Los interrogantes en torno a la función de los comunicadores dentro de una sociedad que se configura cada vez más compleja
Por Mariela González
Resulta positivo reflexionar de vez en cuando sobre la función del periodismo, incluso se puede decir que es un deber del comunicador hacerlo y hacer pública esta reflexión. Afortunadamente hoy en los medios de comunicación este debate se encuentra muy presente y ha pasado a ser tema de discusión en las charlas de los argentinos.
Para poder esbozar algunas ideas en torno a esta temática, es necesario repasar cuáles son los interrogantes que se generan alrededor del periodismo y su función. ¿Existe el periodismo independiente? ¿El periodismo debe ser objetivo? ¿Cuál es el rol que desempeñan los comunicadores dentro de una sociedad que se presenta cada vez más compleja?
Existe una especie de sentido común en la sociedad que reproduce la idea de un “deber ser” del periodismo, como independiente, objetivo e imparcial. Pero es aquí donde cabe preguntarse qué significa cada uno de estos conceptos vinculados intrínsecamente al periodismo, que a primera vista parecen sinónimos y cuáles son sus representaciones en la actual coyuntura.
Muchos creerán que es casi una obviedad, la posición de los medios de comunicación y sus periodistas como actores trascendentales de la lucha política, es decir como representantes de intereses de distintos sectores sociales y económicos de la sociedad. “Todo hecho periodístico pertenece al escenario del debate y de la puja en torno al poder, porque lo defiende, lo avala, lo sustenta o lo justifica, o porque lo cuestiona y hasta trabaja para su destrucción, para su reemplazo o para su modificación sustancial”, dicen Ernesto Espeche, Fernando López, Carlos Rodríguez Esperón y Víctor Ego Ducrot en el libro Intencionalidad Editorial.
Tras revisar el papel que juegan los medios y los periodistas en las complejas luchas que presenta la sociedad, podemos ir esclareciendo los conceptos mencionados. En consecuencia considero un mito la idea de periodismo independiente, ya que como actor trascendental en las disputas de intereses, sería muy iluso pensar a un periodista como un simple narrador de hechos. Incluso Friedrich Nieztche dijo alguna vez “no existen hechos, existen interpretaciones”.
Los autores anteriormente citados buscan esclarecer este debate diferenciando ciertos conceptos. En cuanto a la objetividad, dicen que es importante ahondar en su significado en relación con el periodismo y no confundirla con neutralidad o imparcialidad. La objetividad en periodismo enmarca la referencia a hechos comprobables.
En tanto la imparcialidad es una característica imposible de darse en cualquier actividad humana. Así se entiende a la parcialidad “como asunción de una posición propia del periodista y/o del medio ante el complejo y multifacético entramado de hechos sobre los que trabaja la práctica periodística”. Siempre las expresiones periodísticas estarán dadas desde un punto de vista.
Algunas voces dicen
Hecho este intento de repensar algunos conceptos que aparecen tan cotidianamente en nuestras opiniones y dichos, creo que es interesante poner el foco en aquellos comunicadores que pretenden disfrazar sus parcialidades de objetividad, perdiendo incluso cualquier pretensión de esta última haciendo uso y abuso del conocido “condicional del rumor”. Al respecto, en un artículo de su autoría Eduardo Aliverti opinó: “A cualquier periodista que conteste de los básicos requerimientos del oficio le hubiera provocado pudor suscribir un “dicen”.
Sería más honesto y ético si se quiere asumir y exponer las parcialidades, tanto para el comunicador como para los ciudadanos que merecen formar sus opiniones con libertad, poder ser parte del juego, pero conociendo las reglas.
Quizás en otro momento sea oportuno reflexionar sobre el objetivo de este camuflaje intencional que caracteriza a muchos medios y periodistas.