Carlos Vicente, titular de AFSCA Córdoba habla sobre el concurso para nuevas licencias y asegura que es posible construir otras audiencias.  

Por Santiago Rodríguez Estudiante de comunicación social/ECI
Nereo Magi Licenciado en Ciencias de la Comunicación/ECI

“La comunicación popular tiene que servir para construir redes y asociatividad”, explica el ex vice intendente de la ciudad de Córdoba, actual referente de la Afsca local (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual).

Con una vasta trayectoria en la militancia y la lucha por los Derechos Humanos, considera que Martín Sabatella lo designó al frente de este organismo, como “un reconocimiento” a su lucha.

En esta entrevista Vicente afirma que los cambios  de época y las nuevas tecnologías “deben salir del esquema de grandes inversiones que plantean los grupos monopólicos”.

Cree que se pueden construir nuevos medios y muy potentes, sin grandes inversiones, con un sentido federal y excelente calidad de contenidos.

¿Nos podría contar acerca de los concursos para la adjudicación de las 189 licencias de radio?

Creo que esta situación tiene mucho impacto para democratizar la comunicación. No se había hecho en cien años de radiofonía del país, ni en Córdoba. Es la utilización de un procedimiento totalmente transparente y de igualdad de oportunidades. No hace falta ningún tipo de intermediación, la relación es directa entre el solicitante y el Afsca. La información para acceder a las licencias está disponible en forma gratuita en la oficina que atiende de 9 a 14 horas en General Paz 34.

¿Cómo se informa a los interesados?

Se han hecho seis talleres informativos en seis ciudades representativas de las distintas zonas de la provincia de Córdoba. Hemos hecho un pliego amigable, en el cual los funcionarios de Afsca explican a los interesados cómo funciona. Es gratuito y transparente, ya que nadie en este organismo puede manejar un peso; el cupón se paga en el Banco Nación, solo se debe llenar un formulario con requisitos, para evitar que el solicitante entre en una incompatibilidad con la ley: que no sea funcionario público, ni funcionario de la dictadura militar y que no tenga una empresa de servicios públicos.

¿Cuál es la importancia de este llamado?

Lo principal es el proyecto comunicacional, y que se respete el sentido de la Ley de Comunicación Audiovisual. Por ejemplo, que se respeten las cuotas de producción de música nacional e independiente, de elaboración local…  es decir, todo aquello que hace a la protección de la cultura local, regional y provincial. Por sobre todas las cosas, que el proyecto comunicacional sea concebido como un servicio público.

¿Cómo se puede hacer para que las radios del tercer sector sean auto sustentables? Entendemos que la cantidad de radios va a crecer, pero la torta publicitaria se mantendrá inalterable, complicando el financiamiento de esos nuevos proyectos.

De las 189 licencias, el 40% será asignado a organizaciones sin fines de lucro; pero esto no significa que no puedan cobrar publicidad. Las organizaciones deben ser sociales, es decir, no comerciales. Esa es la clasificación ante la ley.
En cuanto al financiamiento, va a haber nuevas voces, ojalá así sea, ese es uno de nuestros objetivos. Este concurso permitirá que se regularice la situación de muchos que hoy están fuera de la ley. Queremos  que todos estén dentro de la ley.
Esto guarda relación con uno de los anuncios más importantes realizados por el Estado, en este caso por la Presidenta: una nueva medición de audiencias llevada a cabo desde el seno de las Universidades públicas. Esto tiene directamente con el reparto de la torta publicitaria, y este nuevo sistema va a transparentar cuánto se paga el segundo, democratizando el acceso a la pauta publicitaria privada, que es la fuente de financiamiento de las radios. Es decir, políticas públicas para promover y proteger proyectos comunicacionales populares.

¿La audiencia se construye?

Exacto, pongo por caso el aporte enorme de Canal Encuentro y Paka Paka en la construcción de audiencias. Hay que construir audiencias, ya que existen modelos hegemónicos como el de Tinelli, y no se trata de erradicarlos, sino de generar nuevos modelos. El debate que generó la Ley de Medios en este sentido es muy novedoso, porque ahora la gente recibe críticamente lo que recibe, o al menos se pregunta de dónde viene.  Sabe que lo que dice Grupo Clarín, no es lo mismo que dice Canal 9 o el programa 678. Creo que trabajando bien, se puede construir audiencias en el término de un año.

 Hoy el modelo comunicacional se basa en el entretenimiento a toda costa; es decir, los reallity, las peleas mediáticas y el rating. ¿Se pueden cambiar estos paradigmas de consumo de medios?

La importancia de este nuevo sistema de medición, construido a través de las universidades, cuestiona, por un lado, si es tan cierto lo que mide Ibope. Esto es un círculo vicioso del cual no se puede salir: los grandes anunciantes nos dicen qué se debe ver. Ahora se puede poner en duda con otro sistema de medición. Por otro lado, y muy importante, tener una producción cultural que tenga que ver con los tiempos que vivimos.

A la tinelización no la vamos a erradicar porque nos enojemos, ni porque la suprimamos. Hay que construir alternativas, ante estos grandes pulpos mediáticos que invisibilizan la otra producción de contenidos. Para construir una cultura alternativa debemos primero democratizar el acceso a los medios.

Links de interés: 

En diálogo con Radio Revés, Carlos Vicente se refirió a la autorización de la radio universitaria y además explicó las condiciones y acciones a desarrollar para que se cumpla la democratización de la Ley.