El presidente del centro de estudiantes de la escuela Alejandro Carbó, Ulises Pearson, comparte su mirada sobre la vida política en y desde la escuela secundaria.
Por Jerónimo Maina, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
En 2013, se sancionó en Argentina la Ley 26877 de representación estudiantil, según la cual a cada institución educativa le corresponde tener su centro de estudiantes, y tanto las autoridades en educación como las instituciones deben “promover la participación y garantizar las condiciones institucionales” para el funcionamiento de los mismos. En Córdoba, que aun no adhiere a la Ley, solo el 20% de las escuelas provinciales medias cuentan con este espacio.
Ulises habla desde uno de los Centros más importantes de la Provincia, que lleva 33 años de gestión ininterrumpida desde la vuelta a la democracia, y muestra las problemáticas que atraviesa el colegio y cómo articula con otros centros de estudiantes en la Federación de Estudiantes Secundarios.
-¿Cómo funciona el centro de estudiantes? ¿Qué actividades realizan?
-Los centros de estudiantes tienen diferente nivel de participación escolar dependiendo del colegio; muchos se quedan dentro de la escuela y no salen hacia la sociedad, no lo tienen al centro como un actor social. El centro del Carbó articula con muchos espacios, como la Mesa de Trabajo provincial por los Derechos Humanos, El Juntadero, el Centro Vecinal Alberdi. Con El Juntadero, por ejemplo, estamos trabajando en la realización de un programa de huertas comunitarias. En la mesa estamos trabajando el tercer Encuentro Provincial de Estudiantes Secundarios, que es una jornada completa con muchos colegios donde se trabajan problemáticas estructuradas en tres ejes: situaciones problemáticas dentro del ámbito institucional, género e identidad, y organización y formación de centros de estudiantes. También trabajábamos con programas como el CAJ, el CAI y el PMI, que dejaron de existir este año. Desde el Centro lo reemplazamos dando los talleres que podemos, el tema es que no contamos con el material ni con los recursos con los que contaba nación.
-¿Cuáles son las principales problemáticas que atraviesa el colegio?
-Normalmente la escuela tiene muchos problemas edilicios y con las desinfecciones. En lo que es infraestructura, al cole le faltan 40 años de mantenimiento y de obras desde que dejó de ser nacional y pasó a ser parte de provincia. La luz no está seccionada; si se corta, se corta en toda el ala, no podemos cortar nunca la luz del Centro, porque se prende y se apaga en toda el ala. Otra problemática es con el tanque de agua, la bomba no da a basto, no alcanza la presión y el mantenimiento es muy malo.
En relación a las últimas tomas, en 2015, Ulises destacó que, además de lograr una rampa y un baño para personas con discapacidad, dos nuevos baños de docentes y una salida de emergencia, la medida sirvió de concientización para los estudiantes. “No era tomar porque sí, no era tomar para no tener clases, sino que era un reclamo concreto, veníamos y hacíamos actividades todos los días, limpiábamos los bancos, las paredes, hacíamos asambleas, comíamos y dormíamos acá adentro, estábamos viviendo en el colegio y se desarrollaban un montón de actividades, se invitaban a otros colegios a participar”, explicó y agregó que fueron un “núcleo fuerte de unión entre los estudiantes”. A partir de ahí, se formaron la Confederación de Estudiantes Secundarios (CES) y la Federación de Estudiantes Secundarios (FES), que organizan actualmente desde los colegios Carbó, Manuel Belgrano, Monserrat y Collegium.
-¿Qué hacen desde la FES?
-Tenemos reuniones fijas todos los viernes que se van rotando entre los diferentes centros. La idea es articular con los colegios, sacar las discusiones. Es un espacio de unión donde se pueden brindar apoyo las distintas instituciones. Significa un respaldo muy grande a la hora de tomar una medida de fuerza, saber que contás con más estudiantes que le dan mucha más legitimidad al reclamo. El problema de Córdoba es que no hay muchos centros de estudiantes, solamente el 20% de los colegios de la provincia tienen centro, y de ese 20% no sabemos cuántos realmente están interesados en salir de sus colegios a dar discusiones en otros espacios.
En cuanto a la vida política dentro del colegio y del centro de estudiantes, Ulises explicó que la participación fue decayendo desde la dictadura. “Antes, nosotros teníamos centros de estudiantes que alzaban banderas políticas directamente, igual que en la universidad. Adentro del secundario los militantes de cada partido armaban su lista, todos los partidos se presentaban y se daban las elecciones en ese marco. A partir de la dictadura los centros de estudiantes se quedaron apolíticos, apartidarios y normalmente quedaron relegados a hacer afiches y torneítos de fútbol, no daban discusiones políticas concretas del colegio”, contó, y agregó que los encuentros y la Federación son espacios para retomar esta participación y discutir problemáticas estudiantiles reales.