Por María Lozada Fernández y Bahía Luz De Palma *

Con una tardía pero severa condena, finalizó el juicio contra el dirigente político de Traslasierra, acusado de abuso sexual en perjuicio de Antonella Ricci, quien fuera su hijastra. Roberto Clavero fue sentenciado a 28 años de prisión y Analía Montenegro, madre de la víctima, a 16 años, como partícipe necesaria. “La verdad no prescribe”, dijo la denunciante.

Tras una larga espera y en un clima de expectativa, el pasado viernes se dictó la sentencia en los Tribunales de Villa Dolores contra Roberto Clavero. El ex dirigente del Partido Justicialista regional y director de la Cooperativa Electrica Mixta del Oeste (Cemdo) deberá cumplir una pena de 28 años de prisión, por “abuso sexual agravado” por ser encargado de la guarda. Mientras que Analia Montenegro, ex esposa de Clavero y madre de la denunciante, Antonella Ricci, recibió una pena de 16 años, al considerarla “partícipe necesaria de los hechos” y por falso testimonio. En cuanto a lo civil, el fallo obliga a los imputados a un inédito resarcimiento a la víctima.

“Por primera vez, Antonella está siendo escuchada y la sociedad la está acompañando” declaró Mary Luque, integrante de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra, que acompañó a la denunciante. Luego de la lectura de la sentencia, Luque explicó que “hubo un equilibrio entre el pedido de la querella y el pedido de la fiscal. El culpable mayor es él y se le dio la pena más grande”. Además, valoró: “Con todo el poder que tuvo, que logró que se cajoneara durante tantos años la causa, es indiscutible que hubo justicia”. 

“¿Te pensaste que nunca me iba a animar a denunciar?”

El juicio comenzó a mediados de marzo, dos años después de que Antonella Ricci radique la segunda denuncia por abuso sexual contra Clavero. La primera denuncia databa de 2005, pero la investigación nunca avanzó. 17 años después, el victimario por fin compadeció ante un tribunal, compuesto por los jueces Santiago Camogli, Carlos Escudero y Facundo Gil.

“Estoy acá al servicio, para que muchas mujeres y niños no tengan que pasar por lo que yo pasé. Estoy aportando mi granito de arena para que cambie la sociedad, para que haya justicia, para que no se calle lo que tiene que ser hablado”, dijo Antonella ante el Tribunal durante su última declaración. 

Esta instancia no fue transmitida a la sala espejo, donde se encontraban el público y los periodistas. Al finalizar el juicio, Antonella expresó que “le hubiera gustado que la escuchen afuera” y puso a disposición el texto que leyó frente a los jueces. 

En el escrito, describe las situaciones de violencia y abuso que sufrió desde su infancia hasta los veinte años de edad, el acceso que se le otorgaba a Roberto Clavero sobre ella y el despojo familiar que atravesó: “Fui excluida de mi propio hogar, en el que vivía junto a mis hermanos, por decir la verdad. Todos en la familia me dieron la espalda, lo que hicieron fue decir que era mentira o que fabulaba, y como última instancia: que yo lo provoqué. Se dio el escenario perfecto para que el señor abusador siguiera teniendo el control y poder sobre mi persona”.

Hacia el final de su declaración y dirigiéndose al defensor de Clavero, el abogado Peréz Moreno, quien durante los alegatos manifestó que la causa había prescripto, Antonella planteó: “La verdad no prescribe”. 

Un peso pesado de la política local

Además de máxima autoridad de CEMDO, Clavero fue Secretario General del Centro de Empleados de Comercio de Villa Dolores, y Revisor de Cuentas de la Obra Social de Empleados de Comercio y Actividades Civiles (OSECAC). También ocupó cargos municipales y provinciales: Subdirector de Municipios y Comunas de la Provincia de Córdoba, Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Villa Dolores, Director General de Acción Social en el Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, Interventor de la Comuna de La Cumbrecita. 

Desde hace décadas, es allegado al ex legislador de Hacemos por Córdoba, Oscar González, actualmente imputado por el choque que en 2022 provocó la muerte de  la docente Alejandra Bengoa y graves heridas a las dos menores que se encontraban con ella en el auto. En 2005, Clavero fue el asesor de González, por entonces diputado nacional. En distintos momentos, ambos presidieron el Partido Justicialista en el Departamento San Javier.

La tensión y el desahogo

Todo el proceso judicial se desarrolló de manera privada, salvo para la lectura de la sentencia. Por primera vez, se habilitó una sala espejo a la que ingresaron familiares de los imputados, hermanos y hermanas de Antonella, quienes declararon en su contra y actualmente están imputados por falso testimonio. También acompañaron amigas de la denunciante, representantes de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra y otras organizaciones sociales. 

 

La sala espejo tenía capacidad para treinta personas, pero ingresaron por lo menos una decena más. Durante la lectura de la sentencia, un cordón policial dividió la sala en dos para evitar incidentes. Antes de finalizar el veredicto, se produjo una situación de alta tensión en la sala, por los insultos y agresiones de la familia de Clavero hacia el resto de los participantes. Frente a esto, la policía pidió a las organizaciones sociales y la prensa que desalojen la sala. 

Afuera del edificio de Tribunales, organizaciones sociales y colectivos feministas, que acompañaron a Antonella Ricci en el pedido de justicia, festejaron una sentencia histórica para el Valle de Traslasierra. En las escalinatas, Luque expresó: “Creemos que hubo justicia, pero estar en la misma sala que los familiares de los imputados y ver el dolor de los hijos, es fuerte y doloroso, porque ellos no son los culpables, son los hijos”. Además, dijo que Antonella “está conforme por haber podido hablar. Cuando hay condena, la víctima siente que ha sido creída”.

Fotos: Bahía Luz De Palma

* Estudiantes de la Licenciatura en Comunicación Social de la FCC-UNC, en prácticas en el proyecto “Cobertura periodística de juicios con impacto social”, coordinado por Alexis Oliva.