Los testimonios de Norma Gladys Bicocca, hermana de Eduardo José Bicocca, y de María del Carmen Pietri de Ferreyra, compañera de Adrián José Ferreyra aportaron información sobre complicidades civiles y la represión a estudiantes universitarios.
Por Paula Uribe Echevarría *
En la novena audiencia del juicio Diedrichs-Heredia, cuatro nuevos testimonios aportaron datos significativos sobre los delitos de Lesa Humanidad ocurridos entre marzo y septiembre de 1976 en Córdoba. Los hechos relatados durante la audiencia formaron parte de la causa Herrera.
En un primer momento, María Cristina Fonseca y Esthela Carla Schussler, ambas secuestradas y puestas en libertad durante la última dictadura cívico-militar, relataron por videoconferencia sus vivencias como sobrevivientes del terrorismo de Estado en la Argentina. Ambas fueron secuestradas en el año 1976 y llevadas al ex centro clandestino de detención La Perla.
Los testimonios siguientes fueron aportados de manera presencial por Norma Gladys Bicocca, hermana del trabajador Eduardo José Bicocca, desaparecido desde mayo del 76 hasta la actualidad; y María del Carmen Pietri de Ferreyra, compañera de Adrián José Ferreyra, estudiante de 22 años desaparecido en marzo de 1976.
Persecución de trabajadores en una empresa cómplice
Eduardo José Bicocca fue secuestrado de su domicilio en la madrugada del 26 de mayo de 1976. Allí, en una casa barrial de Unquillo, también se encontraba su madre y su hermana Norma, quien este miércoles 4 de noviembre relató lo sucedido. Su testimonio aportó detalles sobre la desaparición de trabajadores que tenían una participación gremial activa durante aquellos años, y como consecuencia, sobre la complicidad empresarial para con los militares.
A sus 24 años, Eduardo era empleado del Frigorífico Mediterráneo de Unquillo, donde tenía militancia gremial y protagonizaba movilizaciones por mejoras salariales, condiciones de trabajo y democracia sindical. Su hermana Norma así lo confirmó durante el testimonio, pero por su corta edad en aquel momento, no pudo asegurar si también militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
“Yo veía que se reunían y no me daba cuenta de nada. Estaba en otra porque tenía solo 17 años. Pero sí a veces a la nochecita se juntaban todos los delegados en mi casa y mi mamá me contaba que era para luchar por el trabajo en el frigorífico”, describió Norma.
Sin embargo, según los registros de la Comisión Provincial de la Memoria de Córdoba sí era militante activo de estas organizaciones. La misma noche que lo secuestraron, se llevaron a cuatro personas más, entre ellas otras dos víctimas de la causa Herrera y trabajadores del frigorífico: Bruno Carlos Castagna y Viviana Beatriz Real Meiners.
“Mi hermano sabía que se habían llevado a todos sus compañeros, pero no tenía miedo, porque para él no estaba haciendo nada malo”.
Norma Bicocca
Un mes antes de aquella madrugada en que se los llevaron, los militares habían secuestrado a varios de sus compañeros del frigorífico y de la militancia sindical. “Mi hermano sabía que se habían llevado a todos sus compañeros, pero no tenía miedo, porque para él no estaba haciendo nada malo”, contó Norma y agregó que entre los nombres que más recuerda de aquel primer secuestro son Rosario Aredes, Daniel Horacio San Martín y Mario Roberto Graieb.
“Estas personas fueron llevadas un mes antes que mi hermano, trabajaban en oficinas del frigorífico y algunos eran delegados. Están desaparecidos, no se sabe nada de ninguno”, describió Norma. En total, desaparecieron a nueve empleados y gremialistas del Frigorífico Mediterráneo. Fueron llevados a La Perla y nunca más se los encontró.
Frigorífico Mediteránero, «la lucha silenciada”
En 2014, gracias a testimonios recogidos por el Parque de la Memoria de Río Ceballos, HIJOS, Familiares Córdoba y el Archivo Provincial de Memoria, se realizó un documental sobre el Frigorífico Mediterráneo llamado “Mediterráneo. La lucha silenciada”. Allí, las fuentes hablan sobre la movilización sindical de los 70, la vida de los protagonistas en el frigorífico y la posterior represión a los trabajadores por parte de los militares.
Pocos años después, durante el juicio La Perla-La Ribera, salieron a la luz otros tantos testimonios que aportaron información importante para la investigación de la responsabilidad empresarial en la dictadura. En esa oportunidad, y tras testimonios de sobrevivientes sobre la empresa y la desaparición de sus trabajadores, la fiscalía solicitó que se investigue la responsabilidad del Frigorífico Mediterráneo, donde nueve empleados fueron secuestrados y desaparecidos entre marzo y agosto de 1976, entre ellos Eduardo.
“Señor Meira, ¿qué hizo con mi hijo?”
En el cierre de una extensa jornada testimonial, la última en relatar lo vivido en aquellos años fue María del Carmen Pietri de Ferreyra, esposa de Adrián José Ferreyra y madre de su único hijo. Adrián era un joven estudiante de 22 años que fue secuestrado a fines de marzo de 1976, en la casa de su abuela ubicada a las afueras de Cruz del Eje, en una pequeña población llamada Media Naranja.
María del Carmen, visiblemente emocionada de comienzo a fin, relató cómo la secuestraron junto con Adrián el 29 de marzo de 1976, a sólo cinco días de comenzado el terrorismo de Estado en el país. Ella estaba de 9 meses. Esperaban un bebé que nacería en unos pocos días, después de un embarazo complicado. A ambos los llevaron de manera violenta a la Comisaría de Cruz del Eje, donde los recibieron policías y militares.
Una vez más, la historia demuestra que la complicidad de las instituciones policiales, judiciales, empresariales, eclesiásticas, entre tantas otras, colaboraron en el éxito de este plan sistemático de desaparición, tortura y exterminio de personas. María no recuerda haber firmado ninguna documentación oficial, testimonial, ni judicial. Lo que sí recuerda es haber visto en la comisaría a dos de los 18 genocidas que este miércoles son juzgados.
Se trata del teniente retirado Carlos Horacio Meira y el capitán retirado Arturo Emiliano Grandinetti, ex interventor de la Municipalidad de Cruz del Eje. “Me dejaron en la sala de espera y a Adrián lo llevaron a una habitación contigua donde fue interrogado. Ahí, por un vidrio, vi que estaba el teniente Meira y otro señor, que después supe que era Grandinetti”, dijo María.
En ese momento del relato, la testigo tomó unos papeles que guardaba sobre su banco. Comenzó a leer una de las más de cien cartas que durante años le había enviado su suegra, Beatriz, a todos los que podían haber secuestrado a su hijo Adrián. “Desde el momento de la detención de mi hijo, diez meses a la fecha, he agotado todos los medios para saber de él. Siempre el resultado fue negativo. He concurrido a todas las reparticiones policiales, militares, etc. Señor Meira, ¿qué hizo con mi hijo? ¿Adónde lo llevó? ¿Está vivo?”.
Estudiantes de la UNC y militantes del PRT: «el enemigo»
Para el abogado querellante Claudio Orosz, el detallado relato que María del Carmen brindó en esta novena audiencia cobra relevancia también por volver a recordar la desaparición de miles de jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y fieles a sus ideales de la época. Una época colmada por utopías, luchas y revolución.
Adrián forma parte de uno de los tantos alumnos desaparecidos durante el terrorismo de Estado y, como casi la característica general de las víctimas del juicio Diedrichs-Herrera, militaba en el PRT. Además, integró la Comisión de Familiares de Presos Políticos en Córdoba. Esas fueron las principales razones de su secuestro. A María del Carmen, que militaba “superficialmente” y cursaba un embarazo de 9 meses, la liberaron a las horas. Adrián continúa desaparecido y nunca pudo conocer a su hijo.
Al finalizar el cuarto y último testimonio de esta audiencia, el tribunal integrado por el Dr. Julián Falcucci, la Dra. Carolina Prado y el Dr. Jaime Díaz Gavier dispusieron un cuarto intermedio hasta el miércoles 11 de noviembre a las 10 hs.
Click aquí para ver la segunda parte de la novena audiencia.
Crónica publicada en https://serajusticia.ar/
* Estudiante de la orientación en Producción Gráfica de la Licenciatura en Comunicación Social de la FCC-UNC. Redactora de Será Justicia – El diario de los juicios en Córdoba.