En el Ciclo de Conversaciones en Red II: Educación a distancia y virtual desde una perspectiva de derechos participaron el ministro de Educación de la Nación Nicolás Trotta, el ex Rector de la UNC Francisco Tamarit y Yudith Rosenthal del Centro A Ofri – MASHAV de Israel.

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El análisis crítico sobre el rol de los y las educadoras en contexto de la educación a distancia tuvo un tinte de esperanza y optimismo. El aislamiento social obligatorio permite pensar esta situación como una instancia de cambio y la pospandemia se vislumbra como un futuro lleno de posibilidades en el campo educativo.  Reflexionan el  Ministro de Educación Nicolás Trotta, el ex Rector de la UNC Francisco Tamarit y Yudith Rosenthal responsable de la Agencia de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.

 De este lado del Zoom y del otro lado de YouTube se llevó adelante el Ciclo Conversaciones en Red II: Educación a distancia y virtual desde una perspectiva de derechos organizado por la cátedra Organizaciones sociales y educación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC  y el grupo de trabajo de CLACSO Apropiación de Tecnologías e Interseccionalidades. La actividad fue coordinada por Susana Morales, Yanina Araya y Alejandra Restagno y contó con más de 1700 participantes.

El camino que hemos transitado estos primeros meses de emergencia sanitaria global y -según el caso- de cuarentena, ha obligado a gobiernos y actores sociales a repensar los marcos educativos. La Educación a Distancia y/o Virtual tiene una existencia y una trayectoria que ha sido puesta a prueba en el último período. En estos ciclos de Conversaciones en Red, se reunieron para debatir acerca de los aprendizajes y el futuro de la Educación como un derecho para todos y todas, a partir de los desafíos que supone la distancia y la virtualización.

¿Qué pasa con la apropiación de las tecnologías? ¿Cómo accedemos a la enseñanza- aprendizaje? ¿Cuáles son las condiciones? ¿Qué nuevos desafíos pedagógicos plantea la pandemia? ¿Qué políticas de estados se están desarrollando? Éstas son algunas de las inquietudes que tiene lugar a través de la pantalla, la misma que se convierte en mediadora entre estudiantes y maestros de todo el mundo.

Para Trotta, Tamarit y Rosenthal, la pandemia pone en jaque a las instituciones educativas frente a los pendientes: utilizar las tecnologías en las aulas en el marco de una escuela que se constituye como el espacio de contención social y de promoción de derechos de niños niñas y adolescentes de nuestro país. Para los interlocutores, la educación primaria no debe aislarse de los demás niveles educativos ni de la Región. Así, para ellos, la dimensión subjetiva de este momento de aislamiento social implica transitar un proceso de revisión del modelo educativo tradicional para la construcción de estrategias que incorpore las tecnologías y los nuevos desafíos técnicos, emocionales e ideológicos.

En su rol de responsable de la cátedra, la Vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Susana Morales señaló: “Esperamos que estas conversaciones sean un aporte genuino para el desarrollo de políticas públicas que incluyan a las experiencias de tantas y tantos actores del campo educativo; que hemos asumido nuestras tareas en virtualidad con un compromiso necesario y entusiasta, conscientes de los desafíos que se presentan para el sistema educativo”

Compartimos una selección de las ideas principales:

Nicolás Trotta

“Es un momento complejo y desafiante de trabajar para garantizar la continuidad educativa y pedagógica en una Argentina profundamente desigual”

  • Es imposible hablar de un proceso de virtualización educativa  porque aquí se evidencia la desigualdad social vinculada a los problemas de conectividad, el acceso a hardware (computadoras o celulares) y el proceso de apropiación y capacitación de los profesores y de nuestros estudiantes.
  • La desigualdad también está vinculada a la ruptura de los consensos que se habían dado en materia educativa respecto a la inversión. El Gobierno de Cambiemos suspendió el programa emblema Conectar Igualdad y de 5 millones 300 mil computadoras que se asignaron a estudiantes durante el gobierno de Cristina Fernández se redujo la inversión a  300 mil computadoras repartidas en gabinetes educativos dejando un costo muy grande en la sociedad.
  • Se viven procesos de creciente uso de la tecnología en la cotidianeidad de nuestras vidas, algo activo en la sociedad a pesar de las desigualdades. WhatsApp  se convirtió en una herramienta de vincula maestros y estudiantes.
  • Otro punto es la trayectoria educativa de los adultos del hogar: en 9 de cada 10 hogares la responsabilidad de la continuidad pedagógica es la madre, el estereotipo de una sociedad aún machista que la escuela debe trabajar con la aplicación de la Ley de Educación Sexual integral.
  • El camino es la inversión educativa y la construcción de una agenda analógica vinculada con el uso de la tecnología, distribución de cuadernos de hoja de ruta entre maestros, docentes y familias, 300 horas de radio que emiten 7 horas de radio clases de lunes a viernes y la difusión de programas Seguimos educando en sistemas de medios públicos como la televisión pública, Encuentro y Paka Paka. Para la adaptación curricular al uso de la tecnología hay cursos autoasistidos o con tutores en el marco del Instituto de formación docente continuo.
  • El desafío que se afianza luego de la pandemia es desarrollar una plataforma educativa nacional que debe garantizar la gratuidad de la navegabilidad educativa (Hemos pautado con las empresas de telefonía celular a gratuidad de la navegabilidad de datos en nuestra página de Seguimos educando y de las 24 jurisdicciones educativas y las 57 universidades nacionales para colaborar – no resolver- en no condicionar el aprendizaje).
  • El camino es cumplir la Ley de Educación Nacional, de Financiamiento Educativo, la Ley de Educación Técnica, herramientas que implican consensos de la centralidad educativa como herramientas de transformación social y priorización del desarrollo de nuestro país.
  • Hay un proceso de gran complejidad en el regreso a las aulas. El impacto es profundo e implica un proceso de reorganización académico pedagógico que debe garantizar los aprendizajes de nuestros niños y niñas y adolescentes poniendo el foco en la problemática que se viene de desgranamiento en el primer trayecto de la educación superior (y desplegar políticas nacionales provinciales y municipales de las organizaciones sociales para desplegar estrategia comunes para buscar reinsertar a los chicos que NO vuelvan a los establecimientos educativos).
  • La escuela es irremplazable para recuperar los procesos de enseñanza aprendizaje. La pandemia nos enseña que las tecnologías utilizadas con objetivos pedagógicos adecuados es un aliado (no un fin en sí mismo) como una herramienta que sirve para los procesos de creación de conocimiento.

Francisco Tamarit

“La pospandemia debe ayudarnos a pensar en un sistema de producción educación integrado lo cual involucra a la educación superior porque aquí reposa la formación de los jóvenes y los maestros. La triada ciencia, tecnología y educación nos dará las herramientas para mejorar la situación en pos de la prosperidad”

  •  Desde su rol de coordinador para América Latina y del Caribe de la Educación Superior reflexiona sobre el papel de la educación desde un lugar geopolítico y geoestratégico en el cual parece que la globalización empieza a resquebrajarse.
  • Tiene sentido recapacitar a la luz de una tragedia que vivimos como continente y que no esperábamos (pero tal vez era previsible), pensando que somos capaces de modificar esta situación.  
  • La pandemia nos muestra cierto grado de miserabilidad con el cual convivimos en América Latina y lo que más llama la atención es que muchas veces domesticamos, insensibilizamos y convivimos pacíficamente con situaciones vergonzosas como la mercantilización del conocimiento.
  • Quienes tenemos la responsabilidad de transferir conocimiento tenemos la responsabilidad de pensar en La América Latina de la pospandemia, atesorando el conocimiento que poseemos. La tragedia del continente es la incapacidad de encauzar los potenciales en una idea plural, diversa que nos lleve a imaginar un futuro mejor que involucra la integración regional.
  • El conocimiento es un eje central en la construcción de soberanía  y  de articulación en búsqueda de potenciar derechos, solucionar problemas de gobernabilidad, mejorar capacidades competitivas y darle sostenibilidad a un proyecto para la región.
  • La educación superior es un instrumento de pertinencia social: Producir, atesorar y transmitir conocimiento es nuestra tarea.  La educación superior no es una mercancía.
  • El desafío es construir una agenda educativa que tienda a propender a la patria grande con una visión de conocimiento como bien preciado que genere prosperidad. Deberíamos poder articularlo con otros saberes que se producen en territorio en una búsqueda de construir un nuevo paradigma del buen vivir.
  • El debate de la educación que viene no puede perder la dimensión latinoamericanista con la ilusión de la construcción de una comunidad de universidades que haga del conocimiento que atesoramos una herramienta indispensable a disposición de la sociedad, con cooperación, inversión, respeto a la diversidad cultural.
  • Es necesaria una pedagogía atada al territorio, donde la educación superior sea multicultural con los pueblos originarios y afrodescendientes a fin de conjugar el legado cultural milenario con el valor de la ciencia. Así se puede pensar una integración montada sobre la diversidad no para crear algo nuevo sino para reconocer los potenciales existentes.
  • El Covid promovió un grado de cooperación científica que permite pensar que es posible tener una agenda común en el territorio y abordar problemas desde el conocimiento de manera cooperativa.

Yudith Rosenthal

“No vamos a cambiar el pizarrón por el Zoom. Debemos traer un cambio de habilidades científicas tecnológicas y emocionales para empoderarnos a nosotros mismos”

  • La pandemia es una oportunidad para mirar las cosas de una manera diferente y lograr cambiar, procurando potenciar las habilidades vinculadas a la adaptabilidad, resiliencia, comunicación, autorregulación, pensamiento crítico, solidaridad, habilidades digitales, empatía, inteligencia emocional y trascender las materias que conocemos hoy.
  • Hay que remplazar los  estandartes educativos de los conocimientos y habilidades del pensamiento crítico a la que estábamos acostumbrados.
  • La calidad educativa pone foco en la calidad del educador como guía, mentor y agente de cambio: una persona que sabe desarrollar su medio ambiente para colaborar con otras, crear redes de trabajo pensando en una educación de por vida.
  • Los educadores  aparecen como arquitectos sociales. Es necesario crear una maestría académica de la profesión, de ser el maestro de vocación siendo un emprendedor educacional.
  • El proceso de evaluación debe modificarse.  Hay que cambiar el materialismo y dejar de ver al estudiante como el resultado de un producto. Medir mirando el bienestar del educando.
  • La clave para eliminar la incertidumbre está en la política educativa, la dirección educativa, del personal educativo y de su capacidad de establecer certeza y poner en práctica los nuevos desafíos.
  • El llamado es a cambiar la palabra enseñar y utilizar solo el aprender. Para eso hay que  desaprender para aprender a aprender y eso es lo que el mundo está tratando de hacer.
  • Una pedagogía orientada al futuro es el camino desde el punto de vista pedagógico. Aparece entonces el pensamiento computacional: ya no son las ciencias de computación sino que es un pensamiento computacional para abordar abstracción, algoritmos, patrones, descomposiciones.
  • Educar desde el pensamiento del emprendedor para darle a los niños las herramientas para pensar cómo investigar, cómo ser creativos que va acompañado con la innovación distructiva que es lo que vivimos ahora como una posición positiva para poder lograr verdaderamente los cambios. La autonomía y la flexibilidad es el primer paso como punto cardinal de lo que estamos viviendo…
  • Para la inclusión necesitamos un proceso de aprendizaje social y emocional aunque sea virtual que respete al  fracaso como un camino para el éxito y no solo evaluar los resultados en los estudios.
  • -La pandemia trajo un  proceso de aprendizaje que  implica romper límites y crear nuevas conexiones. La escuela ya no es el único lugar donde se puede aprender. Se puede aprender en todos lados. Entonces hay que crear formatos nuevos de aprendizaje que mezclen lugares, edades, redes, instituciones universitarias con nivel inicial, educación y espacios laborales. Una educación híbrida donde se fusiona la virtualidad y lo presencial para pensar cómo hacer algo verdaderamente holístico  en pos de la autonomía, la flexibilidad, la libertad y la inclusión.

El registro audiovisual completo de la charla: