe Gaza, que estuvo ocupada hasta el 2005. En 2006 se llamó a elecciones, y como no le gustó a Israel ni a la comunidad internacional que el ganador fuera Hamas, la Franja está absolutamente cercada.

Así solucionar el problema es difícil. Desde 2005 a la fecha  hubo tres operaciones militares. Los chicos de ocho años han vivido tres conflictos ya.  Son chicos que han visto morir chicos, han visto morir a sus padres, a sus abuelos. Es imposible que no tengan reacciones violentas o perspectivas violentas. ¿Qué sucedería si acá en Córdoba  nos pasara lo mismo?  ¿Cuáles serían nuestras reacciones?

Muy cierto. Por otra parte hay analistas que hablan de que la misma religión impide la paz, ya que  en el Corán figura que los judíos son eternos enemigos del islam.

Eso es una estupidez porque los judíos, particularmente los descendientes de judíos hispano-portugueses –sefardíes- saben que en El Andaluz, el reino árabe en la península ibérica durante 700 años, árabes, los judíos y los cristianos vivieron en absoluta convivencia pacífica. Por otra parte el tema religioso tiene importancia, pero los estados deben ser laicos. Por más que exista una enorme mayoría de determinada religión los derechos son para todos, religiosos o no. La cuestión religiosa es algo que uno vive en la casa.

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en Israel?

Estuve ahora en este último mes. Tengo un tío allá, así que voy muy seguido.

¿Y  cómo ves al país?

Veo cada vez un mayor deterioro de las fuerzas progresistas. El mismo deterioro lo noto en sectores como Hamas, absolutamente retrógrados que no pueden ver la necesidad de que este conflicto se desarrolle en la esfera de lo político y no de lo religioso. A su vez,  la comunidad internacional, especialmente la europea, está siendo cómplice por inactividad. La posibilidad de la colonización de Cisjordania que Estados Unidos le está dando a Israel es prácticamente equiparable a una política asesina. Se está violando el derecho internacional. Además se están construyendo separaciones físicas dentro de la tierra de los propios palestinos. Están sembrando todo para que este problema nunca acabe.

Impresiona mucho que la población judía, habiendo sufrido tanta persecución, tanta muerte hoy por hoy esté haciendo lo mismo…

La población israelí te referís. Los judíos estamos en todo el mundo y no apoyamos su política. Sí, es llamativo que quienes hayan sufrido en carne propia la segregación y la persecución en alguna medida repitan este esquema que sufrieron nuestros  parientes. Es inexplicable  por un lado, pero por el otro también sirve como discurso justificador de quienes apoyan estas  políticas.

En una mesa de debate en la que participaste en el auditorio de la Asociación Cultural Israelita de Córdoba, hablaste de una anécdota en la cual tenías que hacer guardia en tu escuela cuando estuviste en Israel.

En esa época teníamos que hacer guardia en nuestra escuela, que quedaba muy cerca de territorios ocupados en aquella época. Esa guardia obviamente era armada.

¿Te  preguntaste alguna vez que hubiera pasado si en tu guardia te encontrabas con un “terrorista” por así decirlo?

No sé qué hubiera pasado. Yo participaba de manifestaciones pro palestinas en el Estado de Israel, pero si alguien hubiera atacado la escuela, hubiera preferido preservar mi vida. No le deseo a nadie ese tipo de situación, porque es justamente donde el cerebro se empequeñece, aumenta la irracionalidad. Son ese tipo de situaciones a las que no tendríamos que estar sometidos  nunca.