Adriana Ruth Gelbspan Einis tenía sólo 17 años y empezaba a estudiar Ciencias de la Información, el 27 de mayo de 1976, cuando la secuestraron. Hubiese cumplido 18 el 27 de octubre. La llevaron a la D2, centro clandestino del Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba, junto al Cabildo. Más tarde a La Perla. Las marcas en su cuerpo mostraban que había sido salvajemente torturada. Su cadáver apareció en la zona de Tres Cascadas, en Ascochinga, junto a un grupo de militantes. Los fusilaron. Después simularon un enfrentamiento. Sus restos fueron entregados a sus padres. “Quiero mirar a los ojos a los que asesinaron a mi hija”, dijo su madre antes de declarar en la Megacausa La Perla.