Por Aldana Regina Levy*
Los continuos procesos de cambio y deconstrucción que moldean y configuran a la sociedad nos obligan a abordar la perspectiva de género en el ámbito comunicacional. No considerarla implica un error en la construcción de sentidos, ya que deja entrever cómo –aún en la actualidad– sigue gravitando el sistema patriarcal. Como comunicadores es un deber ético el alzar la bandera de la inclusión social.
Cada día son más les comunicadores y periodistes que abordan las noticias partiendo desde una mirada inclusiva con perspectiva de género. Es decir, cuestionan en sus tratamientos de la información los estereotipos diferenciados de las mujeres, hombres e integrantes de diversas colectividades sexuales. Sin embargo, resulta sorprendente que en el siglo XXI y con la transformación de los modos de vida globales existan todavía posturas conservadoras de medios de comunicación hegemónicos. Y llama la atención porque Argentina se destaca por ser un país progresista y reformista, que avala las libertades sexuales de las personas.
Esta contradicción en los modelos comunicacionales mediáticos repercute en la idealización y estigmatización de la mujer y los diversos colectivos de identidades no binarias. Consecuentemente, se crea una confusión en el plano semántico, debido a la implementación de mecanismos de desinformación. A continuación, se analizará un ejemplo de este punto. La noticia, publicada por un medio gráfico muy renombrado a nivel nacional, se refería a una mujer que practicó un aborto y el titular fue: “Marcha por la liberación de una madre acusada a su bebé”.
Con ese enfoque, las personas que no se encuentran familiarizadas con el hecho ocurrido, al leer el titular pueden comprender una visión de los sucesos totalmente distinta de la manera en la que ocurrió. La primera imagen que se viene a la cabeza al leer esa frase no es la de la práctica de un aborto. Así se crea un acontecimiento dotado de estigmatización, en donde se inhibe al concepto de mujer como la poseedora de los derechos inherentes a su cuerpo, lo cual se encuentra sostenido por el modelo heteronormativo androcéntrico. Una vez más, se evidencia el poder de la palabra que trae consigo un sinnúmero de imaginarios, los cuales pueden fomentar la construcción de roles estereotipados machistas.
“Pasional” es un tango
Un grave error de les trabajadores de la información, es el falaz y penoso hecho de considerar como “crimen pasional” a un femicidio. Implícitamente, se sabe que la deconstrucción social trajo consigo una revisión de enfoques comunicativos que los profesionales deben tener en cuenta. El concepto de crimen pasional, lamentablemente, se sigue utilizando por medios informativos reconocidos mundialmente. He aquí un ejemplo de febrero del 2020:
Por casos como éste, se debe seguir insistiendo en la importancia y medida del uso de la palabra a les profesionales de la información. A su vez, es necesario tomar conciencia de que más allá de los celos, el amor y la pasión, las han matado por el solo hecho de su condición de ser mujer. La producción de contenidos debe considerar firmemente este postulado para no caer en una comunicación sexista.
Otro recaudo necesario para incluir a la perspectiva de género en el ámbito comunicacional, es el de prestar atención a la foto del artículo. Así debe ser, ya que muchas veces el texto es abordado desde un lenguaje y perspectiva no sexista, pero la fotografía publicada es obscena o con destellos morbosos. Al trabajar con este tipo de cuestiones, uno debe abordar la temática con códigos éticos y morales.
Por otro lado, una fuerte tendencia en los artículos escritos de un femicidio es la de enfocarse en el sensacionalismo y amarillismo de la noticia. Lo mismo se da porque muchos colegues hacen foco en el vínculo amoroso y la infidelidades, cuando en realidad estos aspectos deberían quedar en un segundo plano.
En definitiva, se deben considerar estos lineamientos para lograr un verdadero tratamiento de la información no binario e inclusivo. Los profesionales de la comunicación e información somos agentes sociales de cambio, cuya construcción de la realidad debe perseguir la utopía de que la representación sea lo más fiel posible. Por eso es necesario considerar a la perspectiva de género en nuestro trabajo profesional, para poder difundir los valores de equidad e igualdad social.
* Egresada de la FCC-UNC. Como estudiante, realizó sus prácticas pre-profesionales en periodismo judicial con perspectiva de género en el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba y un voluntariado social en Brasil.