Por Claudia Laudano

Dentro de las estrategias utilizadas para impulsar una ley que termine con la clandestinidad de los abortos, las plataformas digitales ostentan un lugar destacado. El ciberactivismo feminista definió los términos del debate público.

Claudia Laudano, especialista en redes sociales y feminismo

Tras décadas de lucha feminista, por fin nos encontramos a las puertas de obtener el tan postergado derecho al aborto legal en el país. Desde hace 15 años, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito lidera el proceso de ampliación del debate público, además de ser autora de uno de los proyectos de ley que se discutirán en el Congreso, junto al del Presidente de la Nación. 

Dentro de las estrategias utilizadas por la Campaña para impulsar una ley que termine con la clandestinidad de los abortos, las redes sociales ostentan un lugar destacado. En ese sentido, luego de haber generado listas temáticas de discusión, páginas web y blogs, la distribución de información por redes sociales se multiplicó de forma exponencial hasta instalar el hashtag #AbortoLegal como primera tendencia de debate en Twitter en 2016. 

Desde entonces, el ciberactivismo feminista continuó con la táctica de convocar a acciones planificadas como los tuitazos para marcar presencia en la plataforma Twitter, por su centralidad en el debate político actual, con actores sociales que disputan sentidos y despliegan tácticas del mundo de la política, periodistas, grupos activistas, artistas e influencers

En ese sentido, 2018 constituye un hito insoslayable respecto del uso de redes sociales y, en particular, de hashtags vinculados a la legalización del aborto, en el marco del debate legislativo del Congreso. Una trama fértil entre viralización en redes y mediatización se comenzó a tejer a comienzos del año, por declaraciones que involucraron a personajes del mundo del espectáculo y desataron cataratas de posteos, alrededor de dos ciberacciones puntuales.

En primer lugar, el hashtag #AbortoLegalYa se posicionó en el tope de las tendencias tuiteras, como respuesta a las afirmaciones de un actor que ensalzó la maternidad como destino privilegiado para las mujeres, y, en segundo lugar, otra intervención de una actriz que, al cuestionar al feminismo desde equívocos clásicos como amar a los varones y respetarlos, desató una conversación intensa en Twitter con el hashtag #Soyfeminista durante dos días seguidos hacia fines de enero. 

Una notable repercusión mediática de esta ciberacción feminista espontánea llevó de inmediato el debate a la televisión, con presencia de mujeres feministas que abordaron diferentes tópicos, entre ellos, la necesidad del debate sobre la legalización del aborto. Dichas emisiones obtuvieron a diario rating alto y, de la mano del ciberactivismo feminista, resultaron tendencia en redes durante horas.  Mientras tanto, desde la Campaña convocaron pañuelazos en todo el país y a tuitear con #AbortoLegalYa, el hashtag insignia del reclamo. 

Tiempo de tuitazos de la @CampAbortoLegal 

El inicio de las exposiciones en el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados en abril de 2018, con movilizaciones en distintas ciudades del país, reinstaló el multiexitoso hashtag #AbortoLegalYa en el primer puesto de las tendencias, con una conversación que se extendió durante trece horas. Merced a la transmisión en directo por el canal oficial en Youtube, las sesiones informativas generaron un seguimiento atento en sectores de la ciudadanía, con un escrutinio minucioso de las falacias promovidas por participantes contrarios a la legalización del aborto junto a la producción de una batería de memes como instancia de ridiculizar ciertos planteos. A la vez, en el transcurso de las sesiones, se ensayaron diferentes iniciativas de presión por medios digitales hacia legisladoras/es para que definieran públicamente su voto, entre ellas, desde la plataforma Activa el Congreso. 

De allí en más, se registra una cronología sostenida de acciones exitosas en redes durante las sesiones informativas, donde el reclamo por la legalización del aborto se convirtió en tendencia de debate con diferentes hashtags (#QueAbortoSeaLey, #AbortoNosotrasDecidimos, #AbortoLegalJusticiaSocial, #AbortoLegalEsSalud, #AbortoDeudadelaDemocracia, #YoVotoAbortoLegal, entre otros), para sortear la regla de las empresas medidoras que dejan de rankear aquellos que se convierten en tendencia con asiduidad. “Las redes son nuestras”, posteaba la marea verde eufórica, junto a los pañuelazos en el país y las acciones a pleno escenario con música, poesía, oradoras y baile cada “martes verde” afuera del Congreso, hasta obtener la media sanción del proyecto de ley.

Trazos del ciberdespliegue anti-abortolegal 

Tras manifestaciones esporádicas en Twitter, la primera incursión planificada en contra de la legalización del aborto ocurrió el 25 de marzo de 2018, el día del niño por nacer. El hashtag #SíALaVida acompañó on line la movilización impulsada por la iglesia católica, con el muñeco gigante de papel maché símil feto como emblema, objeto de múltiples memes despiadados en redes. La repercusión desmedida de este estreno digital en la métrica de las tendencias generó suspicacias respecto del uso de bots en la acción.

Durante esa etapa exploratoria en redes se registra una serie de convocatorias puntuales para tuitear con hashtags centrados en su particular noción de vida: #CuidemosLasDosVidas, #ArgentinaQuiereVida, #LaVidaNoSeNegocia, #SalvemosLasDosVidas, #MarchaPorLaVida y #VotemosVida, entre ellos. El punto de inflexión se produjo con la aprobación del proyecto por la legalización del aborto en la Cámara de Diputados, instancia en que comenzó la etapa ofensiva en redes. 

A la par de la confrontación directa de las ciberacciones convocadas por la Campaña (por ejemplo, respondiendo con el hashtag #RechazoFederal a la acción #PañuelazoFederal convocada por aquélla a fines de junio), se intensificó la frecuencia de las acciones propias para obtener visibilidad pública y repercusión mediática. Sin despliegue innovador, la estrategia consistió en imitar a quienes lideraban el  debate, al igual que con otros recursos simbólicos, como los pañuelos celestes, los pañuelazos #PorLaVida (del feto) y la metáfora de la ola celeste. Esta fase de disputa incluyó un incremento de acciones de violencia en línea en diferentes plataformas, así como en espacios públicos, por parte de estos sectores.

A pesar del esfuerzo de los grupos opositores por centrar el debate en la protección de la vida fetal, un logro significativo de la Campaña en este período consistió en desplazar la disputa hacia la necesidad de terminar con la clandestinidad de los abortos practicados a diario en el país. De tal modo, el hashtag #AbortoLegaloClandestino sintetizó de modo pertinente los términos de la discusión. 

A la vez, dentro del clima de opinión álgido durante el proceso de debate legislativo se realizaron posteos críticos en torno a las participaciones de funcionarias o políticos en medios, se narraron historias acerca de “Mi Pañuelo Verde” y experiencias polifónicas desde #YoAborté, así como relatos de acompañamientos de abortos. 

Aún con las prácticas de violencia en línea y la monetización de las participaciones por parte de las empresas, este conjunto de experiencias diversas de apropiación tecnológica se transformó en su devenir en una de las dimensiones significativas del reclamo por la legalización del aborto en la arena pública que hoy exige #AbortoLegal2020.


* Profesora titular e investigadora en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); especialista en redes sociales y feminismo.