Leandro Chirico es el voluntario más joven de la ONG Concientizar Para Prevenir y cree que hay que buscar otras maneras de divertirse.
Por Nancy Ferrari, estudiante de la Facultad de Comunicación (UNC).
Leandro Chirico tiene diecinueve años recién cumplidos y participa de Concientizar Para Prevenir (CPP), una Organización No Gubernamental sin fines
de lucro de Villa Carlos Paz, que trabaja hace ocho años en la prevención de siniestros viales y de ingesta de bebidas alcohólicas en menores de edad.
Si bien Leandro colabora desde hace un año, su preparación en el área comenzó cuando era apenas un niño, ya que dos de los cuatro miembros fundadores de la ONG son sus padres: María Teresa Cedrola y Jorge Chirico. Desde su inicio, CPP se dedica principalmente a brindar charlas de concientización en los colegios de Carlos Paz y localidades cercanas (en todos los niveles educativos). También asiste a eventos relacionados con la seguridad vial, ofrece entrevistas en distintos medios de comunicación y gestiona audiencias con autoridades gubernamentales para las cuestiones que requieren una intervención estatal.
Actualmente, Leandro reparte su tiempo entre el cursado del segundo año de la carrera de Administración de Empresas, la media jornada de trabajo en una consultora, y el voluntariado.
-¿Por qué decidiste sumarte como integrante de CPP?
Porque veía que la problemática del alcohol, tanto en los jóvenes como en la sociedad en general era bastante grave y sostengo que si te preocupa algo tenés que involucrarte, y una forma era integrar una ONG dedicada al tema.
-¿Qué actividades realizás en CPP?
-Voy a las reuniones para organizar la agenda semanal, y una vez al mes, me toca coordinar dicha reunión. También doblo algunos folletos que CPP entrega a los docentes luego de sus charlas; a veces me toca responder el teléfono de la organización y, cuando puedo acompaño a los otros integrantes a congresos y eventos. Por ejemplo, en agosto del año pasado asistí con un compañero al II Congreso Nacional de Ciudadanos por la Seguridad Vial, realizado en la ciudad de Rosario (Santa Fe). La experiencia fue muy gratificante para mí y sentí un gran orgullo de representar a CPP en este encuentro tan importante.
-¿Qué opinás de la educación vial en los jóvenes? ¿Observás respeto por las normas de tránsito? ¿Cómo se conducen en un vehículo?
-En general, los jóvenes conocen las leyes y se conducen bien, pero también depende del estado en que se encuentren: si es un lunes por la tarde, probablemente manejen mejor y respeten más las normas que si salen de un boliche alcoholizados un sábado a la madrugada.
-Si sabés que vas a salir a un boliche y vas a beber alcohol, ¿salís con tu vehículo o buscás otra opción?
-Si sé que voy a beber alcohol, tengo dos opciones: o dejo el auto en mi casa; o voy en el auto hasta la casa de un amigo que vive cerca del boliche al que generalmente salgo, y allí lo dejo estacionado. Luego, nos vamos y nos volvemos caminando porque estamos a pocos metros del lugar.
-¿En alguna oportunidad estuviste con amigos que habían tomado alcohol y luego se quisieron ir -o se fueron- conduciendo un vehículo? ¿Cómo reaccionaste frente a la situación?
-Me pasó con conocidos, pero no con mis amigos más cercanos. Y mi reacción depende del momento: si estamos en un grupo íntimo, de pocas personas, les sugiero que si bebieron alcohol no manejen; pero si hay mucha gente, a veces me siento intimidado y no les digo nada, aunque reconozco que eso es un error porque siempre debería decirles que no conduzcan en ese estado.
-Antes de cumplir dieciocho años ¿participaste de alguna “previa” donde las bebidas alcohólicas estaban
presentes? ¿Había adultos en la casa? ¿Qué opinas de las “previas”?
-Me animaría a decir que en el 100% de las “previas” a las que fui, había bebidas con alcohol, y los padres saben perfectamente que eso es así. Pero el alcohol no es sinónimo de diversión, es una herramienta que usan los jóvenes para “mostrar” su valentía o desinhibirse. Aunque esto sea de forma pasajera, ya que al final el efecto siempre es negativo porque no sólo destruye el organismo, sino que genera muchísimas conductas no deseadas. Como alternativa, se podrían reemplazar las bebidas alcohólicas por licuados o jugos frutales; también es muy divertido jugar con naipes, a la “Play” o a cualquier juego de mesa.
-¿Por qué crees que los jóvenes comienzan a beber alcohol a una edad cada vez más temprana?
-Porque hay intereses creados por parte de aquellos que venden las bebidas alcohólicas, y eso hace que la edad de consumo sea cada vez más temprana. Además, ante la falta de conciencia que hay en la sociedad sobre esta problemática, los jóvenes quedan solos y en situación de riesgo. Es por la mentalidad que tenemos, tanto los padres que permiten a sus hijos menores que beban, los expendedores que -con tal de vender- no controlan la edad de los chicos, y cada uno -desde el lugar que le corresponde- contribuye a aumentar este flagelo.
-¿Alguna vez se burlaron de vos o te dejaron de lado por ser hijo de dos integrantes de CPP?
-Nunca me dejaron de lado, pero sí me “cargaron” varias veces por tener padres que, en definitiva, se preocupan por la salud de los jóvenes.
-¿Cómo reaccionaste ante la burla?
-Traté de no darle importancia, y muchas veces sentí bronca e impotencia. Después me di cuenta de que el problema no son mis padres,quienes se preocupan por mí y también por mis compañeros, sino el resto de los papás que no se ocupan del tema.
-¿Qué les dirías a los jóvenes y a la sociedad en general para que se involucren o participen, ya sea en CPP o en cualquier otra ONG con objetivos similares?
-A los adultos en general les diría que si realmente les preocupa la salud de sus hijos, y si realmente los aman, se animen a participar, porque hay muchas formas de hacerlo sin necesidad de altos costos. Y para los jóvenes, el mensaje es que no tengan vergüenza de involucrarse en una ONG si así lo desean; y que ni el alcohol ni las drogas modifican la realidad en la que uno vive, porque eso depende de uno mismo, al igual que la manera en que nos divertimos.
-Según tu opinión, ¿Qué medidas podría implementar el estado municipal para mejorar una parte de la problemática?
-Es indispensable que la edad para que los jóvenes ingresen a un boliche sea a partir de los 18 años, para evitar que los menores estén en contacto con chicos que ya pueden beber alcohol. Además, el Estado debería ofrecerles a los adolescentes de entre 15 y 17 años un lugar donde puedan divertirse, pero sin el expendio de esta sustancia. Asimismo, la implementación de la alcoholemia cero en la conducción reduciría notablemente los siniestros viales causados por la ingesta de esta bebida.