Por María Virginia Imberti *
Autora de novelas atravesadas por relaciones apasionadas, Paola Rimieri analiza y cuestiona la tradición del “amor romántico” en la literatura. Así como el feminismo revolucionó la mirada social sobre los géneros, desde su escritura procura “romper con los modelos y estereotipos que nos inculcaron”.
A medida que pasan los años, nuestras formas de vivir y relacionarnos se modifican y moldean, según cómo progresa nuestra comunidad. No solo cambiamos nuestra manera de pensar y experimentar, sino también cómo contamos nuestras historias, desde la ficción o la realidad.
Para indagar sobre estas cuestiones, entrevistamos a Paola Rimieri, autora de ficciones y licenciada en Comunicación Social, quien ya cuenta con cinco libros publicados y está estrenando su última entrega, titulada “21 vidas”.
En su narrativa, Paola desafía los estereotipos y prejuicios sobre el romance, buscando romper con las estructuras predefinidas, para dar espacio a la autenticidad. Ella aboga por explorar nuevas narrativas que reflejen la diversidad de experiencias amorosas, cuestionando los roles tradicionales de género.
En ese sentido, también destaca la evolución del género romántico en la literatura, que ahora busca retratar relaciones con igualdad y paridad, y la importancia de la lectura como una vía de escape y reflexión. En paralelo a los nuevos paradigmas sociales sobre el amor, en el campo literario se pasó de historias dónde todo era “perfecto”, dónde los protagonistas se enamoran, se casan y son felices, a contar lo bueno y lo malo, lo imperfecto y lo real, la equidad en las relaciones afectivas.
El género romántico en la literatura
-¿Qué es lo que más te atrae de este género literario?
-Como lectora o espectadora, si no hay una trama que tenga algún tipo de relación de pareja de cualquier tipo, más allá del género de las personas que están enamoradas, a mí en lo personal no me engancha.
Como elemento central de sus historias, Rimieri destaca el atractivo de las relaciones de pareja en la literatura. Para ella, la evolución de los personajes y sus interacciones son fundamentales, especialmente al incorporar protagonistas femeninas fuertes que brindan una nueva perspectiva al género.
“Este género literario posibilitó a muchas mujeres la comodidad de animarse a incursionar en la lectura, ya que en otro momento estaba vedado a la mujer el campo del capital simbólico de la cultura”, comenta.
-¿Qué te hizo contar historias románticas?
-En primer lugar, cuando empecé a escribir y arrancó con esa inquietud personal de querer hacer una novela para publicar, no sabía cómo iba a salir, ni siquiera si se iba a publicar. Sin embargo nunca pensé que iba a quedar catalogada en el género romántico.
Paola reflexiona sobre su trayectoria como escritora. Inicialmente tuvo dudas sobre ser encasillada en el género, porque reconoce que sus historias, aunque contemporáneas, suelen estar impregnadas de elementos románticos. Superado aquel dilema, destaca la importancia de “no subestimar este género”, que puede ser “profundamente significativo” para diferentes lectores.
“A pesar de que ahora me siento muy cómoda en el género que escribo, eso no implica que no haya tenido ese prejuicio de pensar en el romance como un género menor. Te das cuenta que es como una propia desvalorización que tenemos”, añade.
Cuestionar el amor y sus roles históricos
Como explica la autora, un error muy común es la subestimación al género romántico, al definirlo como un “producto comercial y superficial”. Desde ese prejuicio, se lo considera una categoría literaria “de menor calidad” en vez de ser respetado como un medio más de expresión artística.
Sin embargo, la profundidad de una obra va a depender de la persona que la consuma y lo que a ella le genere. Que un tipo de historia sea popular no significa que sea de mala calidad. En la actualidad, uno de los géneros literarios más populares es el romántico, donde se está superando aquella versión tradicional del amor idealizado y sus roles establecidos.
-¿Cómo se cuestionan los roles y relaciones en las historias de amor actuales?
-Depende mucho del autor y del público. En el clima actual, sí existen muchos cambios en la manera que percibimos y retratamos el amor, pero sigue también existiendo un gran grupo de lectoras, que a veces por cuestiones generacionales sigue buscando el estereotipo del amor romántico, donde se reflejan ciertas características machistas, como se daría por ejemplo en la manera de comportarse o actuar por parte de los personajes. Es una cuestión de gustos.
“Cambiar la voz y romper conmigo misma”
Como autora, Paola cuestiona los códigos del amor romántico, aún vigentes en muchas obras. Por eso plantea la necesidad de romper con ellos y explorar nuevas narrativas: “Trato de escribir siempre de manera diferente, de nutrirme e ir capacitándome en las temáticas retratadas en mis novelas. Mi idea es cambiar la voz y el estilo de los temas y romper hasta conmigo misma, romper con todos esos modelos y estereotipos que nos fueron inculcando”.
-En la actualidad, ¿las motivaciones entre hombre y mujer en las novelas románticas cambiaron? ¿Es posible construir el amor romántico desde la paridad?
-Sí, en lo personal siento que hay una transformación en las motivaciones de los personajes y la manera de escribirlos. En sí, no comienzo ninguna de mis novelas pensando en el amor como el factor determinante, pero el amor es algo transversal de la vida, en conjunto con un montón de otros sentimientos y emociones, y creo que ahí es dónde se puede ver el primer cambio de motivación. Mi primera novela fue justamente ir en contra de lo que cuentan las historias de romance sobre una protagonista perfecta; buscaba romper con ese canon, mostrar una mujer que se le presenta la posibilidad de la infidelidad y plantearse si la infidelidad virtual es o no infidelidad.
“Male/Female gaze”, la visión masculina/femenina
Así como en la actualidad se cuestiona el concepto del amor romántico y cómo es retratado en las relaciones entre los personajes, también se debaten las maneras en que estos cambios difieren entre autores según su género. Cuando hablamos del “Male/Female gaze”, nos referimos a la perspectiva femenina y masculina que toman los artistas a la hora de representar mujeres y hombres en sus obras.
Por lo general, la mirada masculina se asocia con lo activo, dejando a los personajes femeninos un papel más pasivo. Al contrario, la visión femenina busca explorar aspectos emocionales y sentimentales de sus personajes, sin importar su género, creando así un panorama más complejo y profundo de sus mundos y relaciones.
-¿La identidad de género de quien escribe afecta la creación de los personajes?
-Creo que hay una manera femenina y una masculina de escribir. Esto está relacionado con lo que uno consume como lector o espectador, pero también con la visión que tiene cada uno sobre el mundo. En mi caso, con respecto a la presentación de los personajes, necesariamente me voy hacia el interior y la personalidad, algo que no es muy común en el género romántico. Siempre se suele hacer una descripción más superficial del aspecto físico del personaje, siguiendo una especie de estereotipo de lo masculino/femenino, pero que hoy en día está totalmente roto.
-¿Cómo se describen hoy los personajes?
-Si bien a veces jugamos con cómo pueden verse físicamente los protagonistas, como un enganche para leer el libro, en la actualidad se hace más énfasis en el mundo interno y sentimental de los personajes. Creo que ahí yace la principal diferencia con el estilo de escritura masculino y femenino. Esto no significa que actualmente no exista una retroalimentación entre autores, donde se incursiona en otros géneros y se escribe de otra manera independientemente del género.
La evolución del público en el género romántico
Aunque tradicionalmente asociado con un público femenino, Rimieri observa una creciente apertura hacia el género romántico entre lectores de todos los géneros. Y valora la iniciativa de crear espacios inclusivos para diferentes audiencias.
-¿Sentís que tu público es solamente femenino o se está ampliando el alcance del género romántico?
-Creo que lo que nos gusta como lectores es justamente cuestionar todo esto, replantearnos los papeles que cumplimos en las historias y como espectadores. Si bien es una realidad que todavía por una cuestión cultural y social, se sigue asociando al género romántico con las mujeres, me parece que hace ya un tiempo largo hay otra búsqueda en general y se abren más espacios para mucha gente y muchos autores.
“Me conformo con que a la persona que lee el libro le guste y cuando agarre una de mis novelas pueda viajar un poco, o pueda identificarse con los personajes o las situaciones que viven, pudiendo disfrutar o poniendo en común lo leído en soledad o con otros. Sobre todo ver qué les resuena del mensaje y cómo esto varía de individuo a colectivo”, comenta.
Libros y redes sociales
Paola menciona el impacto positivo de las redes sociales en la formación de comunidades literarias y la interacción entre autores y lectores. Además, las considera importantes para proponer nuevas ideas, generar discusiones y crear una mayor conexión entre los participantes de la comunidad literaria.
Además, señala “una ruptura con respecto a una lectura sin feedback que sucedía antes, ya que el emisor tenía el lugar principal”. En la actualidad, “hay un ida y vuelta que rompe el anterior modelo de interacción, gracias a las redes y los eventos presenciales. Por ejemplo, desde 2017 empecé a participar de meriendas literarias en Córdoba. En estas juntadas pude conocer mucha gente, y muchos contaban que la lectura era su vía de escape de su cotidianidad, su trabajo y las situaciones que vivían”.
“Leer los hace felices, es algo positivo y darse ese tiempo es super importante, ya que a veces no te das cuenta de que necesitas un descanso o silencio. Veo mucho que esta comunidad busca un momento de paz, pero no para cerrarse, sino aprovechar los encuentros de literatura para charlar con gente que leyó los mismos libros”, destaca.
“Es darte la posibilidad de salir gracias a un libro, tomarse unos minutos para vos mismo, para reflexionar, estar inmerso en la historia -reflexiona Rimieri-. Es algo que hice siempre, incluso cuando tomé la decisión de publicar mi primera novela. Ya estaba casada y con dos hijos, sin embargo quería algo más”.
Como palabras finales, Paola plantea: “No quería ser catalogada solo como una trabajadora con niños pequeños que está cansada. Por eso me tomé el tiempo para escribir y leer, ya que a veces la maternidad te quita mucho de vos misma. Yo quería romper un poco con las estructuras, y dije: ‘Voy a ser madre de dos niños pequeños, pero además voy a escribir novelas de mujeres que la rompen, mujeres reales’. Así pude darme ese tiempo que busco que todos puedan darse”.
* Estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social en prácticas de trabajo final en la Secretaría de Producción y Transmedia de la FCC-UNC.