Corría el año 1974, cuando el entonces jefe de la policía de Córdoba: Antonio Navarro, tomaba el control de la ciudad derrocando al gobierno popular y democrático de Obregón Cano y Atilio López. Este hecho histórico es conocido con el nombre de: “El Navarrazo”, el cual marcó un antes y un después en una provincia donde la represión, la intolerancia y la persecución eran moneda corriente.
Por Gastón Bailo. Ex alumno de la ECI.
Unos meses más tarde, tras la muerte de Perón y bajo la conducción de Isabelita, Córdoba es intervenida por el brigadier Raúl Lacabanne. Y con esta intervención, de un hombre de la derecha reaccionaria argentina, se abre uno de los capítulos más sangrientos y con más presos políticos de la historia de la provincia, previa la última dictadura militar.
En ese entonces, la gran mayoría de las mujeres encarceladas por razones políticas eran trasladadas a la cárcel del Buen Pastor, ubicada en el exclusivo y céntrico barrio de Nueva Córdoba. Fue en este penal donde veintiséis presas políticas pertenecientes a diferentes organizaciones sociales participaron de una fuga.
La noche del 24 de mayo de 1975, tras un operativo bien organizado en el que participaron más de cincuenta personas, veintiséis presas políticas pertenecientes a diferentes organizaciones se fugaron del precinto tras una elaborada hazaña. Desde afuera de la cárcel, una camioneta Ford derribaba una reja instalada en la calle Obispo Oro. Del lado de adentro, una de las presas rompía un vidrio para que sus otras veinticinco compañeras saltasen desde una ventana, que ya no tenía reja, hacia su libertad.
Sin embargo, la gran mayoría de las mujeres que participaron de la fuga volvieron a ser detenidas y hasta la actualidad, nueve de ellas continúan desaparecidas.
En memoria a las nueve desaparecidas que participaron en la fuga del Buen Pastor
Helena Harriague – Norma Melani – Ana Vilma Moreno – Alicia D´ambra – Rosa Novillo – Ana María Liendo – Zulma Ataydes
Sonia Blesa – Susana Ávila
Dedicado a las ex presas, ex presos políticos y a las víctimas del Terrorismo de Estado. A todas las personas que se les violan sus derechos: presos, desaparecidos y asesinados en democracia.