Por María Virginia Imberti *
Doctor en Ciencias Antropológicas y profesor de las facultades de Ciencias de la Comunicación y Filosofía y Humanidades de la UNC, José María Bompadre analiza el racismo en la Argentina. En el discurso hegemónico, el concepto de “raza”, aunque “no tiene un carácter científico”, sigue operando como “una categoría de poder que invisibiliza y segrega a gran parte de la población”.
Argentina es un país con una notable diversidad cultural, pero también enfrenta problemas de racismo y discriminación. Las personas indígenas, afrodescendientes y migrantes, a menudo enfrentan discriminación en diferentes formas, como en el acceso a la educación, empleo y servicios básicos. José María Bompadre es profesor de Antropología Sociocultural en la Facultad de Ciencias de la Comunicación y de Etnografía de grupos indígenas en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Sus trabajos de investigación y extensión se orientan a explicar los procesos contemporáneos de conformación de comunidades indígenas en Córdoba y las luchas que estas llevan adelante para defender sus territorios ante el avance minero y el boom inmobiliario.
En sus estudios, muestra cómo el racismo, en tanto discurso y práctica social e histórica en nuestro país, se formaliza tanto en algunos medios de comunicación y redes sociales, como en las políticas públicas, a través de la reproducción de imaginarios sobre una Argentina “blanca”, sin indígenas y sin afrodescendientes. Este borramiento incide en los mecanismos de marcación y autopercepción de las personas y legitima argumentos para descalificar entre otros, los derechos que tienen a la hora de defender sus territorios.
-¿Cómo describiría el racismo en Argentina?
-El racismo en Argentina, al igual que en otros países, es constitutivo de la historia de un territorio. Para entenderlo, es necesario analizar cómo se formó el Estado Nacional en el siglo XIX. Cómo las élites que formaron y diseñaron el país, conceptualizaron una nación con un horizonte poblacional a futuro predominantemente europeo. Dentro de esta corriente podemos mencionar a Sarmiento, Alberdi y Roca, entre muchos otros señalados incluso por algunas personas como “próceres”.
Este diseño estatal excluyó a los pueblos indígenas y afrodescendientes, invisibilizando su presencia en la historia nacional. Bompadre, rescata el término “terror étnico”, de la antropóloga Rita Segato, como un calificativo para expresar esta exclusión, en donde se borraron las identidades preexistentes a la formación del Estado.
“La categorización de los pueblos indígenas como preexistentes es fundamental para reconocer que su presencia en el territorio es anterior al Estado ya que cuando este Estado se conforma, muchas de esas poblaciones quedan partidas, se quedan divididas por ejemplo, nosotros hoy podemos reconocer las poblaciones guaraní que tienen presencia no solo en nuestro país, sino en Bolivia, en Brasil, en Paraguay”, comenta.
Historia del racismo: de la clasificación racial al discurso actual
-¿Cómo ha evolucionado el racismo históricamente?
-El racismo como proceso social e histórico se reconfigura a lo largo del tiempo. Reconocemos una clasificación explícita basada en la raza en el siglo XIX, hasta una manifestación más sutil y combinada con otras categorías en el presente. Hoy en día, el racismo puede ser más implícito, mezclado con otras formas de discriminación y estigmatización.
“La raza sigue operando como una categoría de poder aún cuando no tiene un carácter científico”, afirma el entrevistado para explicar que, aunque la raza ya no se utiliza como una categoría válida, sigue influyendo en la forma en que se perciben y tratan las diferencias culturales y étnicas. “Hoy en día, el racismo se manifiesta a través de expresiones que combinan la raza con la clase, el género y otras categorías”, aclara. Esta mezcla de categorías puede perpetuar estigmas y prejuicios, como se evidencia en frases despectivas, que reflejan un racismo que trasciende las categorías científicas antiguas.
-¿El discurso jerárquico racial ha establecido una relación con acciones discriminatorias y racistas?
-Sí, el discurso racial jerárquico ha influido en acciones discriminatorias. Las declaraciones de figuras públicas y los discursos políticos han perpetuado un imaginario que se funda en el siglo XIX que establece que los argentinos son “hijos de los barcos” o que provienen de Europa, desvinculando así a los pueblos indígenas y afrodescendientes como sujetos con continuidad histórica en el presente.
Una forma de solapar el racismo es suponer que la argentinidad significa que somos todos iguales implicando que supuestamente todos somos blancos o hijos de los barcos, porque esa es la categoría hegemónica. Ahí se invisibiliza el componente étnico histórico y preexistente de los pueblos indígenas y africanos.
Esta visión histórica ha contribuido a la subalternización y criminalización de las prácticas culturales indígenas, haciendo que el proceso de autorreconocimiento para quienes tienen ascendencia indígena sea doloroso y privado”.
Medios de comunicación y políticas públicas
-¿Esta narrativa en los medios de comunicación ha impactado en la implementación de políticas públicas?
-Los medios de comunicación a menudo producen y mantienen una visión reduccionista de los pueblos indígenas, presentándolos únicamente a través de sus prácticas culturales sin reconocer sus derechos sociales y territoriales. Esto se traduce en una forma incompleta y sesgada de reconocimiento. Por ejemplo, los rituales indígenas pueden ser comunicados como mera curiosidad cultural en lugar de reconocer la importancia política y territorial de estas prácticas.
Bompadre reflexiona sobre la importancia de lo que se comunica y el poder que tienen los medios y redes sociales para la visibilización y representación de aquellos cuya existencia ha sido borrada de la historia. Recalca que es vital trabajar junto a estás comunidades para mejorar las prácticas de comunicación y el tratamiento que da la prensa a estas temáticas.
“Tenemos que preguntarnos sobre cómo quiere ser nombrada una comunidad, es decir su autoadscripción y cómo recuperar sus propias formas de nombrar lo que hacen, de definir sus prácticas y su forma de ver el mundo interpretando como comunicador su perspectiva de cómo viven y se definen”, añade.
-¿Cómo deberían los ciudadanos democráticos identificar y tomar conciencia de actitudes discriminatorias o racistas?
-Tenemos que ser conscientes de la discriminación y el racismo en sus diversas formas, no solo hacia los pueblos indígenas sino también hacia otros grupos marginados que históricamente han tenido representaciones estigmatizadas. El advenimiento de la democracia y la sanción progresiva de leyes, “tanto nacionales como provinciales o la adhesión de la Argentina a convenios internacionales”, es sumamente importante para el reconocimiento de la preexistencia étnica y los derechos territoriales de los pueblos indígenas.
¿Cuál sería la forma de volver visibles a los invisibles?
“Tiene que haber un compromiso que es político, de no solo habilitar o crear espacios para su visibilización, sino también co-construir agendas con miembros de las comunidades para que ellos puedan articular de primera mano sus experiencias, usando sus voces. Es crucial que los medios y las políticas públicas reconozcan y respeten esta diversidad y trabajen para desmantelar los prejuicios históricos”, destaca.
Perspectivas futuras y el rol de las nuevas generaciones
-¿Cómo visualiza el futuro del racismo en Argentina y el rol de las nuevas generaciones en la lucha contra la discriminación?
-El racismo en Argentina es un fenómeno complejo que requiere un enfoque multifacético para su comprensión y abordaje. Es fundamental que tanto el Estado como las instituciones educativas y los medios de comunicación trabajen juntos para promover la inclusión y el respeto hacia todas las identidades étnicas. La participación activa de las nuevas generaciones en este proceso es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.
Bompadre trabaja en la actualidad conjuntamente con la Comunidad de La Toma, acompañando su lucha por la devolución de un inmueble actualmente en poder del Estado provincial. Esto posibilita articular extensión, investigación y docencia desde la perspectiva indígena, a través de la curricularización de esta experiencia con estudiantes de grado de la FCC, desde el seminario Antropología y Comunicación.
“Estamos trabajando en una propuesta que hizo el centro de investigación de nuestra facultad (CIPECO) para que se conformen equipos de trabajo para pensar la comunicación de pueblos y con pueblos indígenas para asegurar así que sus voces sean escuchadas y sus derechos reconocidos. Este proyecto es un ejemplo de cómo se puede avanzar hacia una mayor equidad y reconocimiento en el contexto argentino”, destaca el investigador.
* Estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social en prácticas de trabajo final en el portal Qué y la Secretaría de Producción y Transmedia de la FCC-UNC.