“Soy estricto con la educación en la cancha”, expresó Alejandro Mansilla, quien dirige la Escuela de fútbol Fortuna de barrio Ituzaingó.

Por Loana Miglio y Evelin Sucatzky. Estudiantes de Comunicación Social – Fotografía: Rocío Fornerno.

La historia comenzó hace alrededor de un año, con la idea de generar un espacio de entretenimiento e inserción, para niños y adolescentes que no tuvieran posibilidad de pagar la cuota de un club. Al grupo inicial conformado por Alejandro y su esposa Isabel se fueron sumando compañeros de sus hijos y vecinos de 6 a 15 años. Sin embargo el reconocimiento de la Escuelita se produjo mayormente en barrios aledaños. Hoy el grupo se conforma por chicos y chicas de otros barrios y con diferentes realidades socio-económicas.

Una dificultad que surge para sostener el proyecto es la falta de apoyo por parte de sus propios vecinos, quienes lo estigmatizaron por su condición de rockero. Gracias a este rasgo fue posible el comienzo de esta historia. Alejandro es fanático de la banda de rock alemana Die Toten Hosen y a través de ellos se acercó a la historia del club de fútbol Fortuna Düsseldorf  al que los músicos patrocinaron desde los ’80 con la compra de jugadores y recitales a beneficio. De ahí surgió el nombre Fortuna Ituzaingó.

Identificado con la banda y el club alemán, Alejandro se comunicó vía redes sociales con gente del Fortuna para pedirle permiso para usar su imagen. La respuesta fue muy beneficiosa para su proyecto ya que sus pares orgullosos del club cordobés le permitieron además utilizar el logo y el nombre. Como si fuera poco, para su sorpresa, les enviaron un video, pelotas y remeras para la incipiente escuela de fútbol.

Fortuna Ituzaingó no tienen instalaciones propias, sino que los jugadores entrenan en un potrero del barrio. Allí se reúnen para jugar, por la mañana o la tarde, dependiendo de los horarios de los niños. En ese ámbito está prohibida la utilización de tecnología, para promover la creatividad y el juego.

Desde este año, el club ingresó a la liga de fútbol de barrio Yofre, donde tienen una competencia quincenalmente. Una característica original es que el trabajo de la Escuela se realiza de manera integrada, ya que conviven varones y mujeres sin distinciones. Esta forma rompe el esquema machista social imperante que aparece en los clubes de futbol.

Más allá de los objetivos deportivos, la intención de la escuela es reforzar los valores de amistad, compromiso, integración e igualdad, para que trasciendan la cancha y lleguen a los hogares de todos los chicos.

+info: http://fortuna-ituzaingo.webnode.com.ar/