A raíz de los despidos y el ajuste, más de treinta y cinco trabajadores de La Mañana de Córdoba formaron una cooperativa. La conciliación obligatoria prevista para el jueves 9 de junio concluyó sin una propuesta empresaria.  

Por Marcos Mattos y Juan Dyzenchauz.

Bettina Marengo se recibió de comunicadora en 1992 en lo que por entonces era la Escuela de Ciencias de la Información. Trabajó cuatro años en el ámbito institucional, para luego dedicarse al periodismo. Pasó cinco años por el diario Perfil. Hace 12 años trabaja en La Mañana de Córdoba.

El diario cordobés se imprimió por primera vez en 1997. Recién en 2004 empezó a salir todos los días y fue entonces cuando Bettina recibió la llamada para ingresar a la redacción.

– ¿Cuándo empezaron los conflictos en el diario?

El diario hace mucho tiempo tiene problemas. Por lo menos hace 5 años no pagaban los sueldos a tiempo. La debacle empezó cuando cambió el Gobierno. La Mañana de Córdoba es un diario pauta nacional dependiente. Esa pauta no se mantuvo, y ahí empezaron graves problemas financieros. La patronal no hizo ningún esfuerzo para salvar el diario.

Nosotros consideramos que en los últimos años de Gobierno nacional kirchnerista hubo mucha pauta para La Mañana. Y creemos que no todo fue para pagar sueldos, sino, no hubiésemos tenido tantos problemas financieros.

– ¿Hacia dónde fue ese dinero?

Esa plata quedó en el camino, en la conducción política del diario. Yo no sé dónde, pero me gustaría que se investigue.  Hay denuncias penales en la AFIP, por las deudas que tiene el diario con ese organismo. Esa es la única investigación que hay en este momento, por vaciamiento o esas cosas no hay.

– ¿Cómo se relaciona la coyuntura política con el mapa de medios de un país?

Con respecto a la coyuntura, yo veo que muchos medios que vivían de pauta, están desapareciendo o están siendo achicados. Pero la pregunta es quién paga el ajuste, ¿los trabajadores?

Hay una caída y una crisis en los medios que han sido pauta dependiente. El hilo se cortó por lo más delgado que fueron los trabajadores.

– Si bien el conflicto de La Mañana se acentúa a partir del cambio de Gobierno, ¿Fue el despido de los veinte trabajadores lo que movilizó su lucha?

El despido de veinte compañeros fue de alguna manera lo que nos hizo tambalear, pero ya no estábamos cobrando los sueldos, no había un proyecto, ni proyecciones.

El diario dejó de salir hace mes y medio más o menos.  La gente ya no podía ir a trabajar gratis. Hubo un plan de ajuste.  Nos querían reducir las horas y el sueldo y ofrecieron una indemnización del 60% entre otras medidas. Todo esto es ilegal. Te proponen una cosa así y lo único que podés hacer es salir a luchar.

– ¿Qué rol jugó el Ministerio de trabajo en el conflicto?

No sé a qué juega el Ministerio de Trabajo. Ha extendido la conciliación sin que haya nada que conciliar, estuvo flojo con los patrones para que cumplan con las obligaciones. Hubo muchas irregularidades.

– ¿Cuál es la situación del diario hoy?

Nos organizamos en la Cooperativa de los Trabajadores de La Mañana, queremos seguir funcionando así, aunque somos muchos y es difícil ponerse de acuerdo.

Por el lado legal está la denuncia por el retenimiento ilegal de aportes.

La Mañana está oficialmente cerrado, aunque no hubo telegrama de despido a los que quedamos. Esperemos poder salvar el diario con la cooperativa, hay compañeros y compañeras que empezaron a trabajar cuando arrancó el diario.

Pauta oficial y comunicación en el kirchnerismo

– ¿Creés que durante el Gobierno kirchnerista la pauta estuvo mal manejada?

Creo que sí. Yo puedo entender que se les dio más pauta a los medios que le responden porque tenían un aparato muy grande en contra. Aclaro que La Mañana no fue un diario creado por el kirchnerismo. Lo creó Julio Ramos, un menemista, un empresario de medios.

– ¿Qué opinás sobre la Ley de Medios?

Creo que fue un muy buen intento, con muy buen espíritu de parte del Gobierno nacional. Yo no sé si era imprescindible, de hecho, perdió la batalla. No sé si era el momento para dar esa lucha. Creo que por ejemplo no tiene en cuenta cómo se van a financiar las radios comunitarias.  En algún punto le falta anclaje en la realidad de mercado.

La guerra con Clarín al Gobierno lo desgastó y fue una guerra que a la gente no le interesaba.

– ¿Existió una falencia comunicativa de parte del kirchnerismo sobre la Ley de Medios?

Posiblemente hubo una falencia comunicativa sobre la Ley de Medios, pasó el tiempo y lo único que quedó fue el comienzo y el fin del espacio publicitario.

– ¿Crees que, más allá de este caso, hubo un déficit comunicativo en el Gobierno anterior?

Generalmente los gobiernos tienen déficits comunicacionales. Creo que el kircherismo también los tuvo.  No llegó a las clases medias, y no pudo llegar a su sector privilegiado que era el campo popular. Cristina es una gran oradora, pero una pésima comunicadora, no se puede comunicar desde un pedestal.