Por María Eleonora Cristina, Archivo Provincial de la Memoria.

Las conmemoraciones y las fechas redondas, como este 2016 que nos trae los 200 años de la Independencia, los 40 años del Golpe de Estado o la coincidencia del 24 de marzo con aquel de 1816 cuando se inauguraba el Congreso de Tucumán y también los 10 años de la Ley 9286 que dio origen a la Comisión Provincial de la Memoria y el Archivo; construyen sentidos en el hoy en tanto y en cuanto podamos pensarlos como ejercicios y que como tales nos generen preguntas, nos problematicen; logremos reflexionar y aprender. Desde el campo de estudios sobre la(s) memoria(s) hay mucho escrito y mucho camino recorrido para leer y aprehender sobre ello.

Aunque institucionalmente, desde el Archivo Provincial de la Memoria / Espacio de Memoria ex D2 (trabajo compartido con los otros espacios de IMG_7358Memoria de Córdoba ex CCDTyE “La Perla” y “La Ribera”) nuestro foco está en el período 1974/1983; desde siempre y con el motor del Área Pedagogía de las Memorias hemos comprendido que nuestra tarea cotidiana de puesta en discusión con nuestras memorias e identidad logran su objetivo si podemos ampliar la mirada, si vamos más allá, si llegamos más acá; y si este trayecto nos permite ir aún más lejos pudiendo pensar horizontes comunes.

Es por ello que los recorridos del espacio comienzan afuera de los edificios que se considera funcionaron como Centro Clandestino de Detención del Departamento de Informaciones de la Policía de la Provincia de Córdoba conocido como “el/la D2”, invitando a incluir también en estos recorridos de memorias la plaza San Martín, el Cabildo, la Catedral, el pasaje; también como lugares para pensarnos como cordobeses. En esta lucha de sentidos del pasado en el presente gran parte se debate en encontrar los por qué, y para ello, siempre es fundamental contextualizar. Y repensar cómo ese lugar céntrico estuvo ya desde hace más de 6 siglos vinculado a la represión y aniquilamiento del “otro”. Preguntándonos hoy qué otros construimos que no merecen ser considerados ciudadanos o mediante qué mecanismos justificamos que a algunos sectores sean merecedores que se atropellen sus derechos y por qué.

Y entonces allí es donde pienso en estos 200 años y qué memorias podemos compartir. Y surgen sobre todo preguntas más que respuestas ¿Cómo se llenaba de sentido hace 200 años la palabra Independencia, Revolución, Patria? ¿Cómo las pensamos/sentimos hoy? ¿Qué sabemos de nuestro rol como cordobeses en ese proceso histórico? ¿Qué definiciones se tomaron en esos edificios vecinos y en qué objetivos se sostenían? ¿Qué discusiones teníamos y quiénes las llevaban adelante? A estas se agregan varias más ¿Cómo queremos conmemorar estos 200 años? ¿Qué objetivos se lograron y cuales faltan de lograr? ¿Qué modelos de país se impusieron, cuales realmente nos hacen o hicieron independientes? ¿De qué poderes logramos emanciparnos y cuáles se perpetuaron?

Creo en estos 200 años como una oportunidad para buscar respuestas, para ofrecer espacios donde estas discusiones puedan llevarse adelante y se puedan compartir puntos de vista.

Sentencia

En este año que a mediados de agosto tendremos sentencia en el Juicio al Terrorismo de Estado en Córdoba también resulta interesante ampliar la mirada y al mismo tiempo enfocar. Y pensar en conjunto si las fuerzas que se pensaron, se idearon y soñaron para defender la Patria, la Nación, el País hace 200 años son las que hoy tenemos. ¿Cuál ha sido su rol en estos 200 años? ¿Qué modelos tenemos? ¿En quiénes encontramos inspiración? O por el contrario ¿quiénes desviaron los objetivos independentistas para imponer mediante el terror sus propios intereses o modelos? Haciendo para ello uso de toda la estructura del Estado.

Entonces aprovechar esta conmemoración para también mirar en qué medida esta sentencia de un proceso de Justicia democrática significará hacer Justicia respecto a eso, a las responsabilidades que les corresponden a los imputados (funcionarios del Estado) en la imposición de un modelo de terror para silenciar un pueblo e imponer un modelo de sociedad a través la tortura, la apropiación, la muerte y la desaparición; saber qué poderes estaban detrás y ellos decidieron defender. Pensando hoy qué continuidades y rupturas hay dentro de las fuerzas.

Memoria y Comunicación como prácticas de la Independencia

La que fue Escuela durante tanto tiempo hoy es Facultad, y eso no es menor al poder reflexionar sobre la Comunicación como práctica fundamental de independencia, que nos convoca no solo como comunicadores, sino también como ciudadanos.

Independencia como concepto indisociable a la idea de Libertad, de la que estaba impregnada la Reforma Universitaria del 18. También como necesidad en el ejercicio de la reflexión y el diálogo como componente fundamental de la práctica concreta de la comunidad educativa, desarrollando la autonomía de pensamiento como principio elemental del sujeto en la vida democrática de los pueblos.

Independencia, Justicia y Memoria son derechos y como tales solo se conquistan en conjunto y a través de las luchas; de las cuales la de los sentidos es una de la más importante en su “capacidad de valorar y enjuiciar la realidad a la luz de lo que ella debería ser y no es”.