A través de los medios nos enteramos a diario de casos de violencia de género. Pero las noticias suelen llevar implícito un mensaje que también es violento. ¿Cómo superarlo?
Por Emilia Julieta Urouro. Estudiante FCC.
Ivana Alochis, investigadora, y Laura Giubergia, periodista, escriben sobre el sufrimiento de otras mujeres a causa de abusos sexuales o la violencia extrema, que es el femicidio. Desde su formación y labor cotidiana, analizan el discurso que reflejan los medios y creen que otro tipo de noticias es posible.
Desde la Universidad Nacional de Córdoba, Ivana está elaborando su tesis de doctorado en Estudios de Género, titulada “Representaciones sobre la violencia sexual contra las mujeres y niñas en medios gráficos. Análisis lingüístico textual de las noticias (1983-2013)”. El trabajo analiza 30 años de publicaciones sobre agresiones sexuales contra mujeres y niñas. “Quiero trabajar la relación de poder y agresiones contra cuerpos feminizados”, dice la licenciada en Lengua Castellana y Lexicología. Su investigación no aborda trata ni abuso sexual seguido de muerte.
Alochis prefiere evitar la palabra víctima en su tesis, por una cuestión ideológica. Considera que cualquier mujer puede sobrevivir a un ataque sexual. Si bien una agresión sexual es un episodio que deja marcas para siempre, ella cree indefectiblemente en la capacidad de resistencia y resiliencia de las mujeres.
Desde la práctica profesional la periodista del diario Día a Día Laura Giubergia, escribe noticias sobre hechos delictivos o casos de violencia contra las mujeres. En su escritorio de trabajo tiene el decálogo de la Red PAR (Periodistas de Argentina en Red – Por un periodismo no sexista) y asegura que le es muy útil. En la redacción, dice que es opcional formarse en la perspectiva de género, aunque los editores les pidieron a los profesionales que se capacitaran para que todos conozcan las consignas básicas y elementales para abordar temas de violencia contra las mujeres.
Vicios del periodismo de género
Ivana enfatiza que existe incoherencia en las noticias sobre violencia de género: “Hay que ser coherente, es decir si vas a hablar de feminicidio, trátalo como tal desde el principio hasta el final. Y no hables de provocación, no justifiques el accionar, no hables de personas psíquicamente enfermas, o de la ropa ni de la apariencia física de la mujer y no des al público elementos sensacionalistas”.
Muchas veces se cometen errores al contar las noticias y como señala Alochis: hay que cuidar el vocabulario, porque ahí está todo. La investigadora recuerda una noticia en la cual el policía decía que el femicida había atacado a su pareja por represalia, ya que ella lo había denunciado por violencia de género. “El mensaje que se da a la sociedad allí es muy peligroso, vos denunciás… te matan, pareciera ser”, cuenta la profesora de Lenguas.
Incluso Ivana sostiene que en ciertos casos “las noticias tienen una fuerte carga justificativa y permanentemente hay diálogos de causa-consecuencia”. Si leemos que una adolescente “fue agredida cuando salía del boliche a las 3 de la mañana y estaba alcoholizada”, Alochis cuestiona: “¿Qué significa eso?, ¿Qué estamos dando a entender?”.
En el caso de Laura Giubergia, cuando cubre casos de violencia no culpa a la víctima ni justifica la agresión con emociones, e intenta reinterpretar lo dicho por las fuentes en los casos en que sea necesario. Si un policía dice: “fue un crimen pasional”, Laura no repite como argumento válido que por pasión mataron a una mujer.
Recomendaciones
La licenciada Alochis considera que si los periodistas se formaran en perspectiva de género, cambiaría la forma de redactar las noticias. Además cree que “hay que ponerse en la piel de las mujeres agredidas para informar mejor”. Y agrega: “cuando yo me pongo a leer los detalles escabrosos, morbosos, sensacionalistas y el uso que hacen de la figura de la mujer, pienso siempre en qué pasará por la cabeza de quien ha sufrido la agresión, y se ve reflejada tan bajamente en las noticias”.
Por eso, Laura aconseja tener en claro que “los crímenes son producto de la violencia, no de las pasiones”. Tanto a los nuevos como a los viejos periodistas, la periodista les recomienda no juzgar ni culpar a la víctima, ya que es uno de errores más frecuentes.
“Ni una menos” en el periodismo
El 3 de junio de 2015 se realizó una marcha en todo el país que marcó un antes y un después en el seguimiento de las noticias sobre violencia machista. “Ni una menos” fue el grito colectivo que sonó ese día. Laura Giubergia participa de la organización y cree que “hubo un cambio y una mayor consciencia sobre el tema”.
“Si analizamos los vicios erróneos en la cobertura de determinadas temáticas, muchas veces nos damos con que no sólo es el machismo el que lleva a estas equivocaciones, sino el desconocimiento. Creo que Ni Una Menos sirvió a la sociedad para discutir estas temáticas desde otro punto de partida, y puertas adentro de las redacciones, se tienen más cuidados para su tratamiento”, afirma la periodista cordobesa.