Por María Virginia Imberti *
En una de sus últimas entrevistas, el músico cordobés y referente del rock nacional repasó la historia de Los Bichos, la banda cordobesa que trascendió fronteras, y su participación en la versión argentina del musical hippie Hair. En diálogo con Qué, dejó una sentencia que define su propio legado: “El rock no solo es música, es una forma de vida. Por eso es eterno”.
“Volverán las oscuras golondrinas cuando el invierno se haya ido ya”. Esa letra nostálgica y la música pegadiza de Los Bichos acaso haya vuelto a la memoria de muchos cordobeses el pasado 14 de junio, cuando se fue definitivamente Carlos Avalos, fundador del primer grupo de rock cordobés que llevó su impronta a Buenos Aires y al resto del país, de la mano del legendario Billy Bond.
“Los Bichos es el único conjunto cordobés con trascendencia en la Capital Federal, y uno de los pocos buenos representantes del interior argentino. Fueron descubiertos por Billy Bond durante una de sus giras por el interior. Él fue quien, en realidad, los trajo a Buenos Aires y les hizo grabar directamente un long play. Caso único dentro de la música beat donde, habitualmente, se comienza con el consabido simple promocional”, destacaba la revista Pelo en 1970.
Del garage a las rutas argentinas
La entrevista con Carlos Ávalos surgió al verlo tocar en la peatonal en la Deán Funes, como un artista callejero más. Acordamos una entrevista para el fin de semana en el Reggo Café, ubicado frente al Auditorio de Radio Nacional.
Carlos irrumpió en el bar con su clásico estilo rockero, vistiendo una campera de cuero gastada que resonaba con su pasado musical. Aunque ahora con el pelo levemente plateado, sus ojos brillaban con la misma pasión juvenil que los rulos rebeldes de sus días de juventud.
“Todo comenzó en 1962 con Los Relámpagos, un clásico grupo de garage”, recordó. Esa banda se terminó disolviendo en 1965.
En el 66, con Carlos Ávalos en voz y bajo, junto a Jimi Arce en la batería, Jorge “Lalo” Ordás en guitarra y Enrique Baró, en el órgano), formaron Los Bichos, marcando así el inicio de una travesía musical que los llevaría a los escenarios más importantes de Córdoba y todo el país.
“Los Bichos componen temas en castellano y su cantante (Ávalos) es uno de los pocos músicos pop con escena, al menos para cantar. El grupo incursiona por el ritmo fuerte, habitualmente bailable, pero sin perder calidad”, escribía el cronista de Pelo.
La escena musical en Córdoba y Buenos Aires
Ahora ese cantante pop hace girar la cuchara del café lentamente, como si de ese giro dependieran el regreso de sus recuerdos: “Al principio, tocábamos en bailes porque estaba de moda el ritmo más bossa nova, y podíamos vivir de eso, pero nosotros siempre queríamos seguir avanzando”. Los escenarios se multiplicaban: los salones de los clubes eran espacio para los bailes con esa música nueva en toda la provincia. También llegaron las apariciones en Canal 10 y en Canal 12.
La aventura estaba comenzando. El encuentro con Giuliano Canterini, más conocido como Billy Bond, marcó un punto de inflexión: “El Bondo siempre fue un visionario, era un productor nato, siempre iba al frente”, rememora Ávalos.
Luego de un concierto compartido en Córdoba, Billy Bond los impulsó a grabar su primer álbum bajo el sello Music Hall en Buenos Aires, abriendo así las puertas a un público más amplio y consolidando su presencia en la escena nacional.
La época dorada y el legado de Los Bichos
En 1969, Los Bichos lanzaron su primer disco. Temas como Cuando te sientas vieja, La amaré y El baile terminó sonaron en Córdoba, en provincias vecinas e incluso traspasaron fronteras. Ávalos describe estos años como una época de profesionalismo y camaradería entre los miembros de la banda y una conexión innata que perduraría.
Por entonces, La Cueva, ese mítico sótano de Avenida Pueyrredón en Buenos Aires, era el espacio de encuentro. Hasta ahí llegaron Los Bichos para compartir espacios con bandas históricas como Los Gatos, Manal o Almendra, por ejemplo. Este período no solo fortaleció la identidad como banda, sino que también les brindó la oportunidad de explorar nuevas formas de expresión artística y social.
“El rock era una revolución”, dice Carlos. Después rememora sus colaboraciones con sus pares, sobre todo con La Pesada del Rock and Roll, un grupo de formato abierto creado por Billy Bond en 1970. En esos días, Ávalos compuso el tema Buen día, señor presidente, una canción de crítica y protesta contra la dictadura de Juan Carlos Onganía.
Separación y nuevos horizontes
“La aventura de Buenos Aires fue imprescindible para nuestro desarrollo como músicos, pero también nos dio un golpe de realidad, porque intentamos vivir de la música pero es una cosa que siempre tiene sus aristas y complicaciones”, reflexiona Ávalos.
A principios de los 70, Los Bichos se separaron y sus integrantes formaron otras bandas. “Lo que pasamos no fue en vano -valora Ávalos-. Hay cosas que aprendés aunque no quieras, es por eso que nos tuvimos que ir adaptando y tomando caminos diferentes”.
Esos tiempos difíciles lo llevaron a explorar nuevas facetas del arte, como el teatro. Ávalos encontró refugio en los escenarios, participando en producciones como Hair, junto a Valeria Lynch, una experiencia que amplió su horizonte artístico y personal. “Pude conocer y actuar con Valeria cuando ella recién debutaba. Venía de estar en Canal 9, fue algo impresionante.
En el staff, estaba Carlitos Cutaia (tecladista de Pescado Rabioso) y me recomendó como actor y cantante de la obra. Daba justo con el perfil porque buscaban hippies”.
La adaptación de Hair fue el primer musical de rock en la Argentina. Su trama estaba marcada por la contracultura y rebelión centradas en el rock. No solo se buscaba protestar contra lo establecido sino también apoyar a los movimientos estudiantiles y pedir por la paz y contra la guerra de Vietnam.
“Para mí, fue toda una enseñanza porque tuve un fonoaudiólogo, escenógrafos y coreógrafos. Tuvimos contención artística y un apoyo increíble”. Hair se convirtió en un éxito que aún se recuerda. Esos jóvenes, de los que formaba parte Ávalos, comenzaban a llamar la atención por su “aspecto y su onda” y proclamaban libertad e igualdad, desde la desfachatez sus pelos largos y el sonido de la música de protesta.
El regreso a Córdoba
Después de años de giras y aventuras, Ávalos finalmente decide volver a su Córdoba natal. “Aquí encontré mi paz”, confiesa y evoca aquellos días de introspección y crecimiento personal. A través de viajes a diferentes lugares y experiencias diversas, pudo darse cuenta que la música siempre fue su constante, su ancla en un mundo cambiante.
“El rock no solo es música, es una forma de vida. Por eso es eterno. Aunque los tiempos cambien y las modas se desvanezcan, la esencia de la música siempre permanece”, dice Carlos en una frase con sabor a despedida.
Seguramente su voz y sus canciones permanecen ahora, sobrevolando, como las golondrinas de la canción los cielos de la peatonal.
Nos despedimos al terminar nuestros cafés. Sin saber que esa sería nuestra última charla. Y que su voz se iría en un junio gélido buscando acaso una nota, una canción que sonará otra vez a esperanza. A protesta y a pelos largos.
* Estudiante de la Licenciatura en Comunicación en prácticas de trabajo final en el portal Qué y la Secretaría de Producción y Transmedia de la FCC-UNC.