Por Agostina Heredia Peralta. Estudiante de la ECI UNC

Derribando mitos y construyendo historias. Cómo viven los vegetarianos en el país de las vacas gordas.

El 2015, además de prepararnos para recibir un nuevo Gobierno, trae aparejado toda una nueva cultura de lo orgánico, saludable y biosustentable. Los protagonistas empiezan a ser ellos: Los vegetarianos.

“Ser vegetariano para mí tiene que ver con la enunciación y creo que es una forma de enunciarte ‘dentro de’ o ‘perteneciente a’ un conjunto de personas y ‘afuera de’. Creo que lo ‘afuera de’ es lo que genera tanto prejuicio sobre todo en esta cultura, en el país de los asados familiares de los domingos y de las vacas gordas”,  confesó Celina Gómez, psicomotricista de 24 años y vegetariana desde hace más de dos.

 ¿Vegetariano?

Dícese de aquel individuo que lleva adelante un tipo de alimentación basada exclusivamente en el consumo de vegetales, frutas, cereales y semillas dejando de lado cualquier tipo de carne sea ésta proveniente de vacunos, porcinos o peces. Normalmente, el vegetariano sí puede incluir en su dieta alimentos derivados de animales tales como lácteos o huevos y se diferencia del vegano quien no consume tales productos (sea para alimento, vestimenta, salud o testeo).

A medida que va pasando el tiempo son más difundidos los beneficios de adoptar una dieta alejada de los productos derivados de animales tales como los lácteos y carnes. Recientemente la Universidad de Harvard en su guía de alimentación saludable, llamada Healthy Eating Plate envió un fuerte mensaje al USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) al eliminar casi totalmente el consumo de lácteos de su pirámide alimenticia. La USDA alegó que los altos niveles de grasas saturadas en la mayoría de los productos, los componentes químicos de su composición, los hace un alimento para evitar.

“Cuando entendés y sabés cómo funciona la industria alimenticia, conocés en las condiciones en que tienen a los animales y cómo los maltratan te quita el hambre. No hay necesidad de la crueldad. Es deplorable y choca bastante cuando lo ves. Otra cosa es que están mal alimentados, llenos de hormonas. Además, la gente dice que come carne por las proteínas y hay otras formas de conseguirlas. Si te informás lo sabés” opinó Daniela Kedikián estudiante de 24 años de la Escuela de Ciencias de la Información y vegetariana hace 6 años.

No es fácil derribar los mitos, construidos por siglos en una sociedad que avala los beneficios de consumir productos elaborados a base de animales para mantener un mercado en movimiento. Natalia Cavallo, psicóloga de 27 años y vegetariana hace 12 meses cuenta que  su transición se centró en lo sencillo que sería llevar una dieta vegetariana. En realidad hacía tiempo que lo venía pensando y lo que me llevó, sí, fue el sentimiento de culpa que me daba clavarme una milanesa y después largarme a llorar viendo el video de una vaca en el matadero. Era muy contradictorio.” Admite haber estado mucho tiempo así. “Me daba mucha lástima comer animales para vivir siendo que podía llevar una dieta vegetariana. No me resultaba un sacrificio entonces me dije ‘¿Por qué no tomo la decisión?’”.

A Daniela le venía “haciendo ruido” la idea de dejar de comer carne y se lo fue tomando de a poco. Para Natalia tampoco fue fácil ya que gente de su entorno se “mataba de risa” y le decía que no tenía sentido ser vegetariana siendo que se explota a muchos animales para muchas actividades. “Por un lado es cierto, pero eso no quita que se puedan dejar de lado algunas cosas. Me dejé de ver con esas personas y eso me dio la confianza para tomar la decisión”, dijo.

Es difícil desnaturalizar algo que se da desde el comienzo de la vida del hombre; matar para vivir. Quien lucha a diario contra esto es Gary Yourofsky (periodista, locutor de radio estadounidense y activista) dando conferencias sobre el veganismo y la defensa de los derechos de los animales a miles de estudiantes. En sus charlas muestra la mecánica de los mataderos (y feedlots) cuestionando a su audiencia para reflexionar: “Si para ustedes consumir carne es algo natural ¿Por qué les impresiona este video?”

Toda esta prédica con la que crecimos, como el que comer carne “te hace más fuerte”, me hace dudar si realmente es así. Si no se trata solo de una máquina de tragar cadáveres y escupir dinero, sobre todo aquí en el país agroexportador por excelencia.  “Todos esos discursos que acompañan un montón de prácticas son los que conllevan a un montón de prejuicios”, dice Celina al respecto.

Las entrevistadas coinciden en que existe un gran prejuicio a la hora de discutir sobre los pros y contras de consumir productos de origen animal en la vida cotidiana y concuerdan que a pesar de que se piensa al vegetarianismo como “una moda snob” es importante rescatar que se volvió un tema de conversación y polémica. El debate se ha instaurado en nuestra agenda porque más allá de que muchos morimos por un pedazo de costilla sobre un plato de madera un domingo al mediodía, también reflexionamos sobre las consecuencias que conlleva una dieta sin frutas, vegetales y legumbres.