A cinco años de la demolición de la chimenea de la ex Cervecería Córdoba se realizó un emotivo acto en barrio Alberdi.
Por Paula Quinteros Egresada de la ECI UNC.
La cita alberdiana fue a las 17:00 en la emblemática esquina de costanera y calle La Tablada donde aún permanece, custodiado por carteles publicitarios, el viejo edificio de la Cervecería Córdoba.
Cerca del monolito que recuerda la caída de la chimenea, un ex trabajador de la cervecería, Héctor Argüello, contemplaba emocionado el inicio del acto. Este hombre fue uno de los empleados que resistió el desalojo durante aquellos 107 días de toma en el año 1998. “Caprichosamente voltearon a la chimenea. Y caprichosamente se la hicimos levantar. Porque cuando vos ibas llegando al barrio, veías la chimenea y sabías que ahí estaba tu lugar de trabajo. Era un referente”, recuerda orgulloso.
A medida que transcurrían los minutos, se fueron acercando vecinos, jóvenes y niños. Algunos portaban banderas de organizaciones y colectivos comprometidos con la causa. Otros vestían la camiseta celeste del centenario club Belgrano. En combinación con el paisaje, el cielo lucía más celeste que nunca.
La actividad estuvo organizada por la multisectorial Defendamos Alberdi, la cual reúne a distintas agrupaciones que coinciden en la defensa del patrimonio histórico del barrio y la lucha contra el avance inmobiliario en el sector.
En esta ocasión, el motivo del acto fue recordar y repudiar aquel 15 de abril del 2010 cuando se demolió la chimenea de la vieja Cervecería, pese a la resistencia de los vecinos y ex trabajadores.
A este avasallamiento se le suman otros reclamos -que desde hace tiempo se vienen haciendo oír-: la apertura del ex cine La Piojera y el pedido de una gestión popular, el cumplimiento de la Ordenanza 11889/10 que establece una mesa de concertación con los vecinos, un nuevo código de edificación, la protección del medio ambiente y el fin de los desalojos ilegales a causa de los proyectos desarrollistas.
“Cinco años de lucha, de resistencia, de decidir cómo queremos vivir” expresaba, megáfono mediante, uno de los organizadores.
Al son de la murga de los Descontrolados de Alberdi, los vecinos y ex trabajadores comenzaron a ocupar lentamente la costanera. Integrantes del Centro Vecinal, de la Comunidad Comechingona Pueblo La Toma, Un Mundo sin Guerras, Juventud Montonera, Pueblo Alberdi, entre otros, levantaron sus banderas, consiguiendo que los automovilistas disminuyeran la velocidad y los peatones se detuvieran a ver de qué se trataba la acción.
Alrededor de las 18:30 horas, los manifestantes comenzaron a marchar hacia el ingreso de la ex cervecería. En ese sitio, actualmente hay carteles de la empresa Euromayor que, bajo el eslogan “construyendo realidades”, advierten que están construyendo el emprendimiento más “EXITOSO”.
“Hace más de 15 años que está vendido el edificio y todavía no se ha entregado ni un solo departamento”, comentó un vecino del lugar.
Allí, con la vieja construcción de testigo, manifestaron su apoyo a la movilización diversas organizaciones como la Corriente Clasista René Salamanca, la Cooperativa de Vivienda y Trabajo Cerveceros, como así también el Área de Cultura del Club Atlético Belgrano y la Secretaría de Cultura y Derechos Humanos del SUOEM.
Mantener viva la memoria de la lucha que supieron dar los ex trabajadores cerveceros fue uno de los ejes centrales de los discursos. “La chimenea fue un ícono del trabajo. Ahora recuperamos La Piojera. Nos unamos y no dejemos que demuelan Alberdi. Va a ser una lucha muy dura contra los desarrollistas”, advirtió Marcelo Fraire, representante del Centro Vecinal Alberdi.
Pero fue Pablo Charras, del colectivo Defendamos Alberdi, quien resumió lo que significa defender el patrimonio histórico y cultural del barrio: “La memoria sirve para la identidad y la identidad para poder luchar”.
Cuando comenzaba a oscurecer, el acto llegó a su fin. Luego de intercambios de sonrisas y largos abrazos, cada cual emprendió el camino de regreso. Las palabras quedaron flotando en el aire para que se las apropie todo aquel que se sienta parte de esta barriada popular, donde hubo y hay, resistencia y dignidad.