Por Guadalupe Scotta *

Una galería con fotografías históricas. Las coberturas visuales realizadas por medios alternativos, comunitarios, organizaciones sociales y fotógrafxs independientes muestran la pluralidad de los feminismos y la potencia arrolladora de la marea verde.

Esta es solo una pequeña porción de imágenes que se construyen como lanzas por el derecho a decidir. Desde el terreno de la mirada, de lo que se “canta” en las fotos (también) los feminismos empujan. Surgen desde las napas, traen tiempos y se meten en las casas, piquetes, redacciones, paredes y desbordan la calle. Corran los que quieran, no hay caso, acá está la creciente y ya tiene imaginarios.  

En las movilizaciones se imprimen imágenes que retratan el movimiento desde la altura, con una fuerza inabarcable. Los números de las  acciones de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito se estiman de a miles; la masividad no tiene fronteras y el fuego recorre América Latina.

Las coberturas visuales realizadas por medios alternativos, comunitarios, organizaciones sociales y fotógrafxs independientes se detienen en aquello de lo que son parte. Encontramos la marea y también primeros planos, medios y detalles. Rostros, corporalidades y colectivos. Nos llevan en la creciente.

En las fotografías aéreas se ve la potencia, pero no se puede distinguir que dentro de la corriente se mueven los feminismoS, en plural.  Y que esas cuerpas colectivas no responden a los paradigmas de mujer CIS, blanca y de clase media. Así, como se puede pensar en las fuerzas que se proyectan en los Encuentros, que antes eran nombrados “nacionales” y “de mujeres” hasta que en La Plata (2019) se gritó que son “Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y No Binaries”. 

Entre las producciones de imágenes encontramos constelaciones que hablan de las disputas de sentido, de la búsqueda por trazar narrativas por fuera de la hegemonía, la heteronorma y la blanquitud. Es así que MEDIONEGRO (Comunicación Alternativa), por ejemplo, decidió hacer foco en aquellos feminismos que solían quedar invisibilizados. La misma experiencia se percibe en otras producciones que problematizan de qué manera nos retratamos y quiénes se paran desde el fuego de laS rebelioneS. 

En la década de los 80 tomaron fuerza las imágenes conservadoras en las que se dibujan asesinatos. Las visuales producidas en torno a las acciones del movimiento feminista, en cambio, pusieron en escena a las vidas. La creciente rompió el silencio de la clandestinidad y las narrativas recuperaron el territorio del cuerpo y el derecho a decidir. Instantáneas de ojos que rugen que el aborto legal salva vidas.

A la palabra “provida” como patrimonio antiderecho se la desarma con la danza que está en las calles. Se capturan expresiones de las maternidades deseadas, aparece la amistad como sentido político, el abrazo y las redes que se multiplican. Los gestos, el de pintarse la cara y el glitter como brillo “orgulloso”. Ante la criminalización de la práctica, se ponen rostros , se mira a cámara . Las imágenes cantan: ¡Y ahora que estamos  juntas! ¡Y ahora que sí nos ven!

Pañuelazos en el aire tiñen los cuadros, la identidad y se muestran como un hilo que conecta a la marea. En este lugar del sur, el uso del pañuelo tiene historia de lucha y dialoga con el camino de las Madres y Abuelas de la Plaza. El triángulo de tela, que tuvo su origen en 2003, viaja desde Latinoamérica hasta Kurdistán. 

Antes del “verde aborto legal”, las prendas y telas que se ubicaban en esa escala cromática se conocían como “verde Benetton”. La creciente lo recuperó del espacio de la neocolonia y el arrebato. Mientras, los feminismos organizados y las asambleas territoriales y piqueteras hacen arder las narrativas que intentaron establecer que el pañuelo no era una bandera del campo popular.

El verde explota, no se ancla a una idea biologicista. Las imágenes no traen memorias como un viaje hacia atrás; son aquello en lo que seguimos navegando: de las postales históricas de la Campaña –en el inicio de los 2000 en la Plaza San Martín de Córdoba– a las imágenes del Congreso de la Nación, hoy “tomado” por la marea.

 * Licenciada en Comunicación Social. Periodista.