Por Gastón Klocker *
La expansión del coronavirus estableció un nuevo orden mundial. Con cuarentenas, confinamientos y aislamiento social se pretende apaciguar la propagación de la enfermedad, mientras las economías se resienten. En Argentina, la presencia del Estado está siendo esencial, pero también emergen la especulación y el oportunismo que propician subas de precios, despidos, violencia institucional y el estallido de una infodemia.
¿Sabes qué tipo de plan nunca falla? Ningún plan. ¿Sabes por qué? Porque si haces un plan la vida nunca funciona así. Mira a nuestro alrededor, ¿acaso pensó esta gente “pasemos la noche en un gimnasio”? Pero mira ahora. Todos están durmiendo en el suelo, nosotros incluidos (…) Sin un plan, nada puede salir mal. Y si algo se sale de control, no importa”.
Parasite (Bong Joon-ho, Corea del Sur, 2019)
La rápida expansión del coronavirus estableció un nuevo orden caracterizado por medidas preventivas y excepcionales encabezadas por los gobiernos de cientos de territorios del mundo, que avanzan con la pretensión de morigerar los grandes impactos de la pandemia. “La amenaza de una pandemia que se extienda por todo el mundo es real: un patógeno de rápido movimiento tiene el potencial de matar a decenas de millones de personas, desestabilizar las economías y amenazar la seguridad nacional”, había advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019.
Las potencias mundiales desoyeron, en un primer momento, los consejos del organismo y el coronavirus, una enfermedad infecciosa detectada por primera vez en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019, se extendió mundialmente a escalas peligrosas a principios de 2020. Los planes que actualmente pretenden frenar su propagación se iniciaron ya consumado el crecimiento exponencial de infectados y muertos en las más diversas geografías. Solo entonces se establecieron órdenes provisorios de suspensión de la actividad social y económica.
En Oriente y en Europa se impusieron cuarentenas, confinamientos, aislamiento social, restricciones de viajes, cancelación de eventos y cierre de establecimientos, que oficiaron de antecedentes a las medidas mundiales. El impacto que el virus podía tener en países subdesarrollados con menos infraestructuras sanitarias alertó a los Estados latinoamericanos, que tomaron medidas progresivas, en algunos casos, aprovechando cierta ventaja temporal. En Argentina se consideran oficialmente exitosas las disposiciones, ya que hasta el momento se lograron reducir las cifras de contagios y muertes proyectadas en este periodo.
El enemigo invisible
El Gobierno nacional encabezado por Alberto Fernández decretó, con apoyo y acompañamiento de la oposición, el aislamiento social, preventivo y obligatorio (DNU 297/2020), como medida excepcional ante el contexto crítico. En consecuencia, la población solo puede realizar desplazamientos mínimos e indispensables para aprovisionarse de artículos de limpieza, medicamentos y alimentos, aunque paulatinamente y tras más de un mes de confinamiento, se comienzan a permitir algunas tareas y actividades esenciales.
La presencia del Estado está permitiendo, a diferencia de otros países de la región, una gama de medidas económicas que permiten sostener la cuarentena, con el propósito de reducir los contagios del virus y que el sistema de salud pueda actuar con comodidad. Entre las iniciativas económicas, se destacan la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia, un bono para favorecer a los sectores más afectados, y la decisión de cobrar un impuesto a las grandes riquezas con el fin de crear un fondo federal de emergencia que duplique la asistencia prevista para las provincias.
En este sentido, la apuesta más fuerte del Gobierno es acceder a un acuerdo con acreedores para la renegociación de la deuda externa ante la situación de “default virtual”. El equipo económico nacional tiene voluntad de pago, pero busca extender los plazos establecidos, con un programa amoldado a la situación actual. Las autoridades consideran insostenible abonar en lo inmediato y apuntan a postergar los pagos hasta 2023, cuando la lucha contra el enemigo invisible haya cesado y sea posible una reactivación económica.
Por su parte, el Ministerio de Finanzas del Gobierno de la Provincia de Córdoba analiza también una negociación que permita reducir o evitar sus pagos de deuda: en total son 120 mil millones de pesos bajo ley extranjera y local, y la propuesta sería flexibilizar las fechas de vencimiento. A esto se suma la posibilidad que la Legislatura otorgó al Gobierno provincial para emitir títulos de deuda por 9.000 millones de pesos, destinados a la cancelación de obligaciones contraídas con proveedores y contratistas del Estado, pero que podrían utilizarse para cubrir sueldos en la administración pública.
El paraíso de los grises
Las sociedades están asistiendo a la transmisión de su historia en tiempo real: transformaciones de todo tipo constituyen minuto a minuto una fluctuación que parece inaugurar una nueva época. El enemigo invisible nos permite visibilizar problemáticas, posicionamientos y acciones que atentan contra la lucha común: los cambios en las dinámicas subjetivas y sociales se conjugan, a partir de las condiciones creadas por el Estado, con la emergencia y consolidación de la especulación y el oportunismo de diversos actores sociales que propiciaron la suba de precios, los despidos y la represión.
En esta dirección, entre marzo y abril se detectaron numerosas empresas con sobreprecios y fata de stock violando los precios máximos, y en el ámbito laboral se hizo presente el oportunismo empresarial de las grandes multinacionales que, escudadas en la falsa dicotomía salud vs. economía, despidieron a trabajadores, justificando su accionar con la situación que atraviesa el mundo (Caso Techint). Asimismo, en el marco del cierre de las economías y el cese de la producción, el Gobierno de Córdoba oficializó la suspensión de diferentes programas de empleo y asistencia (*), que implicará evitar un desembolso de 400 millones de pesos y la interrupción de las remuneraciones a más de 27 mil beneficiarios.
Por último, y a partir de las facultades que los decretos otorgan a las fuerzas de seguridad, se produjeron situaciones de violencia institucional y abuso de poder. En nuestra Provincia fue presentada una denuncia penal por “tentativa de homicidio” contra un policía que disparó por la espalda a un joven en Bell Ville. “Estamos en un Estado democrático de pleno derecho: nosotros tenemos derechos, pero también las fuerzas de seguridad tienen derecho a preguntarnos a dónde vamos, quiénes somos y por qué lo hacemos. Las fuerzas de seguridad están cumpliendo con su deber y uno tiene que poner buena voluntad, en la medida que no haya abusos”, asegura el abogado constitucionalista Miguel Julio Rodríguez Villafañe.
El otro enemigo
La lucha contra el enemigo invisible nos presenta el desafío de enfrentar también a un enemigo visible y preexistente, que al menos tiene tres cabezas: la especulación, el oportunismo y la proliferación de sobreinformación, desinformación y fake news que, rebautizadas como infodemia, atentan contra la integridad de una mayoría. Estos fenómenos políticos y comunicacionales se amoldan a las técnicas y manifestaciones de cada época, y la consecuente monopolización de la agenda mediática con el coronavirus evidencia nuevamente sus rasgos extensivos y peligrosos: el enemigo visible tiene ahora un peligro más directo.
“Cuando la información falsa y engañosa se extiende por las redes sociales sin que haya sido contrastada, puede resultar tan dañina como el propio virus. No porque la información infecte a las personas, sino porque esa información puede afectar cómo las personas se protegen a sí mismas (o no) del virus”, afirma la investigadora estadounidense Whitney Phillips. “Los espacios digitales hacen que sea mucho más fácil que se extiendan los rumores, no solo porque existen herramientas diseñadas específicamente para compartir, sino también otras para archivar y buscar”, agrega la especialista en cultura y medios.
Rumores, noticias falsas e informaciones erróneas pueden entenderse, según Kate Starbird, como esfuerzos de compresión colectiva o mecanismos de defensa propia, pero en este contexto no deben colonizar nuestras formas de informarnos y comunicarnos. El futuro está en suspenso y pensar un desafío inmediato nos empuja a protegernos del enemigo invisible, y también a combatir al enemigo visible, que se impone a través de la infodemia y propicia el avance de los intereses individuales y minoritarios por sobre el beneficio colectivo, con el peligro de potenciar el crecimiento de nuevas formas de egoísmo que atenten contra el progreso, como bien aduce Edgar Morin.
Al respecto, Manuel Castells asegura que “al igual que una sanidad pública mucho más potente será nuestra garantía de supervivencia, la digitalización completa de nuestra organización económica y social pasará a definirse como estructura permanente de mantenimiento de nuestra comunicación en cualquier circunstancia”. En este nuevo escenario, será necesario afrontar el reto ante un enemigo visible que complejiza la crisis, y utiliza el pánico y la confusión para beneficio propio, priorizando la oportunidad individual sobre el bien común, con el fin de desestabilizar una potencial reactivación socioeconómica que requerirá una ardua planificación en un futuro laberíntico.
(*) Entre ellos, PPP, PIP, PILA, POR MI y EL SOL.
Foto portada: Pablo Piovano, Buenos Aires. Para CovidLatam
CovidLatam es un espacio donde conviven miradas íntimas y globales de 18 foto-documentalistas que decidieron unirse y armar un reporte colectivo sobre los avances del Covid-19 en Latinoamérica.
(Más información: https://www.pagina12.com.ar/261164-fotografos-latinoamericanos-muestran-la-pandemia)
* Egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y adscripto a la cátedra Redacción Periodística I. Redactor del Observatorio de Conflictos Sociales Desafíos Urbanos de Cecopal.