Una mirada sobre la implementación del Programa Conectar Igualdad en las escuelas de Córdoba.
Por: Marina Lerda y Lorena Paola Llanes. Egresadas de la ECI.
Durante 2010, el Estado argentino creó el Programa Conectar Igualdad (PCI) con el objetivo de proporcionar una computadora a todos los alumnos y docentes de escuelas públicas secundarias, de educación especial, e institutos de formación docente de todo el país. La propuesta buscó emparejar las oportunidades de acceso a las nuevas tecnologías. Sin embargo, el programa aún enfrenta enormes resistencias especialmente por parte de los docentes encargados de implementarlo.
¿Qué impacto causó el programa en los estudiantes de nivel medio? ¿Cómo lo incorporaron los docentes a sus prácticas? Para clarificar estas nociones, Angela Alessio -docente e investigadora de la Escuela de Ciencias de la Información- encabezó el proyecto El impacto del Programa Conectar Igualdad en las prácticas institucionales de las escuelas secundarias públicas de la Ciudad de Córdoba en el año lectivo 2011. La investigación fue realizada en cuatro institutos provinciales de enseñanza media (IPEM) y dos escuelas pre-universitarias de la capital cordobesa.
A cuatro años de su implementación, ¿cuál ha sido el impacto dentro de las prácticas institucionales escolares? ¿Se modificó la práctica pedagógica de los docentes?
Angela Alessio: La idea del PCI es que el estudiante pueda trabajar dentro o fuera de la escuela con la computadora. Entonces es importante que el docente piense algunas actividades de sus contenidos incorporando las nuevas tecnologías. Vemos que eso no está ocurriendo, algunos sí lo hacen pero encontramos que aún hay muchas resistencias. No es una cuestión etaria, sino que hay una suerte de resistencia en cuanto al uso de la herramienta tecnológica en el aula.
¿Qué opinan al respecto los docentes?
A: Por un lado mencionan la falta de capacitación en cuanto al uso de la computadora, al manejo del software específico de Conectar Igualdad. Por otro lado, también hablaron de cierto temor por la utilización de una herramienta frente a todos los alumnos que los estudiantes manejan mejor que sus docentes. Entonces frente a su inseguridad no usan la herramienta.
Excusas y resistencias
Además, un reclamo constante por parte de los docentes es el desfasaje que existe en los contenidos curriculares. Según ellos, la exigencia de cumplimentar los contenidos dentro del calendario escolar dificulta la implementación de las nuevas tecnologías.
Otro problema que surgió fue la falta de apoyo institucional. Los docentes dijeron que no reciben un fomento, un estímulo, o una suerte de obligatoriedad por parte de los/as directores/as que los incentive a utilizar las computadoras.
“Personalmente creo que es una excusa de parte del docente, ya que normalmente se puede utilizar esta herramienta y hasta pueden sintetizarse algunos contenidos e inclusive integrarlos con otras materias”, expresó Alessio.
Los resultados de la investigación realizada en 2013 muestran que la mayoría de los docentes entrevistados, “quieren seguir haciendo lo que hacen. No quieren modificar las prácticas que vienen de hace años, ya que para muchos implica salir del lugar de comodidad”, comentó la investigadora.
Más allá de los datos obtenidos, el Programa Conectar Igualdad logró acercarse a sus objetivos, sobre todo en “los que tienen que ver con inclusión, con equidad, con la igualdad del acceso a la tecnología y todo lo demás. Solo faltaría la parte donde el docente se incluye e implica activamente. Una parte fundamental”, subrayó Alessio.
Como planteó Inés Dussel, investigadora de trayectoria en educación, “la brecha digital hoy se produce entre los usos más pobres y restringidos, y usos más ricos y relevantes. Por eso no es suficiente con dotar a las escuelas con computadoras o con acceso a Internet: también es necesario trabajar en la formación docente y en la formulación de nuevos repertorios de prácticas que permitan hacer usos más complejos y significativos de los medios digitales.”
Imagen gentileza El Monitor