Olga Milés tiene 72 y está a punto de recibirse de licenciada en Comunicación. Empezó en 2001 y toda su vida soñó con un título universitario.  

Por Redacción Qué Portal

Arreglada como de costumbre cruza ciudad universitaria hasta llegar a la C500. El aula llena de estudiantes entre 18 y 20 años. Es 2 de febrero de 2001. Olga se queda parada en una esquina contemplando la escena. ¿Qué hago acá?, se pregunta. Luego recapacita: Acaba de terminar el secundario, y no está dispuesta a dejar pasar esta oportunidad. Se acerca a un grupo de jóvenes que la miran y sonríen. Hace calor, le ofrecen un vaso de gaseosa y empieza a sentirse más cómoda con su decisión.

“Me gusta comunicarme con la gente, soy habladora”, dice.  Por eso, mientras estudiaba en el secundario para adultos, le surgió la inquietud de estudiar Periodismo y una docente le aconsejó que se acerque a Ciencias de la Información.

Yo trabajaba en casas de familia y cuidaba a mi marido que estaba enfermo. Hasta que un día me planté y dije ‘basta, hasta aquí llegué’ y fui sola a inscribirme. Mis hijas me alentaron mucho, ellas son universitarias”.

t_0_0.jpg

El lío empezó cuando apareció la palabra paradigma. “No la había escuchado en mi vida”. Al principio notó que la carrera no se trataba solo de periodismo, pero tenía mucho de cultura general. “Me costó muchísimo el cursado. Mis notas no son muy altas, pero siempre aprobé”, afirma orgullosa.

“Me gusta Comunicación porque se relaciona mucho con las personas. Yo me enojo con la tecnología porque prefiero la interacción cara a cara. Uso redes sociales, no me queda otra por la carrera. Y también la carrera te enseña mucho de la cultura general”

—¿Le recomendarías a otras personas mayores que estudien?

—Sí. Cuando alguien comenta en Facebook, que tiene ganas pero no se anima porque es grande, yo me pongo como ejemplo. Por supuesto lo tienen que hacer, aunque le cueste. A mí me llevó mucho más de lo que yo pensaba. Pero nunca me sentí cansada, siempre seguí adelante.

Con alma de movilera

Olga cuenta que “salvo la parte práctica”, le costó mucho lo teórico. “Tuve buenos profes, que me comprendieron, me ayudaron, confiaron en mí. Por ahí de bronca se me escapaba alguna lágrima y ellos sabían cómo consolarme”.

Algunas de las materias que más le costaron son Política, Economía, Epistemología, Semiótica… pero las sacó.

“Las que disfruté eran las partes prácticas, de hacer notas en radio. Recuerdo que con la profe (Susana) Sanguinetti me mandaron con una compañera embarazada a la calle. Ella con la panza y yo con artrosis ¡imaginate! Pero yo era re feliz”.

También se acuerda de su colaboración como movilera en Radio Vital. “Fue lo máximo para mí” . Y el diez que se sacó con la entrevista que le realizó a Ronny Vargas: “los chicos no se animaban y le hice la entrevista yo”“También fuimos a LV3 y le hicimos entrevista a Alberto Roselli”.

“Lo que me gustaba era hacer radio. Todavía no he salido a buscar ningún trabajo en algún medio”.

¿Y ahora?

El año pasado terminó de cursar y está realizando el trabajo final sobre un producto radiofónico en una escuela media. Junto a una compañera que es tallerista en el IPEM Nº 73 Margarita W.de Paz, anexo La Calera, están organizando diez programas que aborden distintos temas: adolescencia, violencia, alcohol, drogas, el trato hacia adultos mayores.  “Nos dirige la profe Mónica Ferrer. Estamos medio atrasaditas, pero le entregamos parte del trabajo”.

La estudiante de Comunicación de 72 años toma clases de canto y nada tres veces por semana. A fin de año va a realizar su primera actuación sobre un escenario. “Yo soy hija de sirios, pero me gusta el flamenco y la música mexicana”.

Olga sigue dando cátedra.