Por Pablo Alarcón *

La propaganda de la dictadura en torno a Malvinas incluyó la manipulación de fotografías que debían acompañar el relato oficial y exaltar -a costa de la verdad- el patriotismo y el triunfalismo.

La fotografía es una forma de detener el tiempo en el momento en que la  lente capta una imagen o un hecho. El fotógrafo es capaz de contar una historia de acuerdo a lo que capta. 

Igual que durante toda la dictadura de 1976-83, el gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri se caracterizó en 1982 por un accionar clandestino y violento que buscaba la censura y la no publicación de imágenes de temas controvertidos en la prensa. La convocatoria de la marcha llamada Pan, paz y trabajo, el 30 de marzo de ese año, dejaba ver a un gobierno débil, que según Rosana Fernández “se descomponía a pedazos”. 

“Dame el rollo”. 30 de marzo de 1982 / Foto: Lucio Solari

“La represión de esa manifestación se centró en los fotógrafos. Les rompieron las cámaras y les velaron los rollos. Una de las reacciones que tuvieron frente a la represión fue usar sus cámaras y su oficio como estrategia de defensa. Así mostraban los hechos que fotografiaban y al mismo tiempo, como si fuera una metaimagen, las condiciones en las que ejercían su trabajo”, cuenta Cora Gamarnik.

Investigadora y profesora de la Universidad de Buenos Aires, Gamarnik es autora del trabajo La fotografía de prensa durante la guerra de Malvinas. Según su opinión esa marcha del 30 de marzo de 1982 puso en evidencia la crisis política y económica que enfrentaba el gobierno que, ante la necesidad de mantener el poder, desde hacía ya tiempo planificaba un acontecimiento capaz de encolumnar a todos los argentinos: el conflicto pendiente con el Reino Unido por la ocupación ilegal de las islas Malvinas era su objetivo .

Así, la ocupación de Malvinas se planificó durante meses. La realidad quiso que entre la marcha y represión del 30 Marzo y la invasión apenas pasasen unas horas. Y que la proximidad temporal dejara a la luz una línea difícil de ocultar. 

La guerra no solo fue un conflicto armado, sino también una batalla informativa. Se buscó construir un relato con imágenes e información muy distante de la realidad. Era la última oportunidad para la dictadura de Galtieri para recuperar el apoyo perdido. Pero la realidad no sería la deseada, y por eso la intervención sobre las imágenes fue directa. 

Un soldado argentino en un momento de descanso / Foto: Daniel García

Según Garmanik, el Estado Mayor Conjunto “aceptó la propuesta de las dos agencias y se estableció un convenio por el cual viajaron un redactor de Noticias Argentinas y un fotógrafo de Diarios y Noticias. Al regreso, las dos agencias compartirían el material. NA envió a Osvaldo Gazzola como cronista y DYN a Daniel García como reportero gráfico. El acuerdo incluía que las fotos se revelarían en el Estado Mayor Conjunto”. 

“El teniente nos da unas instrucciones: cinco carillas de hoja oficio, tipeadas a un espacio de los dos lados diciendo todo lo que no se podía fotografiar”, cuenta Daniel García en una entrevista realizada por Garmanik.

Eduardo Farré, otro de los fotógrafos enviados al conflicto, recuerda que estas instrucciones los llevaron a tener que pedirles a los soldados que posen para armar una foto, que pareciera que están en combate, por más que no hubiese acción alguna. 

Soldados argentinos en un puesto de defensa antiaérea / Foto: Eduardo Farré

Dice Farré sobre la foto en la que se ve a los soldados apuntar fusil en mano: “Esa foto mía es muy posada…  Yo tenía a los soldados  ahí,  tenía  que  hacer  algo,  quería  hacer  la defensa y les dije que se pusieran. Esa es la verdad. Fue así”. 

En la segunda foto, García se salió del protocolo impuesto por los militares. Cuenta que tras hacer unas fotos de rigor con el entonces gobernador de las islas, Mario Benjamín Menéndez, al salir del cuartel se encontró con un “colimba” de apenas 18 años que se dirigía al comando de los Royal Marines.  Entonces, aprovechó la situación y pidió que lo llevara. Así logró captar una de las fotos que contradecía todo el discurso triunfalista que la dictadura había instalado hasta entonces. En ella se puede ver un soldado angustiado con la mirada perdida. Detrás la leyenda en inglés decía algo así como: “Peligro de derrumbe, aléjese de los muros”

La falsa Iwo Jima

El armado del discurso triunfalista no solo se limitó a mostrar los soldados en batalla. Se necesitaban además postales en la que se viera a soldados tomando posesión del territorio. El 3 de abril de 1982,  una imagen donde unos soldados sostienen un pabellón nacional, tal como si lo estuvieran plantando, comenzaría a circular por la mayoría de los medios de comunicación. Los más avezados ponían en duda su veracidad, puesto que desde el desembarco no había avión que hubiera regresado al continente. Las investigaciones posteriores dieron cuenta de la realidad: la foto había sido tomada en la Escuela de Mecánica de la Armada, muy cerca de las redacciones de los matutinos que la publicaban y a miles de kilómetros de Malvinas. 

Foto tomada en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), probablemente el 1° de abril de 1982

Abuso y censura

Una vez que el conflicto se prolongó en el tiempo, se les impidió tanto a los medios internacionales como nacionales que cubrieran el conflicto directamente. Y el celo con los periodistas era tal que, cada vez que un fotógrafo o periodista volvía al continente era requisado. Era el operativo para definir aquellas fotos que “no podían circular”. 

Esto provocó la aparición de un “mercado negro” mediático. Se pagaba mucho dinero y en dólares por una foto. La guerra se había convertido en el principal punto de interés, tanto de la sociedad argentina como de buena parte del mundo occidental. 

Jorge Durán, fotógrafo de Noticias Argentinas en 1982, recuerda: “En el Hotel  Sheraton había oficinas de la (revista) Newsweek, de (Semanario) Stern de Alemania. Todos los medios internacionales estaban acá y se llegaron a pagar 20.000 dólares por rollos sin nada. Los milicos tenían el negocio y se quedaban con los rollos de los fotógrafos de Télam que estaban en Malvinas y los vendían”.

La foto del momento en que se hunde el crucero ARA General Belgrano es emblemática para graficar esta situación. El 2 de mayo de 1982, mientras las balsas de salvamento se alejaban, el teniente Martín Sgut miró hacia atrás y documentó el momento del hundimiento con su cámara. Sgut le entregó el rollo al comandante del Belgrano, Héctor Bonzo. Al parecer Bonzo pidió que el material se revelara y se mantuviera en estricto secreto. Sin embargo, The New York Times publicó la foto el 9 de mayo, con créditos de Gamma, la agencia que se las había vendido, manteniendo el anonimato del fotógrafo que se las había enviado. 

La foto, tomada por el teniente Martín Sgut y entregada a sus superiores en la Armada, se publicó días después en The New York Times

“Nadie sabía que esas imágenes existían. Ni quién las había tomado. Las vimos por primera vez la tarde del 8 de mayo de 1982, en la antigua redacción del diario The New York Times, a pasos de Times Square”, cuenta el periodista de La Nación Héctor D’amico.

La publicación fue un gran golpe al discurso triunfalista que había armado la dictadura militar. Cinco días antes, la revista Gente había publicado su famosa tapa con la leyenda: “Estamos ganando”. 

La guerra de Malvinas no solo fue una guerra, sino también una evidencia histórica del armado mediático que puede realizar un gobierno con las noticias que decide difundir con un objetivo específico, la cual nos invita a reflexionar y criticarnos sobre la información que estamos consumiendo, por más que esté “chequeada” o provenga de la “fuente oficial”.

Nos invita también a comprometernos como ciudadanos de la democracia a difundir información lo más legítima posible, con fin de poder crear una sociedad más transparente y creíble, más aún en los tiempos que corren.

 

Fuentes:

Herrera de Noble, Ernestina y Kirschbaum, Ricardo (2010). Malvinas. La guerra inexplicable. En Grandes fotografías del periodismo argentino. Diario Clarín. Buenos Aires.

Gamarnik, Cora. (2015) El fotoperiodismo y la guerra de Malvinas. En Fotografía e historia en América Latina.  John Mraz y Ana Maria Mauad (coordinadores) p. 225. CdF Ediciones, Montevideo, Uruguay.
https://www.academia.edu/28535909/El_fotoperiodismo_y_la_guerra_de_Malvinas_una_batalla_simb%C3%B3lica_Fotografia_e_historia_en_America_Latina_Cora_Gamarnik_225_256_pdf 

Gamarnik, Cora. (2015)  La fotografía de prensa durante la guerra de Malvinas: la batalla por lo (in)visible. Revista Páginas. Universidad Nacional de Rosario.

https://revistapaginas.unr.edu.ar/index.php/RevPaginas/article/view/197/220 

Hector D’Amico. Soborno y deslealtad. Cómo se filtraron las imágenes del hundimiento del General Belgrano que hicieron historia. La Nación. 2 de abril de 2012.
https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/soborno-y-deslealtad-como-se-filtraron-las-imagenes-del-hundimiento-del-general-belgrano-que-nid02052024/

 

* Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en prácticas supervisadas de trabajo final en el portal Qué y la Secretaría de Producción y Transmedia.