Por Natalia Álvarez Torres *
En los últimos meses volvió a estar presente en los medios el tema de la inseguridad vial. El Foro de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales reivindica el valor de la vida y la importancia de poner en agenda un problema de salud pública, cuya gravedad se expresa en las más de once personas por día que durante el primer cuatrimestre del año perdieron la vida en calles y rutas argentinas.
En estos últimos meses se instaló en la agenda mediática nuevamente el tema de la inseguridad vial, impulsado por la repercusión que tuvo el juicio por la denominada “Tragedia de Circunvalación” donde murieron dos jóvenes: Agustín Burgos y Sol Viñolo, y fue gravemente herida Fernanda Guardia. El caso tuvo mucha relevancia pública, no sólo por la tarea de visibilización y el pedido de justicia de familiares y amigxs de las víctimas, sino también porque el fallo del Tribunal fue considerado histórico: Alan Amoedo, el único imputado, fue condenado por homicidio simple con dolo eventual, una figura penal inédita para casos de esta índole.
En Argentina, según el Observatorio Vial perteneciente a la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el total de víctimas fatales de siniestros viales del primer cuatrimestre de 2022 (de enero a abril) fue de 1339. Esto da un promedio de 11,3 muertes por día. Esta escalofriante cifra no es excepcional, sino que se corresponde con la media registrada en los últimos cinco años en nuestro país.
Habitar las calles, generar conciencia
Marcela Alfaro es la presidenta del Foro de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales de Córdoba. Esta asociación civil integra a personas que perdieron sus hijxs, hermanxs, nietxs a causa de siniestros viales y también a otrxs ciudadanxs sensibilizadxs y comprometidxs con la causa que colaboran y acompañan.
La organización comenzó a funcionar de manera informal desde el año 2011 y en 2015 se constituyó como asociación civil: “Por obra de la confluencia de un tiempo y espacio particular coincidimos en las calles varias familias de víctimas fatales que nos empezamos a reunir en una esquina de una calle céntrica y la cortábamos todos los 26 durante todos los meses por dos años”.
“En ese momento todos estábamos impactados porque la mayoría de los familiares eran de hechos recientes, no sabíamos qué nos sucedía, tal vez el ánimo era la consternación y la falta de saber en realidad en qué vericuetos estábamos metidos más allá del duelo que estamos transitando. La pérdida de alguna forma era inexplicable para nosotros en tanto no estábamos presentes en los hechos, ya que los hechos viales son inesperados, sorpresivos, fatales. Te conmocionan y te fragmentan”, recuerda Marcela.
Y añade: “Eso hizo como un cuerpo en las calles. No podíamos hablar, no nos salían las voces. Sólo repetíamos los nombres de las víctimas y decíamos ‘presente’ y caminábamos desde la 27 de Abril hasta la plaza y ahí hacíamos unos cuantos gritos”.
En esa misma época, casos como el de Maru Ellena y el de Leandro Ravasi tomaron relevancia en la agenda de los medios de Córdoba. Los dos jóvenes murieron en circunstancias parecidas: atropellados en el centro de la ciudad por vehículos que circulaban a alta velocidad. En ambos casos, el conductor abandonó el lugar del hecho y se dió a la fuga.
Entonces, quienes integraban la organización procuraron desarrollar estrategias para interpelar a los poderes judicial y político: “Empezamos a molestar tanto que empezó a aparecer la prensa, empezamos a aparecer en los diarios, hasta que en un momento por fin empezó a tener un poco de trascendencia todo esto e invitamos a una carpeada al frente del Panal (la Casa de Gobierno de Córdoba)”.
“Era un 17 de octubre y no nos dimos cuenta. Entonces, el Gobernador nos mandó a los ministros a perseguirnos para que no hagamos la carpeada -relata Alfaro-. Así nos recibieron el ministro de Seguridad y la ministra de Justicia de ese momento (2014). A partir de eso, pudimos entrar en contacto directo con el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, ahí se empezaron a mover las causas en esta incongruencia que nosotros veíamos: ¿por qué se los trata (a los hechos viales) como si no existieran, pero a la vez los caratulan como homicidios e inician una causa judicial? Uno como familiar de víctima necesita darle un cierre, por lo menos a lo que se imagina que sucedió y que alguien diga: ‘Bueno, esto puede haber sucedido…’”.
Representaciones de lo evitable
Uno de los objetivos fundacionales del foro es interpelar a los distintos responsables de que estos hechos totalmente evitables sigan sucediendo: “La interpelación al poder se basa en esta búsqueda de que no pase más. Y si pasó, que el Estado funcione como tiene que funcionar, que se deje de invisibilizar y de naturalizar”.
“No son accidentes”, asegura Marcela. “No es algo que pasa fortuitamente, son muy pocos, porque está comprobado por expertos en seguridad vial, ingenieros y criminólogos que la mayoría se debe a fallas humanas ya sea por el estado de la infraestructura o también por la conducta de los actores de la vía pública y de la acción de los gobiernos para ponerlo dentro de la agenda pública”.
-¿Por qué creés que es tan difícil cambiar esta representación?
-Bueno, creo que son muchos factores. Primero, del orden del inconsciente, todos somos sujetos del lenguaje. Creo que dentro de la psiquis de cada uno hay algo que cree que “esto no me va a pasar”. Hay una negación a pensar, una dificultad para medir los riesgos porque esto de utilizar el auto es algo tan común, nacimos con el auto como parte de nuestra vida cotidiana y este artefacto tecnológico que sirve para mejorar nuestras capacidades de locomoción termina siendo un arma. Entonces, volviendo a la pregunta: ¿qué hace difícil? Son un montón de cosas. Es un fenómeno psicosocial que es mundial, Argentina no está ajena a esto, Córdoba tampoco. Hay una dificultad para que los gobiernos se involucren e insistan con políticas públicas y comunicacionales para que se vaya instalando la posibilidad de percibir los riesgos y remarcar que las normas no están hechas para molestar o recaudar solamente, sino también para preservar el derecho a la vida. Y preservar este derecho también implica los otros derechos como es el derecho a transitar. Porque transitamos podemos trabajar, curarnos, ir al parque, hacer actividades recreativas.
-Tampoco podemos pensar estas representaciones fuera del contexto social de este momento…
-Hay ciertos conceptos y constructos de la época como el individualismo y la omnipotencia. Son imaginarios instalados, por eso son tan fuertes, como creencias y costumbres inconscientes que involucran la falsa sensación de poderío, esta falsa sensación de “yo si tengo el auto más grande y más veloz, soy más fuerte, mejor”, que se va instalando por supuesto en una sociedad de consumo, capitalista, donde se venden autos y se crean ciertas imágenes. En esto tienen que ver los medios de masas y los que hacen las publicidades: “Yo soy joven, fuerte, hermoso, poderoso y a mí nadie me va a imponer nada”. Creo que es una época muy difícil también. El uso de la vía pública es público pero anónimo, es de todos y de nadie, entonces hay también como una increencia de que vivimos en un sistema y lo que hace otro provoca efectos en los demás y que cada acción, así pongamos un pie bajo el cordón, está produciendo un efecto, como un efecto mariposa en todos aquellos que también están transitando en ese momento por ese lugar. No hay una representación del riesgo unida al cuidado y amor al semejante.
La reflexión en comunidad
Desde el área de Educación del foro se proponen diferentes actividades ligadas a la formación vial, resaltando la importancia de adoptar una conducta vial segura como parte de la convivencia ciudadana. Uno de los proyectos que impulsan es el de incluir la educación vial como materia obligatoria en los niveles inicial, primario y secundario de las escuelas. Marcela entiende que la falta de este contenido fue causa de que muchas veces docentes de escuelas de toda la provincia lxs invitaran para trabajar sobre el tema de la seguridad vial dentro del programa de materias sociales.
En varias oportunidades, pudieron realizar proyectos integrales con las escuelas que duraron casi un año: “Pudimos sacar un diagnóstico de cómo piensan los chicos, de qué manera usan sus vehículos y a partir de ahí ellos mismos nos señalan por qué no cumplen o en qué lugares se producen los hechos más difíciles, cuál es su relación con la policía, el miedo que les da…”.
Además de los talleres en escuelas, las personas que integran el foro también realizan intervenciones comunitarias. En el mes de junio, mes de la Seguridad Vial, llevaron adelante actividades en algunos barrios de la Ciudad de Córdoba para que se visibilice la necesidad de medir riesgos en torno a la circulación.
“Casi todos tienen alguna víctima vial en los barrios más alejados de la ciudad -señalan desde el foro-. Entonces, cada familiar que esté en alguna zona hace una puesta en la escuela, en la plaza, en donde ellos consideren, un lugar público donde puedan hablar, poner unos carteles y hacer luego una colección de fotos con la gente común, la que no aparece en los diarios. Creando un espacio de memoria para que se acerquen los que no conocemos pero también hablando sobre la necesidad de preservar la vida, del cuidado de mi cuerpo, del cuerpo del otro, de los cuerpos en movimiento, de esos cuerpos que por ser anónimos no significan que sean inexistentes”.
Hacerse cuerpo colectivo
“Hicimos un cuerpo con estos otros familiares que no teníamos cuerpo, que no teníamos voz”. La transformación del dolor individual en una lucha colectiva es un fenómeno que se repite a través de la historia desde las Madres de Plaza de Mayo hasta lxs familiares de víctimas de gatillo fácil. Desde el foro construyen una red de contención para acompañarse, enlazarse, sostenerse.
“Tenemos un grupo de madres que nos juntamos cada quince días para poder hablar entre todas sobre qué nos sucede -cuenta Marcela-. Luego en las reuniones generales decidimos que vamos a hacer y esto de pasar de la pasividad a la lucha ya de por sí tiene efectos terapéuticos o efectos en lo subjetivo. Porque sentimos que hay alguien que nos va a respaldar cuando yo no tengo cuerpo, cuando yo no pueda hablar va a poner el cuerpo para sostenerme. Porque todas tenemos cosas en común, que otros familiares nuestros tampoco entienden, hay un montón de situaciones que tienen que ver con que el duelo por un hijo no es un duelo cualquiera, no es lo mismo. Tal vez es para siempre, y jugarte con ese vacío, tener que sobrevivir sin caerte, como bordeando siempre un límite es un camino difícil. “Ahí vienen las locas” termina diciendo tu familia, tus amigos, cualquiera. Y sí, seremos las locas porque tenemos razones para serlo y a nosotras no nos importa eso sino sentirnos seguras de que eso no nos afecte sino al contrario, nos posibilite la capacidad de resistencia, de lucha, para encontrar caminos que nos hagan bien, en pos de los demás, en honor a los que perdimos. Al transformarse en eso se hace más soportable”.
El testimonio de Marcela permite dimensionar la importancia del trabajo que realizan las personas que integran el foro, no solamente en su función de red de contención, sino también para poner en debate un tema que nos atraviesa a todxs y tiene un espacio muy pequeño en la agenda de los gobiernos. Ocuparse de la seguridad vial implica hacerse cargo de un fenómeno muy complejo, de un problema mundial que no puede ser abordado desde un solo punto de vista, pero que merece una atención urgente.
La OMS y un plan integral global
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud creó un plan llamado Decenio de acción para la seguridad vial 2021-2030. Su objetivo es disminuir al menos un 50% las muertes y traumatismos causados por siniestros viales para el año 2030. El plan insta a trabajar de forma integral y llama a los gobiernos y otras instituciones a aplicar un “enfoque de sistemas seguros”, lo que significa abordar el tránsito en las rutas como un sistema complejo que priorice la seguridad.
Este enfoque integral implica que deben tenerse en cuenta los errores humanos, el diseño de las vías de circulación, la fabricación de vehículos y sus sistemas de seguridad, así también como la mejora de los protocolos de atención médica una vez producido el hecho vial y la creación de un sistema integral de apoyo a las víctimas y sus familias.
* Estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC). Equipo de prácticas preprofesionales en el Qué Portal y la Secretaría de Producción y Transmedia de la FCC.